Conoce a quienes van a ‘cazar’ vacunas
Cientos acuden a formar largas colas con la esperanza de que alguien cancele su cita para ceder el turno y recibir su primera dosis
Eran las 3 de la mañana de este miércoles, cuando Eligio García llegó a formarse en una línea a las inmediaciones de Lincoln Park, en el Este de Los Ángeles. Estaba dispuesto a pasarse ahí todo el día, hasta el ocaso si era necesario. Su objetivo era ver si podía conseguir de casualidad que le apliquen la vacuna contra el COVID 19.
Llegó con una pequeña silla plegable, en la mochila cargaba un poncho impermeable por si llovía, una chamarra delgada para el frío, algo de comida y agua; además de su celular, un cargador portátil para el móvil y “con muchas ganas y armado de paciencia, para ver si al final del día nos toca la vacuna”.
Para Eligio García, de 34 años de edad, sería imposible conseguir ahora la vacuna de otra manera.
Todavía escasean y las contadas que llegan al condado de Los Ángeles son para los trabajadores de la salud y las personas de la tercera edad, también para los mayores de 65 años.
“Hoy está soleado y a mí, y a los que esperamos aquí, nos convendría que mejor estuviera lloviendo… Mientras más fuerte, mejor todavía”, platicó Eligio a La Opinión. Dicho escenario incrementaría sus opciones de conseguir su objetivo.
“Este es el segundo día que vengo, La primera vez que vine a formarme fue la semana pasada, tuvimos lluvia todo el día, a ratos fuerte… Lo que pasó es que por la lluvia mucha gente canceló su cita para vacunarse, entonces las que sobraron al final del día se las pusieron a los que esperaban, fueron más de 200, por poco me toca”, dijo con emoción.
Las vacunas que ahora se aplican se preparan por tandas varias veces al día con base en las citas que los centros de vacunación acuerdan por teléfono, es la única manera de reservar dosis y horarios.
Pero de acuerdo con Eligio, a muchos adultos mayores que tienen que usar el transporte público se les dificulta mucho llegar a los centros de vacunación y terminan por cancelar sus citas.
“Cuando sacan las vacunas de los refrigeradores, ya no pueden volverlas a guardar. Si no las usan se echan a perder”, expresó Eligio.
Agrega que sería un gasto lamentable cuando la mayoría de los 10 millones de angelinos desearía tener desde ahora la primera dosis de la vacuna.
“Yo miré en la televisión que las vacunas nada más se pueden aplicar como seis o diez horas después de que se descongelan, no me acuerdo bien. El chiste es que se tienen que usar pronto o ya no sirven”, comentó.
Explicó que “por eso si al final del día sobran vacunas, prefieren ponérselas a los que esperan en la fila; porque, si no, las tendrían que tirar”.
Eligio confesó que si bien teme contagiarse, le aterra más aún la idea de llevar sin darse cuenta el virus a sus padres o a personas del público que atiende diario en su trabajo.
Este hombre es parte de las personas que ya se identifican como los “cazadores de vacunas”, porque permanecen al acecho desde antes de que salga el sol y hasta que ya se ha ocultado para ‘cazar’ vacunas que sobran en el día.
Es un recurso que se vuelve cada vez más popular en el área de Los Ángeles como consecuencia de la escasez de vacunas disponibles contra el COVID-19.
Menos del 10% de la población en Los Ángeles ha sido vacunada con la primera dosis contra el coronavirus, pero de acuerdo con la supervisora Hilda Solís es una cantidad significativa, si se le compara con otras regiones pobladas del país.
Solís agregó que la cruzada de vacunación en Los Ángeles ha sido “notable”, pues “aunque nuestras dosis son limitadas, hemos inmunizado a muchos entre los más vulnerables de nuestras comunidades”.
“De hecho, el condado de Los Ángeles ha podido vacunar a un porcentaje más alto de nuestra población que el condado de Cook (Illinois) y el condado de Harris (Texas), que son el segundo y tercer condados más poblados de Estados Unidos, después del condado de Los Ángeles”, dijo.
Solís explicó que “el 7.9% de las personas en el condado angelino ya recibió la primera dosis de la vacuna y que el condado ya administró el 79.8% de su suministro”.
La directora de Salud en el condado, Bárbara Ferrer, dijo en su última participación pública que el condado ha administrado 790,902 vacunas, de un total de 991,375 que recibió hasta la semana pasada.
Aseguró que “el condado de Los Ángeles tiene la tasa de administración porcentual [de vacunas] más alta en el país”.
El condado informó además que este mes pasa a la fase 1b, que son vacunas para educadores, campesinos y personal de emergencias.