Los riesgos ocultos de los planes compra ahora y paga después


Cada vez son más los compradores en línea que encuentran un nuevo método para pagar en la página de pago: pagar el 25% del precio de compra y luego pagar el resto en tres pagos iguales en un plazo de seis semanas sin cuotas ni intereses.

Este tipo de financiamiento instantáneo y sin costo, conocido como “compra ahora y paga después” (BNPL por sus siglas en inglés), se ha vuelto muy popular durante la pandemia de COVID-19. Algunos estadounidenses en apuros lo usan para pagar productos necesarios a plazos, mientras que otros compran artículos caros sin la obligación de pagar el monto total.

Estos préstamos a corto plazo también son populares entre los consumidores que no califican para tener una tarjeta de crédito y otro tipo de financiamiento, pero que de igual manera quieren tener las ventajas de pagar a plazos.

Leisa Meredith, residente de Tampa, por ejemplo, controla estrictamente sus gastos porque se está recuperando financieramente después de una quiebra. Por eso elige este método de pago para comprar zapatos para sus nietos.

“Para las personas que buscan administrar el flujo de efectivo, el sistema de comprar ahora y pagar después es maravilloso”, dice Meredith, de 51 años.

Sin embargo, existen riesgos. Según el tipo de plan que utilices, puedes estar sujeto a comisiones y cargos por intereses si no haces los pagos a tiempo. También puedes tener problemas para obtener un reembolso por algo que hayas comprado, incluso si el producto tiene defectos o resulta insatisfactorio. Y existe el riesgo de dejarse llevar y comprar mucho más de lo que puedes pagar.

“Los consumidores no siempre entienden cómo funcionan estos programas de préstamos o qué ayuda pueden esperar si algo sale mal”, dice Chuck Bell, director de programas de la división de defensa de Consumer Reports.  

Cada vez más comerciantes de renombre ofrecen opciones de comprar ahora y pagar después, a menudo porque se asocian con empresas de tecnología financiera. (Los comerciantes pagan una cuota a estos prestamistas, apostando a que los consumidores comprarán más si pueden estirar los pagos). Incluso los bancos y los emisores de tarjetas de crédito ofrecen sus propias versiones de este tipo de convenios.

Más del 40% de los compradores estadounidenses han usado un plan de “compra ahora y paga después”, según una encuesta hecha recientemente por Credit Karma/Qualtrics, con el mayor uso entre la generación Z y los millennials más jóvenes. De los que participaron en un programa de BNPL el año pasado, el 27% tenía entre 19 y 25 años, mientras que el 48% tenía entre 26 y 34 años, según Cardify.ai, una empresa que rastrea los datos de gasto de los consumidores.

La participación creció durante la pandemia, que afectó los ingresos de muchas familias estadounidenses y también hizo que más personas compraran en línea. Afterpay, uno de los principales prestamistas, vio cómo sus ventas mensuales en los Estados Unidos se duplicaron con creces en noviembre con respecto al año anterior, hasta alcanzar los $2,100 millones.

Cómo funciona el sistema

Los programas de “compra ahora y paga después”, también llamados “préstamos en el punto de venta”, funcionan como un plan de pago a plazos a la inversa. En lugar de pagar durante un tiempo para tener derecho a una compra, recibes el artículo por adelantado y luego realizas los pagos según lo programado.

Si compras en línea, verás un botón de pago más tarde cuando llegues a la página de pago del sitio web de la tienda participante. Si compras en tiendas físicas, lo más probable es que te permitan configurar una opción de pago mediante una aplicación para teléfonos inteligentes.

Obtener la aprobación para una cuenta BNPL, si no lo hiciste antes, suele tomar solo unos segundos. La mayoría de los programas no hacen más que una verificación crediticia no minuciosa para confirmar la información, sin que ello afecte tu puntaje de crédito. Puedes elegir vincular tus pagos a tu tarjeta de débito, cuenta bancaria o incluso una tarjeta de crédito, según el prestamista.

El acuerdo típico es depositar el 25% de la factura y pagar el resto cada dos semanas en tres pagos iguales sin intereses. Pero los planes de BNPL pueden tener distintos acuerdos de pago (más información sobre este tema a continuación).

También es posible que las empresas de servicios financieros más consolidadas te ofrezcan un plan de pago a posteriori. El otoño pasado, PayPal introdujo el plan “Pay in 4” (Paga en 4); al igual que las otras ofertas de BNPL, este plan permite que los compradores dividan los pagos en cuatro pagos iguales y sin intereses. Los clientes de PayPal deben solicitar este plan por separado.

American Express, Citigroup y JP Morgan Chase lanzaron planes de pago a plazos para los titulares de tarjetas, lo que les da la opción de dividir las compras grandes en una serie de pagos cuando reciben los estados de cuenta. Estos programas generalmente tienen una cuota o cargos por intereses que pueden ser más bajos que las tasas regulares de las tarjetas de crédito.

Ten en cuenta que es posible que no se aprueben todas las compras cuando haces clic en el botón de BNPL. Las empresas de tecnología financiera ponen límites a las cantidades que puedes diferir, que están relacionados con tu historial de pagos y con las políticas de la tienda participante.

Afterpay, que se puede usar en miles de tiendas, entre ellas Dillard’s, Bed Bath & Beyond y Lululemon, limita el gasto entre $1,000 y $2,000, dice Melissa Davis, directora de North America, aunque los clientes con buenos registros de pago pueden calificar para montos más altos.

La mayoría de los compradores realizan compras relativamente modestas. En Quadpay, otro prestamista de BNPL, las transacciones son en promedio de $200, explica Shira Schwartz, vicepresidenta de mercadotecnia, y los clientes suelen usar el plan para comprar productos de moda y belleza, artículos de juego y entrega de alimentos.

Algunas tiendas de lujo también empezaron a ofrecer préstamos en el punto de venta. Peloton, la bicicleta fija de alta gama (con un costo aproximado de $2,000), se asoció con Affirm para ofrecerles a los clientes la opción de planes de pago en pagos sin intereses ni cargos por hasta 39 meses. Las compras de Peloton representaron el 28% de los ingresos recientes de Affirm, según la presentación de su oferta pública inicial.

Qué puede salir mal

Un riesgo obvio de los programas de BNPL es que esos pagos aparentemente asequibles pueden tentarte a derrochar dinero.

En una encuesta realizada el año pasado por Cardify.ai, casi la mitad de los compradores de BNPL dijeron que aumentaron sus gastos entre un 10% y un 40% cuando utilizaban estos planes en comparación con el uso de una tarjeta de crédito. Dos tercios de los clientes de BNPL dijeron que compran joyas y otros artículos que “desean” que de otro modo no comprarían, según la encuesta.

También es posible que a los consumidores les resulte más difícil hacer un seguimiento de los pagos a plazos. Según un estudio que hizo Cornerstone Advisors, una empresa de consultoría bancaria de Scottsdale, Arizona, reveló que en los dos últimos años, el 43% de los usuarios de los servicios de BNPL se retrasaron en algún pago. De ellos, dos tercios dijeron que se retrasaron porque no hicieron un seguimiento de los pagos, no porque no tuvieran el dinero.

“Para la mayoría de las personas, el problema no era tener el dinero, sino su administración”, dice Ron Shevlin, director de investigación de Cornerstone Advisors.

También puedes tener dificultades si tienes un problema con la compra, como obtener un reembolso por un producto que no llegó o resultó defectuoso. Eso se debe a que tendrás que cumplir con los requisitos tanto del prestamista de BNPL como de la tienda.

A diferencia de los emisores de tarjetas de crédito, que están sujetos a una regulación federal estricta, estos programas de préstamos a corto plazo son relativamente nuevos y reciben una supervisión mínima e inconsistente de los reguladores bancarios estatales y federales.

“Los programas ‘compra ahora y paga después’ están en un área gris de las regulaciones, y no tienen las mismas protecciones al consumidor que las tarjetas de crédito”, dice Chuck Bell, el defensor de Consumer Reports.

A diferencia de los emisores de tarjetas de crédito, que suelen suspender los pagos cuando se disputa una transacción, los prestamistas de BNPL suelen exigir a los consumidores se comuniquen primero con el comerciante para obtener crédito para una devolución o reembolso. Hasta que la tienda no notifique al prestamista que la transacción fue anulada o que se ha emitido un reembolso, es posible que debas continuar haciendo los pagos del préstamo.

Eso a menudo deja a los consumidores solos para garantizar que el comerciante cumpla con el pago y que el prestamista de BNPL acredite el pago. Estas tareas pueden resultar desafiantes, especialmente durante una pandemia.

Para LT Horhn, de 48 años, residente de Los Ángeles, conseguir que Sezzle le devolviera el dinero de un bolso de $200 resultó ser un gran calvario.

“En septiembre hice una compra en línea y después me arrepentí porque no conocía la tienda”, explica Horhn.

Intentó cancelar la compra, pero no pudo comunicarse con la tienda por teléfono, y el representante de atención al cliente de Sezzle le dijo que todas las solicitudes deben pasar directamente por el comerciante.

Horhn devolvió la bolsa, que era de mala calidad, dice. Pero la dirección que le dio la tienda resultó ser falsa, y el paquete fue devuelto como imposible de entregar. Como no pudo obtener un reembolso de Sezzle, canceló los pagos a través de su banco, pero el primero por $51 ya se había procesado.

Cuando lo contactó Consumer Reports, el director ejecutivo de Sezzle, Charlie Youakim, revisó la cuenta de Horhn y recibió un reembolso. Youakim también dice que Horhn debería haber iniciado una disputa.

Horhn respondió que no entendía cómo hacerla en el sitio web.

Cómo evitar problemas

1. Sé realista con los gastos. Es posible que tu prestamista de BNPL te permita gastar hasta $1,000 en una sola compra, pero no por eso debes hacerlo.

Por lo tanto, analiza detenidamente tu presupuesto y tus ingresos para saber cuánto efectivo disponible tendrás.

Una vez que comprendas tus límites de gasto, asegúrate de apegarte a ellos, tal vez puedes hacer una lista estricta de las compras planificadas. Y reserva una cuenta para esos pagos futuros.

“Debes asegurarte de tener realmente el dinero reservado para cuando venzan esas facturas”, dice Marguerita Cheng, planificadora financiera certificada en Gaithersburg, Maryland.

2. Comprueba si hay trampas en las preguntas frecuentes. “Estos servicios de pago diferido siguen siendo el ‘Wild West’ (salvaje oeste); hay de todo tipo, algunos con cuotas e intereses y otros sin ellos”, dice Matt Schulz, jefe de análisis de la industria en Lending Tree. “Es fácil confundirse, especialmente si tienes cuentas con más de un prestamista”.

Por lo tanto, consulta los términos de los préstamos en el sitio web del prestamista, que generalmente están en la página de asistencia o de preguntas frecuentes, o llama y pregunta. ¿El cargo moroso se suma automáticamente o puedes obtener una exención si pagas con un día de retraso? Si no realizas un pago, ¿se te prohíbe realizar compras futuras? ¿Si te atrasas con un pago o si no pagas, informarán a una agencia de crédito, posiblemente perjudicando tu puntaje de crédito?

Asegúrate de conocer las reglas para el tipo específico de préstamo que estés utilizando, ya que algunos prestamistas brindan más de un tipo de programa de financiamiento. Affirm, por ejemplo, ofrece préstamos a diferentes plazos, y los términos y las tasas de interés pueden variar según la tienda y su perfil crediticio.  

3. Configura pagos automáticos. Como mostró Cornerstone Research, los consumidores pueden perder fácilmente el control de los pagos de BNPL. Uno de los posibles motivos es que estas facturas son a corto plazo y vencen cada dos semanas, en lugar de mensualmente, dice Shevlin. Hacer malabares con varios préstamos puede aumentar la confusión.

Algunos consumidores también consideran que el cargo por pago atrasado es un costo menor, pero eso puede invalidar el propósito de usar estos programas, dice Ted Rossman, analista de la industria en CreditCards.com.

Supongamos que terminas pagando $30 de recargo por un artículo de $100, lo que aumenta el precio del artículo en un 30%. Si no tienes suficiente dinero en el banco para pagar esa factura, es posible que además se aplique un cargo por sobregiro de $35.

La forma infalible de evitar estos costos es automatizar todo el proceso. Programa pagos regulares con tu cuenta o tarjeta bancaria.

También puedes configurar recordatorios por mensaje de texto o por correo electrónico que te avisen cuando vencen los pagos. Algunos prestamistas lo hacen automáticamente.  

4. No uses el servicio en tiendas desconocidas o en viajes. A menos gastes una pequeña cantidad de dinero que no olvidarás, un programa de préstamos a plazos no es una buena forma de probar un producto o servicio nuevo.

“Si estás utilizando un plan ‘compra ahora y paga después’, probablemente lo mejor sea comprar en tiendas conocidas, que tengan un historial de entrega a tiempo y que respondan rápidamente si hay un problema con la compra”, dice Rossman.

También te sugerimos que lo pienses dos veces antes de usar estos planes para organizar viajes, como comprar boletos de avión, dice Chuck Bell, el defensor de Consumer Reports. Cuando se trata especialmente de sitios de reservaciones de viajes en línea, puedes encontrarte con políticas de reembolso inflexibles si los planes de viaje cambian o se cancelan.

5. En cambio, considera usar una tarjeta de crédito. Si bien los préstamos en el punto de venta pueden ser convenientes, es posible que a largo plazo sea mejor usar una tarjeta de crédito, siempre que puedas pagar el saldo completo a tiempo.

“Si usas una tarjeta de crédito, puedes generar un buen puntaje crediticio, cosa que es importante para las finanzas en general”, dice Schulz. (Aprende estrategias inteligentes para mejorar tu puntaje de crédito). También puedes obtener recompensas por tus compras, como reembolsos en efectivo o descuentos, que pueden aumentar tu presupuesto.

También tendrás más protección al consumidor si usas una tarjeta de crédito. Además de la investigación de los cargos en disputa, algunos emisores pueden ofrecer protección de compra, que cubrirá los costos si alguien roba los artículos o si llegan dañados.

En estos tiempos de incertidumbre, puede ser un gran beneficio contar con ayuda adicional si algo sale mal.

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