La harina es el nuevo papel higiénico, ¿por qué todo el mundo está haciendo pan?
Países como Italia y España informaron de un aumento del consumo de harina y levadura de hasta un 400% desde el confinamiento por coronavirus
Cocinar y, más concretamente, hornear dulces, bizcochos o pan es una de las actividades elegidas para este nuevo estado de restricción de movimiento y distanciamiento social que nos toca vivir.
Tanto es así, que en muchos supermercados ya se agotaron la harina y la levadura.
Estos productos tan típicos de la repostería están siendo tan requeridos en los últimos días que ya podemos decir que se trata de “el nuevo papel de higiénico”. ¿Recordáis cómo la gente lo compraba sin medida al principio de la pandemia del coronavirus? Ahora pasa lo mismo con la harina.
En redes sociales encontramos a varios usuarios compartiendo sus experiencias. Muchos de ellos cuentan que fueron varias veces al supermercado y no encontraron levadura o harina.
Mi primer pan 😋 llevaba días queriéndolo hacer y ahora me pregunto: ¿Por qué no lo hice antes? Esa rebanada, le he echado aceite y me la estoy zampando.#PanCasero pic.twitter.com/eWZGuWeU3H
— 🍃ᏬᏁᏗ ᏕᎧᏁᏒᎥᏕᏗ ᏋᏖᏋᏒᏁᏗ (@RinconPatrice) March 26, 2020
@Mercadona desde que llevamos en estado de alarma he ido varias veces a 3 de vuestras instalaciones y ninguna he encontrado levadura fresca. Quería saber si habéis dejado de reponerla. Un saludo!!
— Edurne Martínez (@EdurneM7) April 3, 2020
No se entiende muy bien a qué se deben este tipo de reacciones y tendencias de consumo, pero parece que se trata de algo global y generalizado. Como si se tratara de distintas fases por las que pasar para superar el confinamiento. Primero, el pánico por el papel higiénico, luego por hacer pan casero. Todo, claro está, mientras no perdemos la cabeza y nos lavamos bien las manos.
Quizás ahí radique la clave de por qué ahora queremos hornear nuestros propios productos. El pan no se puede lavar y en esta época donde todo puede ser susceptible de contagiarnos coronavirus, mejor no arriesgarse. Pan recién hecho sí, pero en casa y lejos de posibles contagios.