Este enfermero “ejemplar” pudo haber matado a unos 300 pacientes. Pero, ¿nadie se dio cuenta?
¿Cómo pudo este hombre asesinar ininterrumpidamente a tantas personas en cinco años sin que nadie diera la voz de alarma?
El caso de Niels Högel, un enfermero alemán que resultó ser un asesino en serie, continúa inquietando a Alemania y a gran parte del mundo. Högel confesó haber matado a 43 pacientes pero las autoridades calculan que al menos 300 personas fueron víctimas de sus crímenes.
La pregunta que ahora se plantean los familiares de las vícitmas y la sociedad alemana en general es cómo este hombre pudo asesinar ininterrumpidamente a tantas personas en cinco años sin que nadie diera la voz de alarma. ¿No se dieron cuenta sus compañeros? ¿Y los supervisores de lo hospitales?
Niels Högel se enfrenta pronto a su tercer juicio desde 2006. En este está acusado de matar a 100 personas. 36 de ellas las mataría en la clínica principal de la pequeña ciudad de Oldenburg y otros 64 en el hospital de Delmenhorst, una zona residencial a 20 millas de Bremen.
Högel se trasladó del hospital de Oldenburg al de Delmenhorst con una carta de recomendación del primero de ellos que destacaba la capacidad del enfermero para trabajar “de manera independiente y concienzuda” y para afrontar situaciones de crisis “atenta y detenidamente” y con “habilidades técnicas correctas”.
La carta no hacía ninguna mención a las sospechas derivadas de la gran cantidad de muertes que habían ocurrido mientras Högel estaba de servicio. La misiva de recomendación tampoco citaba que habían prohibido al enfermero estar en contacto con los pacientes.
Sin embargo, las mismas sospechas no tartaron en aparecer en el hospital de Delmenhorst, donde -según The New York Times– varios pacientes murieron bajo la supervisión de Högel en sus primeros cuatro meses como enfermero.
Högel, que ahora tiene 42 años, es considerado en Alemania uno de los asesinos en serie con más víctimas en tiempos de paz. Actualmente el hombre cumple cadena perpetua en la cárcel de Oldenburg.
Pero, ¿cómo pudo el enfermero alemán asesinar a tanta gente sin que nadie se diera cuenta?
Frank Lauxtermann, el primer compañero en testificar en su contra habla de la cultura alemana de hacer la vista gorda. Aunque al parecer los compañeros de Oldenburg habían hablado de él, ningunó presentó queja a los jefes. Según declaró una de las testigos, no llevaron el tema más allá por miedo o porque pensaban que no era su asunto en un país en el que mucha gente es muy celosa de su privacidad.
De hecho, Sebastian Bührmann, el juez que lleva el caso, ordenó investigar también a ocho de sus compañeros. Bührmann sospecha que los enfermeros podrían haber mentido a la corte u ocultado evidencia en el juicio actual para ocultar sus posibles negligencias. Ahora mismo dos doctores y dos jefes de enfermería del hospital Delmenhorst ya están acusados. Högel tendrá que testificar en sus juicios cuando haya un veredicto sobre su caso.
Otros antiguos compañeros del asesino en serie confeso dicen que se ganó la fama de poder manejar situaciones de vida o muerte. Por su parte, la acusación dice que esa era su estrategia ya que, en realidad, creaba situaciones en las que la vida y la muerte dependían de él.
321 de las 411 muertes que tuvieron lugar mientras Högel trabajó en el hospital de Delmenhorst ocurrieron en sus cambios de turno, según los registros. Un enfermero de este hospital sí que dio la voz de alarma pero, al parecer, los supervisores no hicieron nada al respecto.
Finalmente, en junio de 2005 una enfermera en prácticas fue más allá cuando descubrió que su compañero había desconectado la máquina que mantenía vivo a un paciente y vio en la basura los envoltorios de unos medicamentos no prescritos para él. Desde que descubrieron lo que había hecho hasta el final de su turno ese día, Högel acabó con la vida de su última víctima.
Karl-Heinz Beine, un neurólogo alemán, dijo a NYT que “Niels Högel forma parte de una minoría extrema”. El doctor, que investiga a asesinos en serie en las profesiones médicas desde 1989, dice que le sorprendió la falta de empatía de Högel incluso delante de las familias de las víctimas. Beine cree que el antiguo enfermero está motivado por el narcisismo y la falta de autoestima.