Niños latinos entre los más afectados por el hambre a causa de la pandemia
Pronostican que la inseguridad alimentaria va a aumentar en los próximos meses
Los sondeos semanales del Censo arrojan que los niños de las minorías, alrededor de 14 millones, no comen lo suficiente en Estados Unidos desde que comenzó la pandemia del coronavirus. Al mismo tiempo, la demanda por alimentos se ha disparado en los bancos de comida y anticipa que aumentará en los próximos meses.
Estos son algunos de los hallazgos revelados por expertos en el tema de la seguridad alimentaria durante la videoconferencia “Hambre en América cercana a los niveles de la Gran Depresión. ¿Qué puede hacerse?”, organizada por Ethnic Media Services.
“Los niños afroamericanos, latinos y niños asiáticos han sido más dañados que los de las familias blancas”, dijo el reverendo David Beckman, presidente emérito del Instituto Bread for the World.
Señaló que de acuerdo al sondeo semanal del Censo, no hay una sola semana en la que haya inseguridad alimentaria. “Es aterrador. Lo que queda claro de estos datos es que las familias con niños son las más afectadas, y que no vayan a la escuela es un problema terrible para la gente de bajos ingresos”.
Una de cada seis familias con niños aseguran que no reciben los alimentos que necesitan.
Por eso el reverendo afirmó que es realmente importante que las personas sean generosas y se ofrezcan como voluntarios para trabajar en los bancos de comida locales. “Mi esposa lo está haciendo y realiza llamadas telefónicas a familias latinas que necesitan asistencia para el alquiler y comida”.
Hizo ver que ahora es el momento para que alguien pregunte a los legisladores sobre el proyecto de ley de alivio para COVID-19 (Heroes Act) que está pendiente.
“Estamos instando a la gente a pedirle a sus senadores que terminen este proyecto de ley, y luego centrarse en el programa de cupones de alimentos SNAP que permite alimentar a los niños y cuando las escuelas están cerradas”.
Destacó que además se necesita proveer un camino a la ciudadanía para los entre 12 o 13 millones de indocumentados del país escondidos en las sombras, probablemente con hambre.
Demanda por comida
Amy L. McReynolds, jefa de equidad del programa Feeding America, una red nacional de bancos de comida y cocinas locales que proveen alimentos y conectan a la gente con servicios y recursos, dijo que desde mediados de marzo han visto un nivel sostenido en el aumento de la demanda en los bancos de alimentos de todo el país así como familias que por primera vez han ido a solicitar alimentos.
Quizás se pregunten – dice – por qué tenemos hambre cuando vivimos en el país más rico del mundo.
“A medida que el costo de vida sigue aumentando. La gente se está quedando más rezagada porque sus ingresos cubren menos de sus necesidades básicas, vivienda, gastos de atención médica, transporte y alimentación. Se ha vuelto más difícil para las familias que luchan por sobrevivir en este país”.
Feeding America ahora está sirviendo a más personas que nunca debido a la pandemia. “Antes de COVID, había 37 millones de personas que experimentaban inseguridad alimentaria en este país. Creemos que ese número puede llegar a 54 millones de personas durante los próximos seis meses de la pandemia. Eso incluye casi 18 millones de niños”.
Esos números son aún más preocupantes para las minorías en este país. “Las tasas de inseguridad alimentaria son dos, o dos veces y media mayores que las de sus homólogos blancos. Los hogares de las minorías son más vulnerables al hambre y la pobreza”.
Acceso más difícil
Casi el 100% de los bancos de alimentos de Feeding America han informado que la demanda ha aumentado en más del 60% desde marzo.
“Los clientes a quienes les preguntamos sobre su experiencia dicen que es más difícil llegar a fin de mes.”
Amy pidió a la gente que vote en las elecciones de noviembre, en particular a las personas que están experimentando inseguridad alimentaria y pobreza en este país. “Deben hacer que los legisladores de todo el país escuchen sus voces a través del proceso de votación”.
Reconoció que es una preocupación que las comunidades de inmigrantes puedan acceder a los alimentos, y están desarrollando formas para se sientan cómodas de llegar a los contenedores de distribución.
Emerge el hambre
Jovanna López, cofundadora de People’s Nite Marketing en San Antonio, cuya meta es crear acceso a las frutas y vegetales frescos, dijo que la situación antes de COVID-19 ya era terrible porque recibían donaciones de comida echada a perder o expirada, pero cuando la pandemia apareció, toda la pobreza y el hambre salieron a la superficie.
“La gente especialmente los adultos mayores y discapacitados sin acceso al transporte y con su sistema inmunológico comprometido, se quedaron atrapados en sus departamentos dependiendo de lo que les pudieran llevar para comer”.
“Una de las historias que me impactó fue la de una señora mayor de 85 años, a la que su familia no iba a verla seguido y estuvo sobreviviendo de migajas de pan. Por fortuna, a través de nuestras conexiones, ella recibe una caja de vegetales y frutas frescas; y tratamos de llevarle arroz, frijoles y carne cuando podemos para que tenga un poco de proteína durante la semana”.
Jovanna reveló que han batallado para que los funcionarios públicos los ayuden con donaciones, por lo que han recurrido a la comunidad, y presionan por un dólar aquí y otro allá para llevar comida a la comunidad.
“Puedo decir que hemos alimentado cerca de 150,000 familias, pero ha sido muy decepcionante ver que el gobierno local no estaba preparado para la cantidad de gente que necesita comida ni nuestro banco de alimentos. Así que lo que necesitamos es hacer que todos puedan comer de manera oportuna, no solo los que tienen arriba de 60 años”.