Sale del centro de detención y cuenta en video la mala asistencia a su bebé enfermo

Un padre hondureño pasó 23 noches encerrado en el centro de detención de Karnes (Texas) con su hijo de un año. Nada más llegar al lugar, el bebé se enfermó con diarrea pero, por más que su padre buscó asistencia médica, no consiguió una dieta y un tratamiento específico para el bebé.

Gracias a la presión de una campaña en redes promovida por la agencia RAICES la familia quedó en libertad el martes de esta semana. A su salida, el padre contó el calvario que ambos habían padecido dentro de las instalaciones federales.

En un hilo de Twitter, la organización humanitaria explicó la situación de la familia y la evolución del estado del niño y del padre. Con ello, en cada tweet animaba a sus seguidores a poner en contacto con ICE para exigir la libertad de ambos.

El padre contó a RAICES que la situación del niño se había vuelto complicada por la diarrea y que tenía miedo de que su hijo se deshidratara. Además, el menor también había agarrado tos y estaba moqueando.

“Mi hijo […] llora toda las noche y no puede dormir debido al ruido constante. Tiene dificultades para respirar y dolor de estómago” -decía este padre hondureño encerrado con su hijo menor más tiempo del permitido por el acuerdo Flores.

El personal médico del centro -según cuenta el hondureño- no tenía una dieta especial adaptada a la edad y a la diarrea del bebé. “Me han dicho más de una vez que tengo que forzar a mi hijo de un año a tomar leche o a comer. Cuando lo hago, vomita y se pone enfermo” – explicaba el hombre preocupado.

Al salir la incertidumbre de esta familia migrante continúa pero están en libertad y pueden buscar la manera de tratar médicamente al pequeño. RAICES asegura haber hablado con el padre de las opciones médicas que tienen y de los próximos pasos a seguir.

El padre pide en un video que se mejore la atención -médica y en general- en las instalaciones federales y que se reduzca el tiempo que las familias pasan encerradas.