83,000 firmas contra el feminicidio de Karla
Karla Pontigo fue asesinada hace siete años
El asesinato de mujeres es uno de los problemas más graves en México. Crédito: Getty
MÉXICO – Hace siete años que Karla Pontigo murió de manera sospechosa. Las autoridades de San Luis Potosí dicen que se clavó un cristal en la ingle; la madre, de la muchacha, Esperanza Luicciotto, que el sospechoso número uno es dueño del bar donde trabajaba porque ningún cristalazo provoca evidencias de agresión sexual ni moretones; la organización Amnistía Internacional, que es un caso representativo sobre la mala calidad en las investigaciones de la policía mexicana.
Por ello, AI tomó a Karla Pontigo como un símbolo.
En las últimas horas, entregó al gobernador del estado, Manuel Carreras, 83,000 firmas de ciudadanos que exigen justicia. El mandatario estatal dijo que “buscará la verdad y la reparación del daño” y no sólo en ese caso, sino “en todos los feminicidios”.
Palabras más, palabras menos dijo hace dos años, cuando AI entregó las primeras 13,000 firmas. Desde entonces, el caso sigue en la Suprema Corte de Justicia de la Nación en busca de que ésta se pronuncie por una re apertura de la investigación mientras la fiscalía estatal no mueve un dedo porque espera la resolución.
En tanto, Esperanza, la madre está bajo amenazas de muerte e intimidaciones sobre las que prefiere “no abundar”. En un acto desesperado, apoyada por AI y organizaciones civiles y académicas colocaron el pasado domingo una “antimonumenta ciudadana” frente al Palacio de Gobierno.
Esperan que el gobierno de la capital del estado autorice pronto colocar una cruz en escultura monumental que recuerde cada día la historia de miles de mujeres que han muerto por violencia de género. “Queremos que no sea solamente detrás de unos arbustos, sino visible para la gente y que sea conservada por el estado”, precisó la directora Ejecutiva de Amnistía Internacional México, Tania Reneaum Panszi.
De acuerdo con cifras reconocidas por el gobierno actual, en el presente año han muerto 637 mujeres en condiciones de violencia por ser mujeres, esto es: feminicidios. Y significa que cada día son asesinadas tres, un número que se suma a 25 años de ataques frecuentes sin resolver: el 94% queda en la impunidad, según un informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
“Por inefectividad de las instituciones”, precisó.
En el caso de Karla, una estudiante de 22 años al momento de su muerte en 2012, el hospital no documentó las lesiones y violencia en el cuerpo de Karla, la escena del crimen no fue resguardada adecuadamente: se limpió a las pocas horas.
Al realizar la necropsia, el Servicio Médico Forense identificó varios indicios de una posible agresión sexual. Sin embargo, estas evidencias fueron perdidas por la Procuraduría General de Justicia del estado de San Luis Potosí.
La línea de investigación fue accidente y al día de hoy tiene estatus de homicidio culposo a pesar de que las características de su muerte configuran un feminicidio: la madre de Karla presentó evidencia de acoso laboral y violencia sexual.
Además, en el proceso de investigación no se citó a los testigos que la familia presentó para esclarecer la muerte de Karla, entre otras anomalías que se repiten en la mayoría de las fiscalías del país.
