Trabajadores quieren la opción de poder regresar a su trabajo que perdieron al inicio de la pandemia
Algunos activistas acampan en Sacramento en espera de que el gobernador Newsom firme la medida AB3216.
Martha Morán platicó que llegó hasta las inmediaciones del Capitolio en Sacramento decida a permanecer indefinidamente a la espera de que el gobernador Gavin Newson firme una ley que le permita recobrar su empleo.
“Trabajé 30 años como recamarera en un hotel del sur de California. Por la pandemia, el 19 de marzo, de un momento para otro me dejaron sin trabajo”, narró Morán, en una llamada desde fuera del Capitolio.
Desde entonces quedó en el desempleo. Del hotel presuntamente le llamarían para que regresara a trabajar eventualmente, pero dijo que ahora ve la posibilidad cada vez más alejada.
Cuando Morán se enteró de que un grupo de trabajadores de la industria de la hospitalidad viajaría a Sacramento a convencer al gobernador de que formara una ley que les permitiera recuperar sus trabajos, se unió al grupo, que llegó a la capital del estado el martes en la tarde.
Desde entonces Morán y por lo menos una docena de colegas suyos de esa industria se encuentran fuera del Capitolio, en espera de que el mandatario estatal firme la ley AB3216.
La legislatura ya aprobó esa iniciativa y fue entregada al gobernador, quien tiene como plazo el 30 de septiembre para refrendarla en ley o rechazarla con una explicación.
Por protocolo, si el gobernador no toma ninguna decisión sobre la iniciativa para el último día de septiembre, se convierte en ley.
“Nosotros vamos a permanecer aquí hasta que tengamos una respuesta”, comentó Martha Morán, “lo hacemos por nosotros y por compañeros que no pudieron venir, pero que necesitan regresar a sus trabajos en hospitalidad, muchos de ellos padres y madres solteras, otros con familiares enfermos”.
Morán por su parte quisiera “que me dejaran regresar al trabajo y terminar ahí hasta jubilarme, ese es el sueño; para eso necesitamos la AB3216”.
Sergio Sorza, de Unite Here 11 de Los Ángeles, que organizó la caravana a Sacramento, dijo por su parte que asistentes del gobernador recibieron un documento del grupo que viajó en la caravana para hacerlo llegar a Newsom.
Dijo que, actualmente, si un empleador despide a sus trabajadores, las personas despedidas no tienen derecho a regresar a su trabajo, excepto en Los Ángeles.
“En la ciudad y en el condado de Los Ángeles hemos pasado leyes que permiten a los trabajadores regresar a los puestos de los que fueron descansados por la pandemia, pero queremos que todos los trabajadores de todo el estado de California tengan esa protección”, dijo Sorza telefónicamente.
El grupo ante el capitolio incluye a trabajadores despedidos de los condados de Orange, Los Ángeles, San Diego, San José, Oakland y Sacramento.
La misión que se propuso el grupo es aguardar hasta reunirse con el gobernador Newsom, presentarle sus testimonios y pedirle directamente que apruebe la AB3216 antes del fin de septiembre.
De acuerdo con Unite Here 11, la industria de la hospitalidad en California recibió al menos $4,600 millones de dólares en préstamos para protección de pagos de nómina (PPP), un programa del gobierno federal para garantizar salarios a trabajadores, que en muchas ocasiones son préstamos que de hecho no serán cobrados por el gobierno.
El sindicato, que representa a unos 30,000 trabajadores en California y Arizona encontró que 25 hoteles aceptaron entre $28.9 millones y $67.4 millones de dólares en préstamos PPP, pero pocos respetaron el conservar a los trabajadores.
Además, el gigante corporativo HMS Host, una empresa de servicios de alimentos en el aeropuerto John Wayne, recibió $1.5 millones en concepto de ayuda, mientras que sus trabajadores han sido despedidos desde marzo.
La aprobación de la AB3216 concedería que esos trabajadores regresen a sus puestos, aun sin considerar que los empleadores ya recibieron ayuda financiera para retenerlos.
El texto de la ley dice que “requeriría que un empleador ofreciera a sus empleados despedidos información especificada sobre puestos de trabajo que estén disponibles para los cuales los empleados despedidos están calificados, y que ofrezca puestos a esos empleados despedidos en función de un sistema de preferencias”.
Frank Santos, un chef de banquetes durante 7 años en el Terranea Resort, dijo que “los despidos desde COVID-19 afectaron a todos por igual, pero no es justo que una empresa se aproveche de una pandemia para deshacerse de los trabajadores que llevan mucho tiempo”.