Leopoldo López, el líder opositor venezolano liberado por Guaidó y militares que ahora desafía a Maduro
La centralidad de Leopoldo López en los esfuerzos por sacar a Nicolás Maduro de la presidencia de Venezuela queda más que demostrada
En el video se le ve detrás de Juan Guaidó y al lado de unos militares a los que atribuyó su liberación después de más de cinco años detenido.
La centralidad de Leopoldo López en los esfuerzos por sacar a Nicolás Maduro de la presidencia de Venezuela queda más que demostrada por el hecho de que esa liberación este martes fue presentada como el pistoletazo de salida de “la fase definitiva para el cese de la usurpación”, el término que la oposición venezolana utiliza para caracterizar el segundo período presidencial de Maduro y justificar sus intentos por derrocarlo.
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Para empezar, López es el mentor indiscutible de Guaidó, el joven presidente de la Asamblea Nacional controlada por la oposición que ha sido reconocido como presidente legítimo de Venezuela por unos 60 países luego de los polémicos comicios de mayo de 2018 ganados por Maduro sin oposición.
Pero antes de su arresto, el 18 de febrero de 2014 -e incluso por un largo tiempo después- él era la cara más visible de la oposición de Venezuela y su personaje más reconocido internacionalmente.
https://twitter.com/jguaido/status/1123161692219686912
Los acontecimientos de este martes sugieren además que López todavía tiene un rol destacado que jugar en lo que el gobierno de Maduro ha denunciado como una nueva intentona golpista.
Pero, ¿quién es Leopoldo López y qué explica el altísimo valor simbólico de su liberación del arresto domiciliario?
BBC Mundo te ofrece algunas claves.
“La salida”
En su momento, una semana le bastó a López para convertirse en el símbolo y líder de facto de la oposición venezolana.
Fueron siete días de febrero de 2014 en los que, por obra y gracia de su radicalización política, se erigió a golpe de tuits y discursos como figura destacada entre el enjambre de grupos opositores al levantar su voz en las jornadas de protestas contra el gobierno de Maduro.
El líder político siempre ha defendido que promovió una protesta pacífica dentro del marco de la Constitución, pero en ese entonces -como ahora- el gobierno de Maduro lo acusó de participar en una intentona golpista.
Y aunque la marcha en la que lo detuvieron -el 18 de febrero de 2014, rodeado por miles de sus seguidores y con claveles blancos en las manos- fue la última en la que él participó personalmente, las protestas se prolongaron hasta inicios de 2015, dejando un saldo de 43 muertos, 600 heridos y más de 3.500 detenidos.
Eventualmente López fue sentenciado, en septiembre de 2015, a casi 14 años de cárcel por instigación pública, daños a la propiedad, incendio intencional y asociación para delinquir. Una polémica sentencia.
Para entonces, sin embargo, ya llevaba siete meses tras las rejas en la prisión militar de Ramo Verde.
Y ahí permaneció hasta agosto de 2017, cuando se le concedió casa por cárcel.
Su esposa, Lilian Tintori, se encargó de contar la historia de su esposo y defender su causa en diferentes foros internacionales.
Y el fiscal que lo acusó, Franklin Nieves, denunció años después injerencia política en el proceso.
Todo esto contribuyó a que López llegara a ser considerado el preso político más famoso de América Latina y se convirtiera en el principal referente de la oposición venezolana.
Un gran cambio para el hombre que en 2008, siendo alcalde del municipio Chacao de Caracas, había visto sus aspiraciones políticas afectadas por su inhabilitación en un polémico proceso promovido por la Contraloría General.
Esa dependencia le impidió en su momento aspirar a la alcaldía de Caracas, para la que lucía como el favorito en las encuestas.
Y a pesar de que López se mantuvo activo políticamente, su ascendente pareció perder fuerza en beneficio de su excompañero de partido y dos veces candidato presidencial Henrique Capriles, quien a la postre se convirtió en uno de los principales líderes opositores.
Vida pública
El líder del partido Voluntad Popular -que ha sido definido como un “movimiento progresista” de tendencia socialdemócrata- llevaba varios años siendo una espina para el gobierno.
Proviene de una familia pudiente relacionada con los negocios y el sector petrolero, estudió economía en Estados Unidos y una maestría en políticas públicas en la Universidad de Harvard.
Se volvió prominente cuando a los 27 años fue electo alcalde del municipio Chacao de Caracas, una posición que ocupó desde el año 2000 hasta su inhabilitación ocho años más tarde, acusado de malversación de fondos públicos.
Y, como explicó en su momento la periodista de la BBC Irene Caselli, para ese entonces ya tenía tiempo siendo visto “como un ‘problema’, no sólo para el gobierno venezolano (que aún lo señala como uno de los responsables del golpe de Estado de 2002) sino también para quienes le observan desde afuera”.
Por ejemplo, en 2009, en los documentos clasificados filtrados por WikiLeaks, el consejero político de la embajada de Estados Unidos en Caracas, Robin D. Meyer, escribió que López se había convertido en una “figura que causaba divisiones dentro de la oposición venezolana”.
“Suele ser descrito como arrogante, vengativo y hambriento de poder, pero sus compañeros de partido aseguran que tiene una popularidad que ha perdurado en el tiempo, carisma y talento organizativo”, escribió entonces el diplomático estadounidense.
Con una oposición dividida, sin embargo, su detención hizo que gran parte de los críticos al gobierno de Maduro se identificaran con López y su estrategia.
Y el hecho de entregarse en aquel momento lo convirtió, a juicio de David Smilde, analista de la oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos en Caracas, en una figura “visible y atractiva” y en el líder -simbólico al menos- de la oposición.
“Si Leopoldo López es atacado por el gobierno, la gente lo defenderá”, dijo el líder estudiantil Daniel Álvarez después de la detención del político opositor.
Con mayor o menor intensidad, los sectores de la oposición venezolana mantuvieron su apoyo al líder político a lo largo de su arresto y su silencio forzado.
Y su ascendente quedó además confirmado con la elección a la presidencia de la Asamblea Nacional de su pupilo Juan Guaidó cuando a Voluntad Popular le tocó presidir el órgano legislativo, único en poder de la oposición.
Aunque mucho más moderado, y con un evidente nivel de autonomía, Guaidó es innegable discípulo del hombre que sigue siendo un líder entre los miembros de un partido radical que ahora comanda el todo o nada contra Maduro.
Y aunque por el momento nadie le discute el liderazgo al “presidente encargado”, no todos están convencidos de que López querrá o sabrá mantenerse por detrás de Guaidó, como en la foto de este martes.
“Descendiente lejano del libertador Simón Bolívar y parte de una familia de clase alta y abolengo, siempre ha sido visto como un futuro presidente del país. Es casi una misión del destino”, escribió sobre él, en febrero pasado, el enviado especial de BBC News Mundo a Venezuela, Daniel García Marco.
“Aunque de momento no hay desavenencias entre ambos, puede haber conflicto con una personalidad fuerte como la de López, que fundó Voluntad Popular tras romper con su anterior partido, en el que había otro líder popular: Henrique Capriles, dos veces candidato presidencial”, recordó en su momento.
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