Educación en remoto perjudica más a niños hispanos. Podrían perder un curso de aprendizaje
El acceso a las computadoras, la conexión a internet o la formación de los progenitores acentúan disparidades entre estudiantes menores
El modelo de formación desde casa, que se implantó sin planificar y de manera forzosa al inicio del confinamiento, retrasará el aprendizaje de los menores estadounidenses, según varios estudios publicados recientemente. Este parón en la vida educativa de niñas y niños del país traerá peores consecuencias para las familias latinas y negras.
En septiembre, muchos estudiantes volverán a las aulas sin los conocimientos y habilidades que tendrían que haber adquirido si la pandemia del coronavirus no hubiera interrumpido sus clases presenciales. Un estudio sugiere que algunos menores habrán perdido el equivalente a un curso académico completo.
Las disparidades étnico-raciales y socioeconómicas relacionadas con el acceso a computadoras, la conexión a internet, un lugar tranquilo en el que desarrollar las tareas y las instrucción de una persona adulta ensancharán la brecha entre alumnos. Serán las escuelas quienes tengan que realizar un sobresfuerzo para paliar estos problemas.
Además, la crisis no parece estar acabando aún, por lo que sus efectos adversos en el ámbito educativo aumentarán si en otoño los centros continúan impartiendo en línea algunas clases o todas. Otros centros verán su presupuesto recortado debido a la recesión económica.
Las investigadores apuntan que la tasa de deserción o abandono escolar crecerá y que los alumnos más pequeños podrían perderse conceptos claves de fonética y fracciones que tendrían que prepararlos para continuar con su formación y para un futuro trabajo. Por otro lado, a los profesores se les hace más complejo observar su progreso.
El alumnado con padres que trabajan fuera de casa, que no tienen habilidades tecnológicas o que simplemente no pueden ayudarles con la formación en remoto están teniendo más dificultades en este nuevo método de aprendizaje.
Un alumno promedio podría comenzar el próximo curso sin haber alcanzado hasta un tercio del progreso en lectura que se esperaría de él en condiciones normales. En matemáticas, podría perder hasta la mitad de las habilidades proyectadas, según un análisis de NWEA, una organización de académicos de la Universidad de Brown y de la Universidad de Virginia.
Otro estudio que investigadores de Brown y Harvard realizaron sobre 800,000 alumnos observó que su progreso en Zearn, un programa de matemáticas en línea que se usaba antes del inicio de la pandemia, varió en función del código postal. En áreas de bajos ingresos disminuyó aproximadamente a la mitad, en zonas de ingreso medio bajó un tercio y lugares de renta alta no hubo cambio alguno.
El progreso académico de la media de estudiantes caerá lo equivalente a siete meses de aprendizaje mientras que para los alumnos negros será 10 meses y para los hispanos, nueve; de acuerdo a un análisis de la consultora McKinsey & Company.
Las razones de que esta ralentización sea más acusada entre familias latinas, afroestadounidenses y de bajos ingresos se pueden encontrar en la falta de equipos para realizar las tareas en casa o de una buena conexión a internet que permita videoconferencias con los profesores. Sin embargo, tanto los padres más pobres como los que ganan más de $200,000 dólares dedican el mismo tiempo a la enseñanza de sus hijos, unas 13 horas semanales, según la oficina del Censo.