Rusia utilizó redes sociales en campaña de desinformación para ayudar a Trump
El objetivo de la campaña de desinformación de Rusia en las rede sociales era profundizar las divisiones sociales y políticas en EEUU, propagar información falsa, y desalentar el voto de las minorías, que suelen decantarse más por los demócratas.
WASHINGTON— La campaña de propaganda y desinformación de Rusia para ayudar al presidente Donald Trump a ganar la elección en 2016 utilizó las redes sociales como “megáfono” y fue más grande y extensa de lo que se pensaba, según sendos informes entregados al Senado, desatando un debate nacional sobre cómo proteger la democracia.
Los dos análisis independientes detallan las tácticas empleadas por la “Agencia de Investigación de Internet” de Rusia (IRA, por su sigla en inglés) -una entidad apoyada por el Kremlin y con sede en San Petersburgo– para ayudar a Trump a través de mensajes, videos e imágenes en las redes sociales, con el objetivo de influir en el discurso político y afectar en particular el voto de las minorías.
Se trata de los primeros análisis exhaustivos de su tipo para determinar el alcance de la campaña de desinformación de Rusia en 2016, e incluyen datos proporcionados por el Comité Selecto de Inteligencia del Senado.
Ambos confirman las advertencias de los servicios de inteligencia de EEUU sobre la pasada y continua injerencia de Rusia en el proceso electoral de este país, y fueron divulgados en unos momentos en que la Administración Trump sigue atacando la investigación del fiscal especial, Robert Mueller, sobre la trama rusa, tachándola como una “cacería de brujas”.
Uno de los informes fue realizado por el grupo “New Knowledge”, y el otro por la Universidad de Oxford, respectivamente.,y ambos dejan en claro que el objetivo de la campaña de desinformación, con millones de mensajes falsos, era “beneficiar al Partido Republicano, y específicamente a Donald Trump”.
El informe realizado por “New Knowledge”, por ejemplo, indicó que Rusia llevaba años tratando de aprovechar las redes sociales para lanzar una “guerra propagandística”, con operaciones que al principio solo estaban dirigidas a su propia población y esfera de influencia.
Desinformación a gran escala
En 2014, Rusia amplió esas operaciones a Estados Unidos y dirigió una operación a largo plazo para “manipular e influenciar a estadounidenses, explotando sus divisiones políticas y sociales”.
Y lo hizo a una escala “masiva”: esa campaña alcanzó a 126 millones de usuarios en Facebook, e incluyó 10,4 millones de mensajes en Twitter, más de mil videos en YouTube, y mensajes a más de 20 millones de personas en Instagram.
El otro informe, que contó con la colaboración del grupo “Graphika”, se centró en la IRA y sus operaciones para profundizar la polarización política en EEUU entre 2012 y 2018, también aprovechando los mensajes en YouTube, Instagram, Twitter y Facebook.
Las actividades de IRA en EEUU comenzaron con Twitter en 2013 pero pronto se extendieron a las demás redes sociales, según ese informe, que ofreció ejemplos de cómo esa entidad hizo campañas con “mensajes orgánicos” -no anuncios pagados- y dirigidos a que los votantes afroamericanos boicotearan las elecciones o tuviesen información errada sobre los comicios en 2016.
Más recientemente, IRA también hizo campañas para que los votantes mexicoamericanos, y los latinos en general desconfiaran de las instituciones estadounidenses, con la idea de deprimir su participación en las urnas.
La entidad rusa también tenía el objetivo de provocar más confrontaciones con la extrema derecha, y propagar noticias políticas falsas y demás información sensacionalista o errónea a votantes en todo el espectro político en EEUU, agregó.
El presidente del Comité, el senador republicano por Carolina del Norte, Richard Burr, señaló que estos informes dejan al descubierto cómo las plataformas de las redes sociales, pensadas para fomentar el diálogo en una democracia, pueden ser utilizadas por “actores extranjeros hostiles” para manipular y “subvertir” a la opinión pública en EEUU.
El objetivo de Rusia, según esos informes, era profundizar las divisiones entre los estadounidenses, por raza, religión e ideología, y a Burr no le cabe duda de que IRA “trabajó activamente para erosionar la confianza en las instituciones democráticas” en este país.
Lo más grave, continuó Burr, es que esas actividades “no han cesado” y dejan en claro la urgencia de que las compañías de medios sociales compartan información y ayuden a identificar las campañas de desinformación, que posteriormente sean analizadas por expertos.
Por su parte, el demócrata de mayor rango en el Comité, el senador de Virginia, Mark Warner, dijo que los ataques de los rusos “fueron mucho más extensos y deliberados” de lo que se había revelado hasta la fecha y deben servir como un “llamado de alerta de que nadie está inmune a esta amenaza”.
“Es hora de hablar con seriedad sobre este reto. Eso va a requerir algunas salvaguardas muy necesarias y tan esperadas, en lo que respecta a las redes sociales”, señaló Warner, al pedir una acción legislativa para impedir ataques similares futuros.
En paralelo a la entrega de estos informes, el Comité continúa su propia investigación sobre la injerencia de Rusia en los comicios generales de 2016, en los que Trump ganó el voto del Colegio Electoral y su rival demócrata, Hillary Clinton, ganó el voto popular.
El Comité ya ha realizado varias audiencias sobre el uso de las redes sociales por parte de campañas extranjeras, incluyendo dos en agosto y septiembre pasados, y prevé divulgar su propio informe esta semana.