Negocios de la Placita Olvera se tambalean
Los dueños de restaurantes dicen que no hay casi ventas pero aún así la renta se sigue acumulando
Leticia Delgadillo, de 84 años de edad, ha tenido su negocio de churros y comida en la icónica Placita Olvera desde hace tres décadas. Sin embargo, el legado de su familia comenzó hace seis generaciones ya que su abuela, quien era artesana, vendía en ese mismo lugar desde 1928.
Ahora la octogenaria teme, que después de casi un centenar de años de ventas, el negocio familiar pueda desaparecer por dejar de pagar la renta.
Delgadillo, dueña de Mr. Churro, es una de más de 60 vendedores de la Placita Olvera que quedaron prácticamente sin empleo desde que comenzó la pandemia por el COVID-19 ya que tuvieron que cerrar. Debido a que todavía no hay un plan de reapertura para ellos, casi todos los negocios continúan cerrados.
“Ahorita tenemos muchas deudas con mis empleados, un montón de facturas para pagar y nada de ingresos”, indicó la mujer, quien tenía a cinco trabajadores. “Y cuando abramos no vamos a poder hacer en una semana los tres meses de renta que se deben”.
Manny Paz, artesano y dueño de la sombrerería Manny’s Fedoras, concordó con Delgadillo y mencionó que la situación es muy difícil y necesitan el apoyo de la ciudad.
Ambos dieron a conocer que el terreno donde está localizado El Pueblo de Los Angeles Historical Monument —o la Placita Olvera como es comúnmente conocida—es propiedad del estado pero supervisado por la Ciudad de Los Ángeles, que se encarga de las rentas.
Estos alquileres, dependiendo el tamaño y el tipo de negocio, oscilan entre $1,000 y $12,000 por mes.
“Nos cerraron los negocios pero nos quieren seguir cobrando la renta por eso estamos tratando de llegar a un acuerdo”, indicó Paz. “Tampoco nos han dejado abrir, dijeron que a lo mejor la próxima semana nos van a dar las reglas [el viernes 6 de junio]”.
Negocios en declive
Guillermo García, dueño de La Noche Buena Restaurant, contó que al inicio cerró el restaurante por un mes y dos semanas porque sus siete empleados tenían miedo al contagio.
Una vez que abrió sus puertas para dar la comida para llevar, llamó a dos empleados pero asegura que la situación ha sido devastadora, ya que el negocio ha bajado casi en un 100%.
“A veces solo vendo $60 o $40 dólares en ocho horas y mis trabajadores ganan $120 cada uno”, explicó.
“Yo no tengo dinero para pagarles y pagar la renta y los demás cobros. Por eso estamos peleando para que nos ayuden porque lo que pasó no fue culpa de nosotros”.
García agregó que ni los motines que se dieron en Los Ángeles en 1992, ni la tragedia del 9/11 en Nueva York lo afectaron tanto como lo ha hecho esta pandemia.
El propietario dijo que espera permanecer en ese negocio que abrió sus puertas en 1929 y en el cual comenzó a trabajar cuando tenía solo 14 años.
“Esta es mi segunda casa. Pero el mal se puede ver. Antes estaba aquí desde las 5 de la mañana hasta las 8 de la noche, ahora solo estamos de las 7 de la mañana a las 2 de la tarde”.
Mociones y reapertura en proceso
Arturo Chávez, supervisor general de El Pueblo de Los Ángeles Historial Monument, dijo que actualmente en el Ayuntamiento hay dos mociones que intentan abogar por los dueños de estos negocios.
Una, escrita por el concejal José Huizar, pide que la ciudad les remueva dos meses de renta. La otra, redactada por el concejal Paul Koretz, pide que los vendedores tengan una extensión de seis a 12 meses para pagar el alquiler.
Se espera que ambas mociones sean escuchadas en el Comité de Presupuesto el 8 de junio.
Aún se desconoce cuál pudiera ser el resultado de estas mociones ya que como lo ha mencionado en varias ocasiones el alcaldeangelino, Eric Garcetti, la ciudad se encuentra en un enorme déficit.
En cuanto a la apertura de los negocios, cuyo rubro no es la comida, es un poco más tardado debido a que se necesitan muchas más reglas para poder operar nuevamente, indicó Chávez.
Los protocolos exigen que haya por lo menos seis pies de distancia entre personas y esto puede ser casi imposible en algunos negocios ya que entre uno y el otro no hay ni siquiera esa distancia. Además, los pasillos de dicha calle son muy estrechos.
“Tenemos que asignar un plan… Tenemos que ofrecer desinfectante. Pensamos que esto pudiera tomar de una a dos semanas”, dijo Chávez.
¿Qué dice la Ciudad?
La Opinión pidió un comentario por parte de la oficina del alcalde Garcetti, que indicó que todos los negocios de la Placita Olvera caen bajo la moratoria de la Ciudad para no ser desalojados por no haber pagado su renta. Una vez que la moratoria termine tienen tres meses para pagar su renta.
“Queremos ayudar a los pequeños negocios a que puedan levantarse ante la crisis y ahora buscamos oportunidades para proveer alivio a los pequeños empresarios”, indicó en un comunicado.
También recomendó a los comerciantes buscar ayuda en coronavirus.lacity.org y en el Centro de Recursos para Negocios, cuyo portal se puede visitar en: bit.ly/3dkbdWG