Cómo era vivir con Anne Hamilton-Byrne, líder de “La Familia”, la macabra secta australiana que le daba drogas a los niños
Ben Shenton, uno de los sobrevivientes de este grupo, habló con BBC Outlook sobre cómo fue su vida mientras lo tuvieron cautivo
Si uno viera a Ben Shenton ahora, jamás adivinaría su pasado.
Lleva más de dos décadas casado, tiene dos hijos y un trabajo estable.
Pero tuvo una crianza bastante inusual.
Cuando era bebé, su madre lo entregó a una famosa secta australiana llamada “La Familia”, dirigida por Anne Hamilton-Byrne y William, su esposo.
Anne era una hermosa y carismática mujer que promovía el yoga y la meditación y que fundó la secta en los años 60.
Sus seguidores la veían como la reencarnación de Jesucristo y a los niños que vivían con ella les hacían creer que era su madre.
La Familia creía que el mundo se iba a acabar y sus seguidores tendrían que reeducar a los sobrevivientes.
Muchos de los niños, ahora adultos como Shenton, han hablado del trato cruel que recibieron.
Entre 14 y 28 menores vivían en una propiedad rural en las afueras de Melbourne, en el sur de Australia.
Las fotos de los cautivos, de los años 70 y 80, son bastante inquietantes. Se les ve vestidos con trajes iguales y todos llevan el mismo corte de pelo.
Muchos de ellos tenían el cabello rubio decolorado y los obligaban a tomar drogas.
Anne Hamilton Byrne, quien murió en junio, en Melbourne, a los 98 años, vivía en el extranjero la mayor parte del tiempo y visitaba ocasionalmente la propiedad de La Familia.
Shenton tuvo poco contacto con gente externa a su “familia”, formada por los niños y unos autodenominados “tíos” y “tías”.
Estos “tíos” los educaban, les impartían sesiones de yoga y meditación y eran muy leales a Anne.
Pero Shenton sí podía acceder al mundo exterior a través de libros. En ese entonces, le fascinaban los libros de historia sobre la Segunda Guerra Mundial.
Empezó a referirse a la propiedad en la que vivía como “campo de concentración”.
“Vivíamos detrás de alambres de púas. Los ‘tíos’ eran los guardias. Era solo un apelativo, pero había coincidencias”, dice Shenton a Emily Webb, del programa Outlook de la BBC.
Aquí un resumen de su conversación con Webb sobre la vida con “La Familia”.
¿Qué pasaba si los niños se portaban “mal”?
Había un libro de reglas (y castigos) aprobadas por Anne. Variaban entre escribir miles de líneas, recibir correazos y sumergirnos en el agua hasta casi asfixiarnos. Otro de los castigos era sostener las manos de la gente sobre velas encendidas. Ver eso podía dejar una seria cicatriz emocional.
¿Qué tipo de ambiente creaba eso para ustedes?
De miedo puro. No sabes cuándo va a ocurrir (un castigo) y tienes que idear mecanismos para enfrentarlos. Como dicen, perro come perro.
¿Qué implicaba eso de “perro come perro?
Sobreviví volviéndome el “soplón de la clase”. Cuando me enojaba mucho con mi hermano menor, que tenía asma, esperaba a que hiciera algo y lo acusaba, sabiendo que lo encerrarían en el baño y lo pasaría mal.
Así que pude usar el abuso de los mayores para no tener que hacer nada yo directamente. Me tomó mucho tiempo pedirle perdón. Él ha entendido amablemente de dónde venía eso. Pero tienes que vivir con esas cosas.
Supongo entonces que los niños no eran muy unidos.
No éramos un grupo, no permitían que nadie estableciera relaciones cercanas. Anne quería el único afecto y todo el afecto. Tan pronto como veían que surgía algún nivel de unión, éramos rápidamente separados.
Golpes con el tacón de aguja
¿Cómo era cuando Anne y su esposo volvían del extranjero?
Era casi como si llegara una estrella de rock. (Los tíos) estaban muy emocionados, pero al mismo tiempo había mucho miedo. A menudo preguntábamos si estaba de buen o mal humor y el mal humor significaba que el infierno se desataba.
Ella era muy feliz golpeándonos con su tacón de aguja.
Pero cuando estaba calmada era muy carismática, ¿no?
Ella era muy carismática, se había sometido a cirugías plásticas, se vestía bien, y realmente atraía a la gente.
¿Qué sentías por ella?
No teníamos puntos de referencia. Todos hablaban de ella como nuestra madre. Lo que hacía era lo que hacían las mamás. No había otras personas con las que pudiera hablar sobre cómo era mi mamá. No había otra narrativa en competencia.
¿Alguna vez te dio drogas?
Sí, recuerdo mucho el Valium, hasta el punto que muchos de nosotros éramos muy sensibles a la luz. La luz del sol era extremadamente dolorosa. Luego, cuando cumplías 14 o 16 años, era el LSD.
¿Cómo trataban a la gente externa?
La consigna era “no se ve, no se oye, no se sabe nada”. No le digas nada a nadie que no sea miembro de la secta. Si tenía alguna interacción, debía comprobar lo que decía para asegurarme de que no había revelado nada. Si cometía alguna infracción, era castigado.
Rescate
El 14 de agosto de 1987, dos de las chicas de la secta se escaparon y fueron a la policía para contarles sobre el abuso emocional y físico que sufrían y para que rescataran a los otros niños. Ese día, más de 100 agentes llegaron a la propiedad.
¿Tenías alguna idea de quiénes eran los agentes?
Ninguna. Estaban ahí para rescatarnos. Pero en La Familia nos habían dicho muchas veces que la policía nos llevaría en una bolsa, nos golpearían y nos tirarían al lago. Así que no estaba demasiado emocionado con su llegada.
¿Cuándo te dijeron que Anne no era realmente tu madre?
Creo que ese mismo día. Tuvo sentido de inmediato.
¿Cómo es enterarse a los 15 años que toda tu vida has formado parte de una secta?
Estaba tratando de entender bien el mundo. Es decir, cuáles eran los “rituales”, cómo funciona, qué debía hacer… por lo que no me fijé tanto en lo que perdía, sino en el mundo en el que iba a vivir, en sus reglas.
¿Cómo te sentiste la primera noche cuando te acostaste?
Habíamos sido instruidos para no decir nada incorrecto. Estaba pensando en qué había dicho, pero luego me di cuenta de que ya no tenía que hacerlo. Me di cuenta de que estaba en libertad, fuera de la cárcel.
Investigación
La investigación de La Familia reveló la forma en que 28 niños habían acabado bajo el cuidado de Anne, pensando que ella era su madre. En la década de 1960 había más embarazos no deseados y Anne se aprovechó de eso. La mujer adoptó ilegalmente a niños nacidos de madres solteras e incluso le pidió a algunos de sus 500 seguidores que les entregaran a sus propios bebés. Anne nunca fue acusada de abuso infantil ni fue a la cárcel. La policía dijo que no había suficiente evidencia física. Solo la multaron con 5.000 dólares australianos ($3.450) por falsificar documentos de nacimiento.
Un investigador encargado de averiguar el origen real de los niños descubrió que Joy, la verdadera madre de Ben, había sido una de las “tías”. Ben la conocía y de hecho la odiaba. Joy había conocido a Anne cuando empezó a hacer yoga como intento de remediar unos dolores crónicos muy fuertes causados por un accidente automovilístico.
¿Qué pasó entre ambas?
Anne le dijo a Joy “te sanaré si me sirves”. Los síntomas realmente desaparecieron. Esas fueron las señales y las maravillas que convencieron a mi madre y quedó totalmente comprometida con Anne.
Como resultado, te entregó cuando eras un bebé de 18 meses.
Correcto, y mi madre hizo la promesa de que nunca se involucraría en mi vida y la promesa fue de por vida.
¿Cómo te fue al entrar al colegio después del rescate?
Fue traumático. En un par de años me deprimí y estaba considerando el suicidio. Yo era raro, peleaba mucho en las relaciones con la gente en la escuela. No podía hacer amigos. Mi apodo era “Psycho” (psicópata).
Hasta que una profesora me dijo que yo había empezado la vida con una desventaja, que la mayoría de niños se conocían desde el primer grado, así que me iba a tomar tiempo. Realmente fue una epifanía para mí, así que me puse a analizar el mundo que me rodeaba.
Te volviste cristiano y terminaste trabajando para IBM. Pero ¿cómo arreglaste la relación con tu madre?
Yo tenía una muy buena relación con mi abuela y la visitaba, así que en diciembre de 2006 mi madre y yo nos encontramos de casualidad en casa de ella.
¿Cómo les fue?
Solo conversamos. Quién eres tú. Esto es lo que soy. Me alegro de verte. Le presenté a mis hijos y dijimos “mantengámonos en contacto”.
¿La perdonaste?
Ya lo había hecho muchos años antes. No sentía una explosión de ira.
¿Cómo fue cuando fuiste con tu madre a visitar a Anne?
Mi madre se arrodilló a su lado. Anne inmediatamente la reconoció. Luego miró por encima de ella y dijo: ¿Quién es este hombre? Le dije que era su hijo. Ella no tenía ningún recuerdo de quién era yo.
¿Eso te ayudó? ¿La viste como un ser humano profundamente defectuoso?
Sólo validé lo que ya sabía. Sabía que ella era profundamente defectuosa.
¿Cómo les fue a los otros niños liberados de la secta?
Todos hemos respondido de manera diferente. Son gente increíblemente empática, con niveles variables de daño y diferentes niveles de éxito. Me considero uno de los afortunados, he sido muy afortunado.
¿Qué tan orgulloso te sientes de haber logrado lo que has logrado?
Hay un gran elemento de alegría y orgullo. Mi esposa es una mujer maravillosa, tengo una gran relación con mis hijos y espero con ganas la llegada de los nietos. Soy un hombre feliz, muy, muy bendecido.
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