Desde el confinamiento, Calibre 50 se recarga

Los chicos de Calibre 50 no habían tenido un “descanso” tan prolongado desde que iniciara su carrera, hace diez años, en su natal Mazatlán, en el estado mexicano de Sinaloa. Pero eso no quiere decir que la exitosa agrupación de música de banda y norteña está inactiva.

“‘Acaba de salir ‘Barquillero'”, dijo Armando Ramos, guitarrista del grupo. “Y ya tenemos material grabado, pero no tenemos planes de disco todavía”.

Se trata de un corrido que hace honor a un caballo que fue menospreciado porque nació con una malformación, dijo Edén Muñoz, fundador, acordeonista y vocalista del combo. Él escribió el tema –como todos los de Calibre– inspirado en una historia real que escuchó de unos amigos.

“Se me hizo interesante”, dijo el artista en una conversación virtual en la que participaron los cuatro integrantes de la banda. “Y si lo adaptamos a la sociedad, ¿quién no ha pasado o conoce una historia similar?, que por una condición, orientación o cualquier tipo de afectación que tienes te hacen chiquito, te catalogan”.

En el caso del caballo al que hace referencia el corrido, fue suficiente alimentarlo, educarlo y darle lo necesario para que se convirtiera en una bestia que cobró un valor que nadie creía ni esperaba.

“Le tapó la boca a muchos”, dijo Muñoz, quien para el videoclip de este corte eligió el pueblo Ejutla, en Jalisco, donde hay una fuerte tradición ecuestre.

Por ahora, los miembros del cuarteto se encuentran recluidos en sus respectivas casas, cumpliendo con el requerimiento impuesto por el gobierno mexicano para evitar la propagación del coronavirus. Esta disposición interrumpió la gira X Aniversario, que el grupo acababa de comenzar a finales de marzo y que celebraría su primera década de existencia; el plan original era recorrer varias ciudades de México y Estados Unidos con fechas que abarcarían hasta 2021.

Sin embargo, la contingencia no solo detuvo los conciertos de Calibre 50, sino a un equipo de casi 70 personas entre técnicos, ayudantes, músicos y otros empleados de la banda. Todos ellos, hasta ahora, siguen recibiendo su sueldo completo.

“Seguimos como si no pasara nada, y vamos a aguantar hasta donde podamos”, dijo Muñoz. “Somos de la idea de cuidar a la gente antes que cualquier otra cosa; es una obligación como cabeza de este proyecto estar en las buenas y en las malas”.

También esperan recibir pronto un cargamento con equipo de iluminación, de sonido y pantallas que importaron de China y que con la crisis sanitaria la entrega se retrasó.

El grupo confía en retomar la gira tan pronto como se levante la restricción sanitaria y los gobiernos den luz verde para que se efectúen conciertos masivos, como los que suele realizar Calibre 50. Tienen fe en que su público estará bastante sensible y necesitará eventos para distraerse.

“Y nosotros vamos a venir más recargados”, dijo Muñoz; “en busca de la felicidad, como dice la canción”.