Hay preocupación de los padres y maestros por el regreso a las aulas
Los manifestantes piden un regreso a clases seguro en el distrito escolar de Los Ángeles.
Un grupo de manifestantes se reunieron el jueves frente al auditorio de la preparatoria Dorsey, al sur de Los Ángeles, para pedir públicamente al Distrito Escolar Unificado de los Ángeles (LAUSD) que cuando reabra los planteles escolares sea de una forma segura para todos.
Entre los protestantes estaba la señora Jazmín García, una residente del este de Los Ángeles con una hija en el segundo grado de primaria; ella dijo que no permitirá que su hija regrese a tomar clases en persona hasta asegurarse que no habrá riesgo de contagio.
La madre de familia dijo a La Opinión que está preocupada de que el LAUSD esté tomando decisiones a puertas cerradas sin considerar la opinión de los padres de familia.
“Sabemos que las clases en persona son necesarias, pero deben ser de una forma segura”, dijo García. “Como cuando cerraron las escuelas de repente [en la primavera], nosotros solo recibimos una carta. No tomaron en cuenta nuestra opinión”.
La madre expresó que puede entender la rapidez de la decisión que se tomó en la primavera para cerrar las escuelas, pero espera que no ocurra nuevamente ya que los padres están más enterados de lo que sucede y por ende pueden y quieren opinar.
“Sentimos que nuestras comunidades de color son las que están siendo más afectadas porque muchas personas de esta zona son trabajadores esenciales, y ellos no se pueden quedar en casa”, dijo García. “Pero también tenemos que ver que si se reabren las escuelas, no estemos enviando a nuestros niños a una situación peor”.
Otra madre de familia preocupada por la seguridad de su hijo es Alicia Baltazar. La residente de Wilmington dijo que ella teme no solo por la seguridad y salud de su hijo, quien asiste al quinto grado, sino también por la de ella.
“Yo tengo varias enfermedades subyacentes y me da miedo que mi hijo pueda ir a la escuela e infectarse y después me infecte a mí”, explicó Baltazar.
Añadió que no confía en que los niños no corren riesgos de enfermarse gravemente si son contagiados.
“En abril mi primo de 12 años falleció por el COVID. Entonces a mi no me pueden venir a decir que los niños están a salvo”, indicó Baltazar.
Al igual que García, Baltazar también indicó que espera que la salud de sus hijos sea tomada con seriedad ya que al ser parte de las escuelas de bajos recursos no reciben suficiente ayuda como otras instituciones escolares en otras áreas más pudientes económicamente.
Peticiones para el distrito escolar
Entre sus peticiones, los manifestantes pidieron que el LAUSD demuestre su plan de seguridad pública para cada sitio escolar, que incluya fondos con suficiente Equipo Personal de Protección (PPE), suministros de limpieza y personal de conserjería adicional.
Además, pidieron una colaboración entre los gobiernos federal, estatal y locales para priorizar y financiar el rastreo de contactos para suprimir la propagación del COVID-19 en la zona de las escuelas. Y que haya una expansión de las escuelas comunitarias, así como de los equipos de transición para ayudar en el bienestar social y emocional de los estudiantes en la transición del aprendizaje virtual al personalmente.
Max Arias, director ejecutivo del Service Employees International Union (SEIU), Local 99, dijo en la conferencia de prensa que mientras se preparan para reabrir las escuelas se debe restablecer un rumbo hacia la dirección correcta para estudiantes y comunidades.
“Debemos acabar con el racismo sistémico que niega a todos los niños una educación de calidad y hacer cambios fundamentales para garantizar que todos los estudiantes y empleados puedan aprender y trabajar en escuelas seguras, limpias y que brinden apoyo, ahora y en el futuro”, indicó Arias.
El sindicato SEIU local 99 representa a casi 35,000 trabajadores de la educación del sector público y privado en los condados de Los Ángeles, Ventura y San Bernardino. Estos incluyen asistentes de maestros, asistentes de educación especial, conductores de autobuses, jardineros, conserjes, trabajadores de la cafetería, trabajadores de centros de cuidado infantil familiar y oficinas administrativas, entre otros.
Sharonne Hapuarachy, maestra de la preparatoria Dorsey, aseveró que si extraña estar en el aula con sus estudiantes. Sin embargo, ni los estudiantes ni sus padres y familias son reemplazables.
“Vemos que las familias de nuestras comunidades escolares se ven obligadas a elegir entre su salud y su supervivencia económica”, dijo Hapuarachy. “Esto impacta el camino educativo de nuestros estudiantes y, como educadores, nos impulsa a abogar por una recuperación racialmente justa dentro y fuera del aula”.
En respuesta a la manifestación y sin dar detalles en específico, el LAUSD se limitó a decir que continúan implementando planes para que los estudiantes regresen a las escuelas tan pronto como sea seguro y apropiado hacerlo.