Comenzó como vendedor ambulante de tamales en Nueva York y hoy factura más de $100,000 mensuales
Un joven colombiano comenzó a vender unos cuantos tamales en la calle, sin tener experiencia para cocinar, y hoy factura más de $100,000 dólares mensuales
Las historias de éxito de latinos que salen adelante siempre resultan inspiradoras, como el caso de Alejandro Martín, un joven colombiano que tras duras pruebas y comenzando desde cero inició un negocio de tamales en Nueva York que hoy le deja ganancias por $100,000 dólares mensuales.
El sitio El Tiempo publicó que Alejandro dejó todo para ir a Estados Unidos a aprender inglés para poder progresar en un trabajo que tenía en su país natal. Después de concluir sus estudios profesionales y laborar para la compañía D-Link, donde estaba a cargo de los gerentes de producto del sector de tecnología y de la estrategia de mercadeo, decidió ir a aprender el idioma para poder comunicarse con sus clientes y jefes.
El joven de Medellín, renunció a su trabajo y en el 2013 juntó sus ahorros, se hizo de una gran deuda y se fue a Nueva York. Cuenta que sus primeras experiencias fueron “traumáticas” porque no entendía nada de lo que le decían, pero con el tiempo aprendió el idioma y consiguió trabajo, y a sus 27 años decidió regresar a Colombia para conseguir una mejor oportunidad.
Confiado por hablar inglés Alejandro pidió trabajo en Samsung para el cargo de jefe de producto para Latinoamérica, pero le dijeron que era muy joven, pero mientras le podían ofrecer un puesto menor para adquirir experiencia.
Aburrido y decepcionado Alejandro decidió volver a Estados Unidos, para ahorrar y después regresar a Colombia a hacer inversiones. Se fue con su novia y en esos días se enteraron de que estaba embarazada.
Pasaron días difíciles y en una ocasión su novia le dijo que tenía antojo de tamales, por lo que le pidió la receta a su mamá y los prepararon. Recuerda que no quedaron muy bien pero así, sin querer, comenzó el negocio que le cambiaría su vida.
El joven colombiano comenzó vendiendo unos cuantos tamales a sus compañeros de trabajo y les encantaron. Posteriormente un amigo se quedó sin empleo y de broma le dijo que vendiera tamales, así lo hizo y al ver que vendía entre 10 y 15 tamales al día, él también se animó a salir a vender tamales.
Alejandro confiesa que al principio le daba vergüenza vender en la calle y que tuvo que soportar las inclemencias del tiempo y largas jornadas de trabajo, pero vio que sus ingresos poco a poco iban aumentando.
Con la pandemia todos querían vender tamales por lo que empezó a buscar distribuidores y un local, que estuviera en su casa, para su empresa “La Tamalería”.
El primer mes fue malo, y sus ganancias disminuyeron porque vendía más baratos sus productos para que los distribuidores obtuvieran ganancias. Crearon redes sociales para promover las ventas y hoy cuenta con una cadena de más de 140 distribuidores, y realiza ventas on line.
Además de los tamales agregaron la preparación de lechona y “La Tamalería” pasó de facturar un promedio de $25,000 mensuales a más de $100.000 dólares, fabricando entre 6,000 y 8,000 unidades de tamales semanales.
Hace cinco meses abrieron la primera franquicia de producción en Miami y ya extendieron sus ventas más allá de la gran manzana. Actualmente, está en negociaciones para abrir 14 franquicias y su meta es tener una en cada estado de EE. UU. donde hay latinos.
“Yo quiero que la tamalería se vuelva el McDonald’s de los colombianos”, asegura el perseverante emprendedor de Medellín.
Con información de El Tiempo
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