Hay miedo, riesgo y dolor, pero poca ayuda para la salud en el campo
Activistas dicen que los campesinos del Valle Central no son vistos como los soportes económicos que son en California; inclusive, en dicha área ya hay muy pocas camas disponibles para los enfermos del COVID-19.
La señora Imelda García vence el miedo cada madrugada al ir a trabajar al campo. Es el único sostén de la familia, sus hijos todavía no trabajan, y el COVID 19 ya ha cobrado varias vidas cercanas en las inmediaciones de Lodi en el condado de San Joaquín.
“Pues sí me da miedillo, oiga”, platicó Imelda telefónicamente a La Opinión, “ha sido muy duro esto de la pandemia, he llorado”.
“Todas las mañanas digo antes de salir ‘en el nombre sea de Dios’, y me salgo, ahora a esperar el raite porque andamos lejos en la poda” para preparar la cosecha de la uva del próximo año.
Tiene que aprovechar cada oportunidad de trabajo que se presenta porque además la pandemia trajo escasez al campo.
“A veces hago tamales y les vendo a conocidos, otras veces ayudo a una señora que cocina para vender, pero ha sido muy difícil”, comentó.
Dijo que “siquiera a los que son ciudadanos o residentes el gobierno ayuda, les dio buen desempleo, ¿pero a una? A nosotros no nos ayudan, tenemos que ganarlo a pulso, por eso hay que vencer el miedo”.
Por lo menos cuatro personas cercanas a la familia de Imelda han perdido la vida víctimas del COVID 19 en los últimos meses. La madre de familia teme que por su condición migratoria y por ser campesina, si llegara a enfermar, pudiera no recibir la ayuda adecuada.
“Como Imelda hay decenas de miles de personas en el Valle Central”, dijo por su parte Luis Magaña, de la organización que busca Justicia para Jornaleros Agrícolas Migrantes.
“En esta pandemia ha sido más claro que no ven a los campesinos como los seres humanos que son”, declaró. “No los ven como los soportes económicos de California”.
De acuerdo con cálculos del sindicato campesino UFW, la agricultura de California actualmente se traduce en más de $50,000 millones de dólares.
Sin embargo, con contadas excepciones, los trabajadores agrícolas tienen que comprar sus propias mascarillas y dotaciones de gel antibacterial.
“La mayoría de las veces, cuando algunas organizaciones les ayudan, lo hacen de una manera paternalista, como si les dieran limosna, y está bien que sean compasivos, pero se necesita que los vean como los grandes forjadores que son y que necesitan apoyo, no lástima para seguir su tarea”, denunció Magaña.
La Oficina de la Federación Agrícola de California (CFBF), por ejemplo, tiene en su página web solo un mensaje en video de 30 segundos en que un locutor recomienda en español a los trabajadores agrícolas que usen mascarillas y gel, guarden distancia y eviten asistir a reuniones numerosas. El único otro video dice lo mismo, pero en inglés.
La organización no tuvo respuesta a lo inmediato a solicitudes de la prensa.
Mientras tanto en el Valle Central donde decenas de miles de campesinos continúan el trabajo, pese a que es una de las regiones para las que el gobernador Gavin Newsom ordenó suspender todas las actividades no esenciales.
De acuerdo con información del Departamento de Salud de California esta jueves, en el condado de San Joaquín, donde vive Imelda con sus hijos, solo había 5 camas disponibles para atender casos de COVID 19, en Fresno solo había 7, en Kings 1.
Un brote sería fatal en la región. “Lo que más me da miedo, es que me enferme, y que lleve el virus a mis hijos, a mi casa al regresar de trabajar”, dijo Imelda, “por eso regreso y voy derechito a bañarme hasta que me siento más segura”.
Magaña cuestionó que en algunos hospitales tampoco se identifique a los campesinos víctimas del COVID 19 por su trabajo, lo que podría alertar a quienes estuvieron en contacto, sino que les generalizan como ‘hispanos”.
Peor aún, el virus sí ha contagiado a miles de campesinos y la mayoría no lo notó.
Un estudio conjunto de la Clínica de Salud del Valle de Salinas y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California en Berkeley dice que la mayoría de los 800,000 campesinos se identifican como mexicanos y latinos.
En el estudio se tomaron muestras de sangre a trabajadores agrícolas y de acuerdo con los resultados, uno de cada cinco dio positivo en anticuerpos para el COVID 19, lo que significa que se habían contagiado en algún momento entre marzo y esta semana.
Uno de cada cuatro dijo que perdió un ser querido pro la pandemia, y uno de cada tres expresó temor de perder su trabajo si dejaba de trabajar por miedo a contagiarse.