Cómo el SAT les está ayudando a las minorías a tener éxito
Orgullosa como americana de primera generación, tengo una profunda conexión personal con lo que crea oportunidades para la gente de cualquier origen: la educación.
Cuando mis padres inmigraron de Colombia a los EE.UU. con recursos financieros limitados, ellos entendían el poder que tiene la educación para cambiar vidas. Sin embargo, las puertas a mi futuro sólo se abrieron realmente cuando tomé el PSAT/NMSQT, el cual ayuda a los estudiantes a prepararse para el SAT, los hace elegibles para Becas Nacionales de Mérito, y está conectado con cientos de universidades y muchas oportunidades de becas de las cuales yo nunca hubiera sabido si no hubiera tomado el examen.
Ahora tengo el privilegio de ayudar a ofrecerle esas mismas oportunidades a gente joven en todo el país como líder de la división del Consejo Universitario que administra los exámenes relacionados con el PSAT y el SAT a millones de estudiantes cada año. Nuestra misión como entidad sin ánimo de lucro es ayudar a los estudiantes a realizar sus sueños de asistir a la universidad conectándolos con cientos de millones de dólares en becas.
De hecho, el Consejo Universitario trabaja con 19 socios nacionales de becas, incluyendo el Fondo Hispánico de Becas. La Fundación Jackie Robinson, Educación Indígena, Inc. y otros, para ayudar a los estudiantes de diversos orígenes y que muestran ser promesas futuras, para que consigan becas que hacen toda la diferencia en su habilidad para ir a la universidad. En 2019, se otorgaron a través de alianzas del Consejo Universitario $33 millones en becas a estudiantes de antecedentes académicos por debajo del promedio. Y estamos comprometidos a que esos números crezcan cada año.
Muchos de estos estudiantes, como yo, no hubieran sabido de posibles becas si no hubieran tomado el PSAT/NMSQT o el SAT. A los estudiantes que vienen de antecedentes académicos débiles y no asisten a escuelas con fuertes recursos académicos, se les niegan los beneficios implícitos de la “inflación de calificaciones” que sucede en muchas escuelas ricas y privadas. También les puede faltar acceso a cartas de recomendación, actividades extracurriculares, y a la ayuda en sus aplicaciones a universidades que tienen sus compañeros más adinerados. A veces es el examen mismo el que ayuda a esta gente joven a destacarse del montón.
Hay quienes dicen que el SAT mismo está parcializado o en alguna forma les da desventaja a los estudiantes subrepresentados y de bajos ingresos. Eso no es cierto. Déjenme darles cuatro razones.
Primero, desde que el Consejo de Universidades y nuestros miembros rediseñaron el SAT en 2016, ahora examina lo que los estudiantes realmente aprenden en la escuela secundaria. Ya no existen las “palabras del SAT”, sanciones por contestar mal una pregunta, y preguntas engañosas de matemáticas.
En segundo lugar, antes había una gran desigualdad en la habilidad de los estudiantes para practicar para el SAT. Yo fui uno de esos estudiantes cuya familia no podía pagar por lecciones privadas o tutores que muchos de mis compañeros tenían. Pero en 2015 el Consejo Universitario se enfrentó directamente con la industria comercial de preparación de exámenes asociándose con otra empresa sin ánimo de lucro, la Academia Khan, para crear una herramienta en línea personalizada totalmente gratis para practicar (satpractice.org) que han utilizado cerca de 10 millones de estudiantes para practicar para el SAT. Los cientos de miles de estudiantes que la han utilizado han mejorado su puntaje en 100 y 200 puntos cada año.
En tercer lugar, los estudiantes antes se enfrentaban a verdaderos obstáculos cuando tomaban el SAT el sábado, especialmente aquellos que trabajaban para ayudarle a su familia o que no tenían transporte al lugar donde se daba el examen los fines de semana.
Hoy en día, más del 40% de todas las sesiones de exámenes del SAT – tomados por cerca de un millón de estudiantes graduados en 2019 – se ofrecen en la escuela de los estudiantes durante el horario escolar, a todos los estudiantes y sin ningún costo para ellos. Cuando más estudiantes pueden tomar exámenes de admisión para la universidad tales como el SAT, más estudiantes subrepresentados pueden conectarse directamente con becas, herramientas gratis de práctica, y exención para los costos de las aplicaciones a las universidades.
Tenemos que asegurar que estas puertas estén abiertas a todos los estudiantes. Y, según un conjunto creciente de investigaciones, los exámenes hechos durante el horario escolar aumentan la asistencia a la universidad, en particular entre los estudiantes subrepresentados.
Y, por último, supimos de muchos estudiantes de bajos recursos y de primera generación que se sentían completamente abrumados por el proceso de planeación y aplicación a la universidad. Tenían miedo de saltarse un paso o una fecha importante y que eso les podía costar su sueño de asistir a la universidad.
Así que en 2018 creamos un programa de becas de $25 millones – las Becas de Oportunidad del Consejo Universitario – que les da a los estudiantes un plan de aplicación a universidades y los recompensa con becas simplemente por dar pasos importantes de planeación para la universidad, incluyendo practicar para el SAT en la Academia Khan, hacer una lista de universidades, completar el FAFSA para ayuda financiera y aplicar a universidades.
El hecho es que nuestro compromiso con nuestra misión de establecimiento es más fuerte que nunca – y yo tengo la ilusión de abrir más puertas a la educación superior para todos los estudiantes.
Priscilla Rodriguez is the vice president of College Readiness Assessments at the College Board, where she leads the organization’s programs and services related to the SAT Suite of Assessments, including the SAT and PSAT-related assessments. She previously spearheaded the development of the College Board Opportunity Scholarships program. Prior to joining the College Board, Priscilla was an SVP at the Poses Family Foundation, where she led the Webby-winning resource for parents of children with learning and attention issues, Understood.org. Priscilla is a graduate of the University of Virginia and Harvard Business School.