Los republicanos buscan bloquear el plan de infraestructura de Biden; de cumplirse se afectaría el empleo
La bancada opositora ha dicho públicamente que buscará detener al presidente y sus propuestas, así lo intentaron con el tercer paquete de estímulo. En caso de que los republicanos frenaran el plan de infraestructura, se perdería la oportunidad de detonar el empleo masivo tal y como se pretende
Los republicanos en el Congreso pueden oponerse a la agenda del plan de infraestructura que está proponiendo el presidente Joe Biden, con la cual se pretende detonar un gran número de empleos por todo el país.
La iniciativa pretende erogar $2,3 billones de dólares para mejorar y construir carreteras, puentes, así como también otras inversiones en infraestructura. Al igual que en el voto para aprobar el tercer paquete de estímulo, los republicanos buscan acotar al presidente.
Si la bancada republicana va por el no, obligará a los demócratas a asumir la plena propiedad del paquete masivo de gastos y aumentos de impuestos corporativos que Biden quiere que se apruebe.
La tensión podría aumentar esta semana, ya que Biden no muestra signos de ajustarse para satisfacer a los líderes republicanos, sino que apela directamente a sus electores en busca de apoyo.
Los republicanos tienen la intención de cargar a los demócratas con la responsabilidad de todos los impuestos y gastos futuros, al igual que lo hicieron con el rescate de 2009 después de la crisis económica, enmarcándolo como una extralimitación del gobierno que acumula deuda.
El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, marcó el tono definitorio de su partido cuando declaró que luchará rotundamente contra la agenda de Biden “en cada paso del camino”.
Mientras el Congreso se prepara para comenzar a redactar la legislación para la propuesta de Biden, ambas partes serán puestas a prueba. En la Cámara, los legisladores podrán presentar solicitudes de proyectos en sus distritos de origen para detonar proyectos de infraestructura.
Este movimiento es visto como una forma de atraer la participación bipartidista y garantizar que los fondos se gasten en necesidades acordadas. Los expertos aseguran que los republicanos se verán obligados a participar o retirarse.
Esto tendrá un efecto en los legisladores, ya que los electores y gobernantes locales claman por fondos para mejorar las alcantarillas, los aeropuertos y otros innumerables sistemas de infraestructura.
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