Comprar comida en el supermercado en Estados Unidos es más caro que en otros lugares del mundo
Comprar y llenar la cesta de alimentos en Estados Unidos cada vez resulta más caro
Tras los gastos que conllevan las fiestas, somos muchos los que ajustamos la economía familiar llegado el nuevo año.
No solo nos proponemos buenos propósitos, como hacer ejercicio y comer más sano, sino que también nos marcamos como objetivo ahorrar. Sin embargo, esto no es tan fácil si además, como hemos mencionado, también queremos llevar una dieta sana y equilibrada. De hecho, en algunos casos puede ser totalmente incompatible.
Estados Unidos es un país muy grande y, por lo tanto, los costes de vida difieren muchos entre estados, incluso dentro de la misma ciudad.
Una de las cosas que más sorprende a inmigrantes que llegan de Europa es el elevado coste de los productos de primera necesidad. Desde la lecha hasta el pan, pasando por la carne o el pescado. Hacer la compra en Estados Unidos es caro. Así de simple.
Y no parece que ninguno de esos productos vaya a bajar sus precios. En cualquier caso, la clave es buscar, buscar y buscar dónde resulta más económico hacer la compra. Hay lugares que nos pueden ayudar a ahorrar unos cuántos dólares cada vez que tengamos que llenar el refrigerado. Tristemente, no llegan a ser tan económicos como la cadena alemana de supermercados lowcost Penny Market.
Una familia estadounidense de 4 personas se gasta entre 1.000 y 1.400 dólares al mes en gastos de alimentación. Si no tienes obligaciones familiares, sólo tienes que dividir entre 4 para hacerte una idea del dinero que deberás gastarte para poder comer tú solo.
Por eso, muchas personas recurren a la comida chatarra, barata y fácil de adquirir.
No es de extrañar que restaurantes como McDonald’s y Chipotle hayan aumentado sus beneficios, pero también elevaron los precios de sus hamburguesas y burritos. A pesar de esto, siguen consiguiendo aumentar clientes y continúan con ventas estelares.
La clave es marcarse un presupuesto y ajustarse a él. Comprar productos frescos, frutas y verduras, no tiene porque ser tan caro si tenemos paciencia y ganas de buscar lo más económico. Opciones como ir directamente a los proveedores, a los agricultores, o comprar en pequeñas tiendas de comunidades asiáticas y latinas, son las mejores opciones.