Editorial: Pura politiquería republicana
Una de las estrategias republicanas es convertir a la congresista de Nueva York, de ala más progresista del Partido, en la figura demócrata. Y su propuesta ecológica en el centro de la agenda
Es difícil saber si el Senado tiene un problema para tratar con seriedad los desafíos que enfrenta la nación o si la dificultad es comprender la amenaza del cambio de clima. Posiblemente es ambos.
La Cámara Alta bajo control republicano puso a votación el martes una resolución apoyando el Nuevo Acuerdo Verde (New Green Deal), promovido por la congresista Alexandria Ocasio Cortez y el senador Ed Markey. El propósito del presidente del Senado, Mitch McConnell, no era abrir el debate para enfrentar un problema mundial, el cual Estados Unidos puede hacer mucho al respecto. La idea era hacer una trampa electoral.
La resolución llegó rápidamente a votarse al pleno de la Cámara. No hubo audiencias, declaraciones de expertos ni evaluaciones del costo de la medida, que son la norma en estos casos. El fin era colocar en una situación incómoda a los varios senadores demócratas que buscan la presidencia en 2020, forzándolos a votar una propuesta aspiracional -que todavía está verde- que entusiasma a un sector de la base partidaria.
Una de las estrategias republicanas es convertir a la congresista de Nueva York, de ala más progresista del Partido, en la figura demócrata. Y su propuesta ecológica en el centro de la agenda. La acción del Senado responde a ese plan, que no tuvo significado alguno cuando los demócratas se limitaron a votar “presente”.
Mientras se dedica importante espacio en la agenda del Senado para política electoral, se rechazó una iniciativa razonable como hacer público el reporte Mueller. Ni tampoco se considerará una propuesta sobre transparencia en el financiamiento de campañas, ni sobre la Ley de Cobertura de Salud.
Existe una gran diferencia en la relevancia de una propuesta hecha por una legisladora novata y la decisión del presidente Donald Trump de desafiar el Obamacare. Al Senado le interesa más la poliquetería que gobernar.
Esto también refleja la poca relevancia que tiene para los republicanos el cambio de clima. Para McConnell el tema es una trampa para atrapar demócratas. En cambio, la administración Trump cree que es una mentira. Esto obliga rechazar olímpicamente los documentos elaborados por los científicos a lo largo del gobierno federal que confirman el peligro.
Hay una propuesta del senador republicano Lamar Alexander digna de considerar. Allí se presenta un plan de 10 puntos que lo compara con el Proyecto Manhattan, que estableció la prioridad de una bomba atómica. El problema es que el legislador de Tennessee se retira el próximo año. Ya vimos esta película de senadores moderados que asumen posturas razonables porque están de salida.
Este procedimiento del Senado muestra por qué las pasadas sesiones del Congreso están entre las más ineficientes y las menos populares de la historia.