Ganó más de $30 millones gracias a la lotería y dos años después, se suicidó

Muchas veces, la historia de los ganadores de grandes premios de la lotería no tienen finales felices, y justamente ese es el caso de un hombre llamado Billie Bob Harrell, quien de un día para otro la buena suerte le hizo tener mucho dinero pero que en poco tiempo esto hizo que se quedara solo y por ende, decidió acabar con su vida.

Resulta ser que Billie, además de marino, era empleado de una empresa perforadora, vendedor en una tienda de artículos para el hogar y también se desempeñaba como pastor pentecostal. Este hombre tenía la costumbre de comprar cada semana un par de billetes de lotería y fue en junio de 1997 cuando le pegó al “gordo”, ganando entonces $31 millones de dólares.

Para esta persona de Texas fue un gran golpe de suerte, algo que cambiaría su vida por completo, pues venía de una familia muy humilde y en lo personal, a él le había costado mucho sacar a su esposa y a sus tres hijos adelante, pues no duraba mucho en los trabajos.

Ante esta situación, Harrell, desde hace mucho tiempo, había dejado su suerte a que la lotería resolviera sus problemas. Por lo general jugaba con números de ciertas fechas significativas, pero esa vez tuvo la corazonada de que la máquina le escogiera una combinación al azar, sin jamás imaginarse que esa sería la ganadora.

El afortunado ganador acordó con la empresa de lotería a cobrar un cheque anual, durante 25 años, por $1,24 millones de dólares. Lo primero que hizo Billie fue comprar un rancho, media docena de casas, dar grandes donativos a su iglesia y comprarles a su esposa e hijos autos de lujo.

Pero en poco tiempo, los problemas llegaron. La gente de su iglesia comenzó a acercarse a él para pedirle dinero prestado, y el siendo un hombre tan religioso, no se negaba a ayudar a sus hermanos, por lo que en un abrir y cerrar de ojos su fortuna se fue mermando.

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Dicha situación le provocó graves problemas con su esposa, quien cansada de la situación, le pidió el divorcio, y no solo eso, se quedó con la mitad del dinero que él había ganado, así como con la custodia de sus hijos.

Al quedarse solo, el miedo de volver a ser pobre invadió la mente de Billie, lo que le llevó a vivir una profunda depresión. El 22 de mayo de 1999, tan solo 20 meses después de haberse vuelto millonarios gracias a la lotería, se encerró en una de las habitaciones de su casa y se suicidó, dándose un tiro en el pecho con su escopeta.

“Ganar la lotería fue lo peor que me pasó en la vida”, fue lo que esta persona le dijo a su abogado pocos días antes de morir.