‘¡Es un milagro!’, dice madre al obtener permiso humanitario para reunirse con hija hospitalizada
Andrea Medina, su hija gemela de 21 años se encuentra delicada de salud; logra regresar a EE UU con el apoyo de los congresistas
Teresa Medina logró lo que parecía imposible, un permiso humanitario para entrar a Estados Unidos y estar al lado de una de sus hijas gemelas, Andrea, quien se encuentra delicada de salud en un hospital de Los Ángeles desde el 11 de marzo.
“Ha sido como un milagro que le dieran ese permiso”, dice Sandra Mareny, quien fue a recoger a su madre a San Ysidro en la frontera con México.
Desde octubre pasado, la familia Medina ha vivido una tragedia tras otra. En octubre, José Manuel Medina, el padre de la familia, fue detenido y deportado de manera exprés a México. En Los Ángeles se quedaron, su esposa Teresa y sus cuatro hijos, Sandra Mareny, Omar y las gemelas Andrea y Daniela de 21 años.
Cuando en enero, José Manuel contrajo coronavirus, las hijas gemelas decidieron viajar a México para cuidar al padre de 61 años. Solo que tres días después de llegar, Andrea comenzó a sentirse mal al grado que tuvo que ser hospitalizada con el diagnóstico de una infección muy fuerte que se le agravó por su diabetes tipo 1, un padecimiento que la obliga a recibir insulina a diario.
Después de que Andrea entró al quirófano tres veces y sufrió un paro cardiorrespiratorio en México, desesperada Teresa, su madre, se montó en un avión con destino a Guadalajara. No le importó saber que con su salida, no podría regresar al país, por no tener un estatus migratorio.
“Pensé que me habían mentido, que mi hija estaba muerta. Cuando llegué a Guadalajara, ella estaba sedada, en terapia intensiva”, dijo en una entrevista con La Opinión en marzo.
Al ver que su estado de salud no evolucionaba en México y por recomendación de los propios médicos, Andrea fue trasladada en una ambulancia aérea de Guadalajara a Los Ángeles en marzo.
Teresa y su esposo José Manuel se quedaron con el corazón desgarrado por no poder acompañar a su hija debido a la falta de documentación legal para entrar al país. “Mi hija me necesita. Tengo mucho miedo. Es una pesadilla horrible”, dijo Teresa en marzo a La Opinión.
En Los Ángeles, su hija Sandra Mareny, aún con un avanzado embarazo, comenzó a movilizarse para conseguirle a sus padres, un permiso humanitario que les permitiera regresar a Los Ángeles.
Con el apoyo de Mayra Todd, líder de la organización ‘Mujeres de Hoy’ comenzaron a tocarle las puertas a los congresistas.
“Fuimos a las oficinas de Tony Cárdenas y contactamos a la congresista Linda Sánchez y al senador Alex Padilla”, dijo Mayra quien además les consiguió que hablaran con el abogado en migración René Saucedo.
El experto en migración aconsejó a la familia que los padres viajaran a Tijuana para solicitar el permiso humanitario. “Hay dos maneras de solicitarlo desde México, a través de la Patrulla Fronteriza y el Consulado Americano. Ellos fueron a ver a la Patrulla Fronteriza en Tijuana”, explica el abogado Saucedo.
Presentaron comprobantes de que la hija estaba hospitalizada, y a la vez, los congresistas Tony Cárdenas y Linda Sánchez habían mandaron cartas de referencia a la Patrulla Fronteriza.
Así fue como una semana después de solicitar el permiso humanitario, el viernes 14 de mayo, Teresa recibió un permiso humanitario por 30 días para ver a su hija. A su esposo, debido a su reciente deportación, se lo negaron. La madre cruzó la frontera de inmediato.
Del lado estadounidense, la esperaba su hija Sandra Mareny.
“La vi salir contenta. Me dice que los oficiales de migración la trataron muy bien”, dice la hija quien abrazó emocionada a su madre, tras más de tres meses de separación. “Cuando se fue a Guadalajara, no pude despedirme de ella”.
Teresa coincide en que el permiso humanitario ha sido un verdadero milagro tras meses de mucho temor y angustia. “Ha sido una pesadilla horrible. Hemos sufrido mucho con la enfermedad de Andrea y sin poder estar cerca de ella. Desde México, solo podía ver a mi hija a través de una videollamada”.
Sandra Mareny dice que su hermana se mantiene estable en el hospital. “Su recuperación va a ser un proceso largo que requerirá de mucha terapia física. Por ahora no puede hablar. Le hicieron una traqueotomía que le permite respirar”.
En cuanto les autoricen las visitas, que apenas se acaban de reanudar en el hospital donde se encuentra Andrea, su madre podrá ver a su hija.
“Vamos a aprovechar también estos días para hacerle una petición de residencia”, dice Sandra Mareny.
El abogado Saucedo afirma que debido a que ahora con el permiso humanitario, la madre tiene una entrada legal al país, cualquiera de sus hijos nacidos aquí, puede pedir su residencia. “Vamos a reunirnos este sábado (15 de mayo) para hablar del tema”.
Por lo pronto, el permiso humanitario, dice el abogado, es un gran logro.
“No es fácil conseguirlo. En mi experiencia con mis clientes, he visto que han aprobado dos contra siete que se han negado”.
La líder de la organización de Mujeres de Hoy, dice que el regreso de su Teresa se consiguió en gran parte, gracias al apoyo de los congresistas y a la presión que les pusieron.
“La gente no debe de olvidar que los congresistas, senadores y concejales están para servirnos. Nosotros los elegimos. Debemos confiar en ellos, pero tenemos que movernos para que nos ayuden. Y si lo hacemos, podemos lograr grandes cosas como ha sido el regreso de Teresa mediante un permiso humanitario”.