Choferes de Metro: esenciales pero sin pago extra
Indican que por la pandemia se acumulan los gastos y que además son un grupo muy expuesto al COVID-19
La Autoridad de Transporte Metropolitana del condado de Los Ángeles (Metro) se unió esta semana a 27 agencias más del país para pedir al gobierno federal ayuda económica con el fin de que puedan subsistir durante la pandemia por el COVID-19.
El CEO de Metro, Phillip Washington, dijo que la agencia esta agradecida por la ayuda del CARE Act, que se les otorgó financiamiento hace unas semanas, pero no es suficiente para continuar manteniendo el transporte público en movimiento.
“Se nos ha recortado el trabajo y necesitamos ayuda del Congreso”, expresó. “Mientras nuestros gastos aumentan, nuestros ingresos disminuyen”.
Metro redujo las líneas de varios autobuses debido a la falta de pasajeros por la pandemia y la agencia nunca ofreció un pago extra a sus empleados, quienes son considerados trabajadores de primera línea.
Nersito, quien ha sido chofer de Metro por tres años, dijo que lo único que recibieron hace unos meses fue el incremento anual que reciben como parte de su contrato.
“Mi aumento fue de 75 centavos y cada aumento depende en qué contrato de salario estas”, dijo Nersito, quien pidió no publicar su apellido.
“Pero esto no fue parte de ningún acuerdo por estar poniendo nuestras vidas en riesgo mientras trabajamos”.
El chofer dijo que se ve obligado a laborar en estas circunstancias ya que necesita el salario. “Mi esposa no está trabajando y yo tengo que hacerlo”, comentó.
Por ahora han estado tratando de negociar con sus propios sindicatos para ver si estos los apoyan en obtener algún tipo de incremento de salario, aunque sea temporal como se hizo con los trabajadores de supermercados y farmacias.
“Como nuestro contrato no dice que nos deben dar un ‘Hazard pay’ [pago por estar en peligro] no lo quieren hacer”, explicó Nersito.
“Lo mismo sucedió después del terremoto de Northridge, los choferes no recibieron el aumento porque ya eran considerados trabajadores de primera línea”.
Los contagiados
Hasta el momento se han reportado 48 casos de choferes infectados del COVID-19 y un fallecido, dijo John Ellis, presidente general del sindicato SMART Transportation Division —que representa a los choferes de Metro.
Ellis reconoció que los choferes de autobuses se enfrentan a diario al peligro pero aseguró que toman precauciones como abrir la puerta trasera para que entren los pasajeros y no forzar el pago de tarifa.
“Obtuvimos autorización para bloquear el área de la parte delantera del autobús para evitar que la gente se sentara allí”, explicó.
“El único momento en que se permite es cuando un pasajero con discapacidades no puede subir el escalón de la entrada trasera se le brinda la rampa de la entrada frontal”.
En respuesta al bienestar y salarios de los choferes, la agencia de Metro indicó que no está claro si el Senado incluirá el Fondo de Héroes en su próximo proyecto de ley de ayuda de emergencia. Pero de ser así, sus empleados serán parte de este beneficio.
Sin especificar exactamente porque no hubo un incremento de pago en el pasado para los choferes de Metro, José Ubaldo —portavoz de Metro— dijo que la agencia anticipa un déficit de hasta $1,800 millones en los próximos dos años fiscales debido a la pandemia de COVID-19.
“A medida que el Congreso considera un nuevo paquete de ayuda [ante el] COVID-19, está claro que nuestra agencia necesitará más fondos federales para mantener el Condado de Los Ángeles en movimiento”, indicó.
“Metro trabaja en colaboración con la Delegación del Congreso del condado de Los Ángeles para garantizar que cualquier nuevo paquete de ayuda brinde a nuestra agencia los recursos que necesitamos para salvaguardar los servicios de transporte que continuamos brindando a miles de residentes del condado”.
Poco ha cambiado
Nersito dijo que desde que comenzó la pandemia, los empleados de Metro —sobre todo los choferes— pidieron más protección para su persona. Se les ha dado pero, agrega, que no es suficiente.
A petición pueden recibir guantes, mascarillas y barreras de plástico al lado de sus asientos en el autobús. También hay suficiente desinfectante de manos en las estaciones de descanso. Aún así es difícil controlar la situación una vez que los pasajeros abordan sin tomar las precauciones necesarias.
Claudia Vigil, una pasajera de Metro, dijo que hace poco se vio obligada a usar el medio de transporte para ir del Sur de Los Ángeles al centro. Pero le preocupó mucho al ver la falta de cuidado en los camiones.
“Los pasajeros se suben sin mascarillas y los choferes no les dicen nada. También el camión va muy lleno. No había distanciamiento físico… A mí me dio miedo regresar en el autobús y mejor le pedí a mi tío que me recogiera”.
Marisol García, otra pasajera de Metro dijo que a mediados de junio tuvo que tomar el transporte público para comenzar a trabajar. Ella aprobó el hecho de que había desinfectante de manos en la estación de autobús donde estaba esperando su camión.
“Pero cuando te subes al bus ahí parece que no ha pasado nada. No todos usan mascarillas. La gente platica como que si no pasa nada”.
Preocupada por la situación García se vio obligada a adquirir un carro para hacer su viaje al trabajo.
Nersito dijo que es muy difícil pedirle a los pasajeros que mantengan una distancia de seis pies dentro de un autobús de 45 pies de largo.
“La gente desde que se sube quiere estar detrás [del chofer] y yo no los puedo obligar a que se vayan para atrás”, expresó. “Todavía hay una gran cantidad de desamparados que usan el transporte público solo para viajar sin rumbo fijo”.
El 10 de julio, los trabajadores de Metro se pronunciaron en protesta para pedir el aumento de pago. Nersito dijo que de ser necesario están dispuestos a contraer la “flu blue” [gripe azul], una forma de protesta en la que faltas por la excusa de enfermedad.