Cárcel a secuestradores de migrantes en México hasta por 1,800 años, pero…

Aunque se han impuesto castigos ejemplares, algunas lagunas en la legislación hacen que los secuestradores queden en libertad antes de lo esperado

Existen arbitrariedades que permiten que los delincuentes queden libres.

Existen arbitrariedades que permiten que los delincuentes queden libres. Crédito: Agencia Reforma

MEXICO.- En el último año, jueces de diferentes estados de el país han logrado encarcelar a secuestradores de migrantes al menos una vez al mes, según documentan las fiscalías. En el más reciente caso ––ocurrido en Chiapas, uno de los estados con mayor número de reportes del país–– 2 delincuentes acumularon 90 años por el agravio en contra de 23 centroamericanos.

Esto representa alrededor de 45 años de prisión para cada uno, aunque, por buen comportamiento y otros factores a su favor, podrían, algún día, alcanzar con vida, la libertad del Centro Estatal de Reinserción Social para Sentenciados en San Cristóbal de Las Casas. En otros casos, el acumulado de años en la sentencia hace imposible que el criminal salga de la prisión

En Tamaulipas, por ejemplo. En febrero pasado, 4 sujetos que fueron acusados de privar ilegalmente de su libertad a un grupo de indocumentados en Matamoros; tuvieron una sentencia histórica de 1,872 años de prisión, o sea, 486 años para cada uno: una equivalencia a cadena perpetua.

No fue un juicio común para llegar a ese castigo que pretendió ser una muestra de cambio en la mal lograda justicia mexicana. Tuvieron que coincidir varios factores, entre ellos, la voluntad de policías investigadores para tomar el caso cuando una de las víctimas escapó y le dio la alerta: la mayoría (98%) de los ministerios públicos en México se han caracterizado por negligencia o corrupción.

Destacó también la importancia de los juicios orales públicos, donde cualquier ciudadano podía ver las pruebas presentadas por la fiscalía del estado sobre los hechos del 6 de noviembre de 2016, cuando los migrantes fueron obligados a bajar del tren de carga donde viajaban clandestinos con amenazas verbales, físicas y acorralados con una escopeta recortada.

Los centroamericanos ya no se encontraban en México cuando arrancó el juicio sobre su secuestro: después de la liberación, salieron del país, pero tuvieron la voluntad de enviar sus testimonios grabados.

Así, un jurado escuchó que el día del rapto, a las nueve de la noche, se los llevaron hacia el monte, donde los hombres fueron golpeados y desnudados y las mujeres encueradas, de la cintura hacia arriba, antes de robarles y pedir dinero para liberarlos a familiares y amigos: un modus operandi común desde hace por lo menos una década sin parar.

“Estamos viendo más sentencias que antes, pero puede haber sentencias históricas y que el delito continúe porque los juicios no se vuelven sistemáticos: se debe lograr que la justicia sea algo común”, observó Isabel Miranda, fundadora de la Organización “Alto al Secuestro”.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos  (CNDH) explicó recientemente en un comunicado de prensa, que una de las razones por las que no cesa el secuestro de migrantes es por la falta de coordinación entre las dependencias federales y estatales.

En 2011, la CNDH documentó en 11,333 víctimas en seis meses, pero la cifra no se ha actualizado. El refugio “La 72”, ubicado en Tenosique (frontera con Guatemala), afirma que el delito va a la alza desde julio. Solo en esa zona documentaron 36 casos; 5de ellos presentaron denuncias.

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