¿Matará al coronavirus la primavera y la subida de las temperaturas? Esto dicen los expertos
La idea de que el calor hará desaparecer al nuevo brote es un mantra que se repite desde que surgió en Wuhan, China
El mantra de que la llegada de las altas temperaturas matará al coronavirus -o reducirá su impacto y propagación se ha repetido desde la aparición del nuevo brote en Wuhan, China. Sin embargo, los científicos no han llegado aún a ningún consenso sobre el tema.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que COVID-19 ya está causando estragos en regiones del planeta con climas cálidas. En países nada fríos como Tailandia, Indonesia o Filipinas los contagios superan el millar. En Malasia, por su parte, hay 2,800 infectados. La red de Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) por sus siglas en inglés aclara que no existe evidencia de que las altas temperaturas puedan detener o suavizar el virus.
Sin embargo, hay expertos que sí consideran que el calor ralentizará la velocidad de contagio. El español Vicente Soriano, profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de La Rioja recuerda que “los coronavirus, como otros virus respiratorios, suelen reducir su transmisión en las épocas estivales”, como pasó con la epidemia del SARS en 2002-2003.
Soriano estima que en verano la estabilidad viral sobre superficies de contacto “no va más allá de cuatro horas”. Además, apunta que cuando se acerca el verano, los días se hacen más largos y la radiación actúa como antiséptico.
Por otro lado, la ausencia de frío puede hacer que estemos más tiempo en espacios abiertos y con un mayor distanciamiento físico. La Universidad de Yale, por su parte, calcula que el aumento de la humedad relativa en las casas será una barrera contra la expansión del virus.
La Escuela de Salud Pública de Harvard considera en un estudio que el coronavirus no desaparecerá en verano pero sí ralentizará su expansión con la llegada del calor y podría resugir en otoño. “Tenemos razones para esperar que, al igual que otros betacoronavirus, se transmita de manera algo más eficiente en invierno que en verano, aunque no conocemos los mecanismos responsables”, escribe el autor del estudio.
La discusión no está, por tanto, tan centrada en si el calor hará desaparecer el virus o no sino en qué medida frenará su propagación.