Tamales comienzan a desplazar al pavo en cena de Acción de Gracias

Aunque comer pavo es la costumbre en la cena de Acción de Gracias, sin hacer mucho ruido los tamales mexicanos se han metido en el gusto de los angelinos y han comenzado a desplazar al plato favorito que se sirve esta noche.

“En los tres últimos años, la demanda por los tamales ha crecido mucho para el Día de Acción de Gracias”, dice Jorge Mejía,  uno de los hermanos propietarios de Tamales Alberto, con tres negocios especializados en tamales en Los Ángeles.

“Calculamos que la demanda ha aumentado en un 70%”, dice. “Es bastante porque en Navidad estamos al 100%”, anota. Los meses en los que la gente más consume tamales en Los Ángeles son noviembre y diciembre.

El propietario de los Tamales Alberto comenta que desde dos semanas antes, se comienzan a preparar para satisfacer la demanda de tamales para Acción de Gracias.

“La venta inicia desde el lunes antes. Tenemos pedidos no solo de las familias sino de escuelas y oficinas. La gente empieza a celebrar desde días antes”, comenta.

Es tanta la demanda que ya no solo los venden en los tres negocios que tienen abiertos al público sino que los llevan a domicilio.

“El tamal que más pide la gente es el de pollo en salsa verde”, dice. Aunque tienen un amplia variedad, incluyendo los vegetarianos con espinaca y queso, tofu en salsa de chipotle, y de frijol con queso.

Y no vayan a creer que el creciente gusto por los tamales en la cena de gracias es solo de parte de los mexicanos, y los latinos en general.

“Nos los piden mucho orientales y estadounidenses”, dice Jorge apurado por irse a entregar los tamales para la cena de Acción de Gracias.

Los Tamales Alberto se encuentran ubicados sobre la cuadra 1644 al oeste de la calle Temple en Los Ángeles. Pero ya tienen dos locales más: “Tamales Alberto 2” en el 1378 W Sunset Blvd de Los Ángeles, y “Tamales Alberto Echo Park” en el 1630 Sunset Blvd. de Los Ángeles.

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El negocio de los Tamales Alberto lo fundó don Alberto Mejía, el padre de Jorge hace más de tres décadas. Don Alberto llegó de Oaxaca y se puso a vender tamales en las aceras de la Placita Olvera. El dueño de una panadería lo invitó a trabajar para él. De ahí nada lo detuvo, comenzó a agarrar clientes en restaurantes y hace 36 años abrió su propio negocio Tamales Alberto. Su hijo Jorge Mejía llegó a los 16 años de Oaxaca y a los 18 años se unió al negocio de los tamales. Poco a poco se han unido el resto de los hermanos e hijos.

“En los tres negocios, la mayoría de los trabajadores somos familia, pero sí tenemos como unos seis o siete empleados”, dice Jorge.