Cierran la llave de ayuda oficial y civil a caravanas en México
El gobierno mexicano no asigna más recursos al Fondo Migrante que ayudaba a los refugios
MÉXICO – El éxodo de centroamericanos y algunas otras nacionalidades avanza por el país al amparo de diversas caravanas, mientras una mayor se gesta desde Honduras con la amenaza de ser una de las más grandes o la “caravana madre”, en tanto los gobiernos de los estados mexicanos fronterizos así como el federal, cierran las llaves de apoyo.
Tanto los gobernadores como los albergues para migrantes empujados por la sociedad civil reclaman a la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador promover, por un lado, una política de puertas abiertas y, por otro, quitar el presupuesto para el Fondo Migrante que ayudaba a los refugios para comida y gestión.
“No se entiende la política de brazos abiertos (a migrantes) y cerrar el apoyo para los albergues, no se entiende”, dijo César, titular de la Dirección de Atención al Migrante en la ciudad de Tijuana, donde desembocaron las primeras caravanas a finales del año pasado, antes de extenderse por toda la frontera.
“Vienen más migrantes en camino y los que están aquí esperan más de un mes para cruzar a Estados Unidos y ya estamos rebasados: no tenemos capacidad para atenderlos”, alertó Francisco Calvillo, director de la Casa del Migrante en Ciudad Juárez, Chihuahua, una de las ciudades más complicadas por el flujo: se calcula que han llegado alrededor de 7,500.
Cuando las primeras masas de caravaneros arribaron a Chihuahua, el gobierno se comprometió a acondicionar una nave industrial para albergarlos, pero, con el paso del tiempo, se retractó, porque sin apoyo federal, se quedó con el gasto y, en algunos planteles escolares que sirvieron de refugio, se acumularon deudas de electricidad y agua.
En Tamaulipas, la subsecretaria de Legalidad y Asuntos Gubernamentales, Gloria Garza, dijo que anteriormente la Secretaría de Hacienda les hacía llegar anualmente alrededor de $1.3 millones de dólares para atender “de manera ordenada” a los migrantes en las peligrosas ciudades de Reynosa y Nuevo Laredo, una de las más concurridas por parte de centroamericanos.
En algunas zonas como Nuevo León, el tema de las caravanas ya se convirtió en un asunto político porque aunque la administración local (a cargo de Jaime Rodríguez “El Bronco”) contempla un fondo para atención anual, han pasado tres meses y no lo suelta: ““Estamos preparando un exhorto porque el dinero ya está en Tesorería del estado”, dijo el diputado local Melchor Heredia.
“Estamos desbordados y hacemos apenas lo que podemos”, secundó más al sur, en San Luis Potosí, el sacerdote Rolando Maldonado, director de la Casa del Migrante “Monseñor Luis Morales Reyes”, quien afirma haber atendido en últimas fechas a más de 4,000 personas que van de paso camino a Estados Unidos.