Se enteró por mensajes de voz que el coronavirus había matado a su madre. No pudo despedirse

El primer mensaje le preguntaba si quería modificar las instrucción de "no resucitar" a su madre

En el estado de Washington se registra el mayor número de muertos.

En el estado de Washington se registra el mayor número de muertos. Crédito: David Ryder | Getty Images

Una mujer se enteró de la muerte de su madre por coronavirus tras escuchar tres mensajes de voz de la residencia de ancianos donde vivía su progenitora. Cuando sucedieron los hechos, el 3 de marzo, la hija todavía no contemplaba el peligro que COVID-19 podía suponer también en Estados Unidos.

En el primero de los mensajes, que Debbie de los Angeles recibió a las 4:15 de la mañana, una enfermera del hogar de ancianos de Kirkland, en el estado de Washington, le preguntaba si mantenía la instrucción de “no resucitar” a su madre. La madre de de los Angeles, Twilla Morin, residía en la residencia en la que se han registrado unas 30 muertes relacionadas con el coronavirus.

“Anticipamos que ella también tiene coronavirus y que tiene fiebre de 104“, dijo en la grabación la cuidadora del centro de mayores, que quería asegurarse si aún seguía vigente el deseo de dejar morir a la mujer de 85 años dada la circunstancia.

El segundo mensaje llegó al buzón de vos de de los Angeles tres horas después que el primero, pero ella los escuchó al mismo tiempo. La segunda voz, diferente a la otra, le alertaba que la salud de su madre se estaba deteriorando rápido y pedía a la mujer que se pusiera en contacto con el hogar de mayores.

Cuando de los Angeles llamó, le dijeron que su madre estaba tranquila. Ella, que no dijo nada sobre la instrucción de “no resucitarla” quería ir a visitarla pero luego cayó en la cuenta de que ella tiene 65 años y su marido 67. Ambos están en el sector de riesgo porque, además, tienen patologías.

La madrugada siguiente, de los Angeles escuchó otro mensaje de voz que había llegado a su contestador minutos antes. “Sé que es temprano en la mañana” -empezaba disculpándose la enfermera- pero Twilla murió a las 2:10 de la madrugada debido a excepcional situación“.

Los tres cortos mensajes fueron el último contacto -indirecto- que de los Angeles tuvo con su madre. En cuestión de horas pasó de saber muy poco de COVID-19 a ser la hija de una de las víctimas mortales de la enfermedad.

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