Indocumentados desesperados porque nadie contesta teléfonos para ayuda por coronavirus
Debido a que la asistencia es limitada no se garantiza que alcanzará para todos
Miles de indocumentados llevan dos días sin lograr comunicarse por teléfono con las organizaciones no lucrativas que entregan la ayuda de $500 dólares del Fondo de Alivio del Desastre para Inmigrantes afectados por el COVID-19 (DRAI), establecido por el gobernador de California, Gavin Newsom.
“Me siento defraudada. Estoy llame y llame desde ayer y nadie contesta los teléfonos”, dice Martina Avila Méndez, una vendedora ambulante de tacos y hot dogs.
Desde que se declaró la emergencia sanitaria, ella y su esposo ya no pueden vender en las calles de Los Ángeles.
“A mi esposo le acaban de diagnosticar diabetes por tanto estrés. A mi me está pegando la depresión, y de la nada me pongo a llorar. Ya debemos un mes de renta. No sé cómo le vamos a hacer para pagar el mes de junio”.
En abril, el gobernador Gavin Newsom anunció un fondo de $75 millones de dólares para apoyar a alrededor de 150,000 inmigrantes que no calificaron para el cheque del Plan de Estímulo Económico, y que fueron impactados en sus ingresos por el coronavirus.
El día oficial para comenzar a recibir las solicitudes del DRAI, fue el lunes 18 de mayo, pero muchos inmigrantes reportaron que en los teléfonos de la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes (CHIRLA) nunca les contestaron; y en los de CARECEN sí les respondían, pero los ponían en líneas de espera, y tras horas de estar en el teléfono aguardando hablar con alguien, las llamadas se cortaban.
“Yo creo que esa ayuda es ‘puro atole con el dedo’. Estoy decepcionada, y me siento humillada de estar rogando por esos $500 dólares”, dice Martina.
CHIRLA publicó en Twitter al final del día, el 18 de mayo, que ayudaron a 688 residentes de los condados de Orange y Los Ángeles.
La organización CARECEN de Los Ángeles publicó en Twitter que recibieron 50,000 llamadas el primer día, lo que saturó sus líneas telefónicas.
“Entendemos la frustración de las comunidades y estamos haciendo lo mejor que podemos”, dijeron.
Pero con cada día que pasa, la impotencia y la frustración crece entre los inmigrantes afectados por la falta de ingresos a causa de la pandemia del coronavirus.
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Ignacia Sánchez, una vendedora de tamales, lleva dos días que llama por teléfono a CHIRLA y CARECEN, las dos organizaciones autorizadas por el estado para entregar los fondos del DRAI a los latinos en los condados de Los Ángeles y Orange.
“No sé qué pasa por qué no contestan el teléfono. Nomás nos están engañando. Si tuviéramos trabajo, no les pediríamos nada”.
Ignacia y su esposo, quien se gana la vida como jornalero, no han podido trabajar desde marzo. “Nuestra situación es crítica, vamos a seguir intentando que nos contesten”, dice.
A pesar de las dificultades técnicas enfrentadas, entre CHIRLA, CARECEN y la organización Asian Americans Advancing Justice (AAAJ) atendieron a 1,644 residentes de los condados de Los Ángeles y Orange, el primer día del programa DRAI. Estas personas recibirán alrededor de $822,500 dólares en apoyos.
“Sabíamos que con al menos 2.4 millones de indocumentados en California, la respuesta al programa DRAI no tendría precedente”, dijo la directora de CHIRLA, Angélica Salas en un comunicado.
CHIRLA dio a conocer que la primera familia que ayudaron es de estatus mixto, con un esposo que es residente permanente; y la esposa, indocumentada. Normalmente se ganan la vida como vendedores de elotes en las calles, pero ninguno de los dos ha podido trabajar en tres meses.
Se espera que esta familia reciba una tarjeta de débito con la ayuda del gobierno estatal en los días siguientes.
Las organizaciones no lucrativas atienden llamadas de solicitudes de asistencia financiera de 9 a.m. a 5 p.m., de lunes a viernes hasta el 30 de junio.
“Estamos trabajando diligentemente para ayudar a la más gente que podamos, y lidiando con los problemas técnicos que puedan surgir”, afirma Salas.
Stewart Kwoh, fundador de AAAJ, dice que apenas abrieron las líneas de teléfono, miles se apresuraron a llamar y pedir asistencia. “Está claro que mucha más ayuda se necesita para asistir a nuestras comunidades inmigrantes que están sufriendo en medio de esta crisis”.
Martha Arévalo, directora de CARECEN, afirma que el ver a tanta gente tratando de solicitar la ayuda el primer día, les mostró que la necesidad es grande. “Vamos a trabajar para asistir a la mayor parte de personas que podamos”.
La Opinión contactó a CHIRLA y CARECEN para preguntarles cuál es el presupuesto que el gobierno del estado les asignó a cada organización; a cuánta gente van a ayudar; cuánto personal tienen para contestar teléfonos; y una vez presentada la solicitud de ayuda, cuánto tiempo se tardarán en entregar el dinero al solicitante.
También se les preguntó, por qué se les está dando preferencia en la asistencia a quienes trabajan para ellos o tienen membresía con sus organizaciones; y si hay alguna manera o mecanismo para que la gente no tenga que perder días en llamadas telefónicas.
Sin embargo, los voceros de prensa respondieron que todas las entrevistas relacionadas con el tema, las tiene que aprobar el gobierno del estado.
Mientras tanto, las familias de inmigrantes están desesperadas porque sus llamadas telefónicas no entran a las organizaciones no lucrativas.
“En dos días, nadie nos ha contestado, y eso hace que nos pongamos muy tristes. Estamos pidiendo ayuda porque no hay trabajo durante la pandemia. Vamos a seguir llamando, pero ya no nos hacemos ilusiones”, dice Lourdes Vázquez, quien se dedica al cuidado de niños, y lleva en el país 25 años.
La Asistencia para Inmigrantes Afectados por el Coronavirus entregará a los inmigrantes que califiquen, un pago por única vez de $500 dólares y hasta $1,000 dólares por hogar. Los solicitantes deben proporcionar información y documentos válidos que prueben identidad, domicilio, y demuestren que el coronavirus impactó su empleo.