Pese a la progresiva apertura económica 1.5 millones solicitan ayudas de desempleo
EEUU suma 13 semanas seguidas en las que se destruyen más de un millón de puestos de trabajo
Por decimotercera semana consecutiva y coincidiendo con la progresiva apertura de buena parte de los estados tras el confinamiento por el COVID-19, más de un millón de personas solicitaron el seguro de desempleo por primera vez.
No era lo que esperaban los analistas. Lo que vieron en esas cifras es peor de lo estimado. Pero esos son los datos del departamento de Trabajo.
En la semana que acabó el 13 de junio 1,508,000, trabajadores solicitaron esta ayuda económica. Son apenas 58,000 menos que la semana anterior (cuyas cifras se revisaron al alza para quedar en 1,566,000).
Unas 760,500 personas que están recibiendo estas ayudas trabajan como contratistas independientes, freelancers o tienen status laborales que en circunstancias normales no les permitiría calificar para cobrar este seguro de desempleo.
En total hay 20.5 millones de personas recibiendo beneficios durante más de dos semanas, una cantidad que se está rebajando muy poco a poco. El año pasado en estas mismas fechas, apenas 1.67 millones de personas estaban en esta situación.
Gregory Daco, economista jefe de Oxford Analitics anotaba que desde mediados de marzo un total de 46 millones de personas han solicitado los beneficios de desempleo. No todos ellos siguen cobrándolos y muchas de las pérdidas de trabajos han sido temporales pero esa es la huella destructora de la pandemia.
El hecho de que se siga destruyendo empleo ahora que hay una progresiva recuperación de la actividad apunta a la profundidad de una crisis en la que se ha sufrido el golpe de cerrar la economía y el hecho de que este cierre no ha podido ser temporal sino definitivo para muchos empleos.
La falta de cash flow o de demanda se hará notar en los próximos meses en muchos negocios y será un nuevo escollo en el camino de la recuperación.
A ello se une la incertidumbre de qué tipo de negocios pueden sobrevivir mejor al reto de de las condiciones de vuelta al trabajo y la vida social que está demandando la contención de la pandemia.
Heidi Shierholz, economista especializada en el mercado laboral, explicaba hacía énfasis en que esta es la semana número 13 seguida en la que las peticiones de ayuda al desempleo son más del doble que en la peor semana de la Gran Recesión.
Muchas grandes empresas están ajustando sus plantillas y se están haciendo cambios que son permanentes en muchas de ellas. Son empleos, como los de gestión de la cadena Hilton o los de Airbnb, que no volverán o tardarán en hacerlo y normalmente son el terreno en el que crece la clase media.
La progresiva apertura se ve amenazada, además, por los picos de contagios que se están registrando en estados populosos y claves para la economía del país como Florida, California, Texas o Arizona.
Y en este contexto, las ayudas otorgadas al principio de la pandemia están llegando a su vencimiento sin que el Senado actúe sobre la legislación aprobada en mayo por los demócratas con nuevas medidas para sostener la economía. Las provisiones del CARES Act, han sido con sus luces y sus sombras, claves en la recuperación de algunos indicadores económicos pero el consenso de los economistas se pide más estímulos.
La Reserva Federal no hace más que ampliar las ayudas y su presidente, Jerome Powell, ha sugerido que el Congreso haga más.En el Senado, la mayoría republicana no está dando salida al nuevo paquete de medidas.