De foco rojo del coronavirus a la reapertura en el condado Imperial

Esta área fronteriza dejó de ser el epicentro de la pandemia en California e inició la reactivación de la economía.

El 90% de los trabajadores son latinos en el Valle Imperial.

El 90% de los trabajadores son latinos en el Valle Imperial.  Crédito: Manuel Ocaño | Cortesía

El condado Imperial, en la frontera con México, dejó de ser el epicentro de la pandemia en California y ha comenzado a reabrir negocios con mucha cautela.

Las ciudades en el condado, fundamentalmente agrícola, comenzaron esta semana a reabrir negocios y actividades al aire libre, incluidos los cultos religiosos, que pueden efectuarse bajo una lona a forma de carpa, pero sin ninguna pared, distanciamiento y otras medidas preventivas.

A mediados de mayo, el condado con 180,000 residentes, hispanos en más del 90 por ciento, tenía el mayor índice de infecciones del COVID 19 en todo el estado.

En promedio más de 31 residentes por cada cien mil personas en el condado resultaban positivos en la pandemia.

Junta de Supervisores en el condado Imperial. (M. Ocaño)

Para ponerlo en perspectiva, el condado de Los Ángeles tiene 55.7 veces la población que tiene el condado imperial, sin que haya pasado del 17 personas contagiadas por cada cien mil habitantes.

En las semanas en que el condado Imperial fue el foco de la contingencia en California, los escasos hospitales se saturaron a un punto en que advirtieron que ya no podrían recibir más pacientes contagiados de COVID 19.

El estado dispuso llevar durante semanas entre mayo y junio hasta 600 pacientes a otros condados vecinos, a San Diego los helitransportaron para ahorrar tiempo de cruzar la Rumorosa por carretera.

En los primeros días de julio, el condado Imperial regresó a la fase 1 de contingencia, a volver a ordenar el uso de mascarillas en público, el distanciamiento social, y a restringir actividades en interiores.

Pero luego de una labor de semanas de constante apego a medidas de prevención, el condado bajó de más de 31 personas contagiadas por cada cien mil residentes, a un radio de apenas 11 personas por cada cien mil residentes.

El condado, que colinda con Mexicali, Baja California, y Arizona, todavía está en la lista de “observación¨ del Estado Dorado junto con otros 35 condados, lo que significa que todavía necesita cubrir diversas mediciones para reabrir con más confianza, pero al volver esta semana a la fase 2, indica que va en camino correcto.

“Yo me siento cautelosamente optimista, quiero asegurarme de que la tendencia continúe”, dijo en declaraciones escritas el oficial de Salud Pública del Condado Imperial, Stephen Munday.

Pero dijo sentirse “extremadamente orgulloso del progreso que ha logrado nuestro condado”.

Con un clima generalmente de tres dígitos durante el verano, “entiendo, dadas nuestras condiciones climáticas puede parecer menos que ideales para algunas empresas limitarse a operaciones al aire libre en este momento”, dijo Munday.

Sin embargo, explicó, “esta es una señal de una mejora significativa para nuestro condado, y, con nuestra continua diligencia, tengo la esperanza de que podamos seguir avanzando hacia la recuperación de un mayor sentido de normalidad en nuestra comunidad”.

Hasta este domingo, el condado acumulaba 10,667 casos positivos de COVOD 19, de los que 9,555 ya se habían recuperado y quedaban 819 activos. Se reportaban 293 fallecimientos.

Al entrar en la fase 2 reabrieron en exteriores lugares de culto, servicios de cuidado personal como las peluquerías, cines, zoológicos, juegos de cartas, gimnasios y restaurantes, entre otros.

En interiores pudieron reabrir esta semana ventas al menudeo, clases de educación superior únicamente cuando no se puedan llevar virtualmente, guarderías, bibliotecas y casinos, entre otros.

La directora de Salud del condado, Janette Angulo, dijo que “debemos avanzar de una manera muy reflexiva, responsable y colectiva, para disminuir los impactos”.

La directora declaró que el condado Imperial comienza a recuperarse porque se basa en la comunidad y debe de mantener ese apoyo para evitar que recaída.

“El condado ya sabe lo que significa duplicar, triplicar o cuadruplicar los casos COVID-19 en cuestión de unas semanas. También sabemos lo que significa tener que transferir un número sin precedentes de pacientes, y también sabemos de la repercusión (como ejemplo) para otras ciudades de California por optar por tomar un camino diferente”, agregó Angulo.

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