Inmigrante triunfa en Los Ángeles con la comida oaxaqueña gourmet

La sazón casera junto con productos de primera calidad y un buen servicio han sido la clave para el éxito de su negocio

Epifanio García lleva siete años con su restaurante EK Valley. (Aurelia Ventura/La Opinión)

Epifanio García lleva siete años con su restaurante EK Valley. (Aurelia Ventura/La Opinión) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinión

A Epifanio García no le cabe la menor duda de que su éxito en el negocio de la comida oaxaqueña se lo debe a su pasión y a su sazón por la cocina que le viene de herencia y lo trae en la sangre.

Lleva siete años con su restaurante EK Valley en el distrito del arte de Culver City, y hace unas semanas abrió su segundo restaurante EK Valley en la misma ciudad.

Puso el nombre a su negocio, combinando la primera letra de su nombre con la K de Kitchen, cocina en español; y Valley en honor al valle donde nació en Oaxaca.

Para Epifanio, la preparación de comida no es algo nuevo. Creció entre sartenes, ollas y cucharas porque su familia siempre ha tenido negocios de comida en México.

Epifanio Garcia dice que viene de herencia el amor que siente por la cocina oaxaqueña. (Aurelia Ventura/La Opinión)

Nació en San Miguel del Valle, un pueblo al sur de Oaxaca, pero en busca de una mejor vida, sus padres emigraron a Tapachula, Chiapas donde abrieron la taquería Tina.

Sin embargo, un día, su padre sorprendió a la familia con la noticia de que había venido a Los Ángeles a trabajar. Tiempo después cuando su madre se enteró que el jefe de familia se había dado a la bebida en Estados Unidos, le pidió a Epifanio venir a Los Ángeles para llevar al padre de regreso a México.

“Yo vine por mi papá a Los Ángeles, pero en lugar de llevármelo, me puse a trabajar como lavaplatos en un restaurante de cocina italiana en Malibu. A los tres días, me pusieron a cocinar”, recuerda.

Un año y medio después, decidió que era tiempo de cumplir la promesa a su madre y llevó de regreso a su padre.

Epifanio Garcia, ofrece comida oaxaqueña gourmet en su restaurante Ek Valley en Culver City (Aurelia Ventura/La Opinión)
Epifanio Garcia se esmera en que sus platillos sean hechos con productos frescos y de primera calidad. (Aurelia Ventura/La Opinión)

En México, su madre le pidió que ya no se regresara a Estados Unidos, y mejor se hiciera cargo del negocio de jugos, tortas y licuados que le habían abierto exclusivamente para que él viviera allá de los ingresos.

“Pero yo quería hacer lo mío, realizarme. Por eso, decidí regresarme a Los Ángeles en 1991”, dice.

Por esa época, Epifanio tenía 25 años. Siguió trabajando en varios restaurantes de Santa Mónica y Beverly Hills. Fue en uno de esos restaurantes donde conoció a su ahora esposa, Tobías López. Resultó que ella era de Oaxaca, y del mismo pueblo donde él había nacido. Ella trabajaba de chef.

Ya casados, entre los dos, tuvieron la idea de abrir su propio negocio de comida. “Mi lema es si lo puedes hacer para otros, lo puedes hacer para ti”.

Se lanzó primero con una lonchera, pero le salió defectuosa. “Una vez, otro conductor en la calle me paró porque olía mucho a gas; en otra ocasión, una puerta se abrió en plena autopista”, narra.

Epifanio no duró ni un año con la lonchera, y desilusionado la regresó.

El secreto de Epifanio Garcia es un buen sazón con el toque casero.(Aurelia Ventura/La Opinión)

Fue en enero de 2012, cuando abrió su primer restaurante en Culver City.

“Recuerdo que el primer menú que hicimos estaba escrito a mano”, subraya. “Le sacamos copias que entregábamos a los clientes quienes miraban sorprendidos el casual estilo. No había presupuesto para imprimir los menús”.

Hasta un mes y medio más tarde, pudieron escribirlo a máquina ni siquiera tenían una computadora.

“En Los Ángeles, hay muchos restaurantes oaxaqueños muy buenos. Yo quise hacer la diferencia, ofreciendo comida tradicional oaxaqueña tipo gourmet, con porciones más pequeñas, pero con un sabor de casa”.

Epifanio empezó a notar que la gente dejaba el plato limpio. “Yo le dije a mi esposa, o se quedan con hambre o de verdad les gusta”, recuerda. “Hasta la fecha, la gente deja el plato limpio. Yo creo que es porque les gusta mucho”, dice riendo.

Cinco años después de abrir EK Valley, hace unas semanas abrió su segunda sucursal por la Sepúlveda.

Epifanio García con sus hijas Elizabeth, Isabella y Jocelyn. (Araceli Martínez/La Opinión).

Aunque tenemos seis empleados, este es un negocio familiar. Trabajamos mi esposa, sus sobrinos y hasta mis hijas nos ayudan”, comenta.

Las hijas de Epifanio y su esposa Tobías son: Elizabeth de 22 años, estudiante de nutrición; Isabella de 16; y Jocelyn de 12 años.

“Ellas han crecido en la cocina, ayudándonos en lo que pueden porque este es un trabajo de 14 a 16 horas diarias”, dice.

Epifanio está feliz y satisfecho. “Nos ha dado para vivir y sacar a las hijas adelante”, agrega.

Considera que la clave para su éxito como restaurantero es “hacer las cosas lo mejor que se pueda y con pasión. Si aplicas eso, el dinero va a venir a ti”, indica.

El otro elemento es el dar un muy buen trato al cliente. “El 98% de mis clientes son blancos. Les gusta mucho la comida oaxaqueña”, menciona.

Epifanio García le ha puesto mucha dedicación a su negocio Ek Valley Restaurant en Culver City (Aurelia Ventura/La Opinión)

Pero el requisito más importante para que le haya ido bien, considera que ha sido su sazón. “Con eso se nace”, asegura.

Epifanio considera que abrir un negocio es fácil. Lo difícil, opina, es mantenerse en el gusto de la gente.

“Eso se logra con un buen sazón casero y ofreciendo productos de calidad. Yo voy todos los días al mercado, escojo la mejor carne. Yo mismo la fileteo. Yo corto y deshueso el pescado. Mis tacos son de sirloin; la cecina es de lomo de puerco. Yo hago mis propias especies y marino”, menciona.

Hace 20 años, Epifanio se hizo residente de los Estados Unidos. El restaurante para el que trabajaba su esposa Tobías la ayudó a ajustar su estatus migratorio, y ella a su vez solicitó la residencia de su esposo.

“Ahora queremos hacernos ciudadanos”, dice contento.

El primer EK Valley de Culver City se localiza en el 6121 del bulevar Washington; el nuevo en el 5439 del bulevar Sepulveda. Si quieres más información puedes visitar el sitio: www.EKValleyRestaurante.com

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