Inician huelga de hambre residentes en Boyle Heights
Bajo la lluvia, los manifestantes siguieron su lucha contra la contaminación que se cree causará la torre 5G que se instala en el barrio del este de la ciudad
En medio de una ola de frio y lluvia matutina, al menos una decena de residentes de Boyle Heights declararon una huelga de hambre que extenderán hasta el martes como protesta por el comienzo de la construcción de una torre 5G de telefonía inalámbrica por parte de la compañía Verizon y ante el temor de ser víctimas de la contaminación por radiación.
Al mismo tiempo, renovaron su repudio por la East Los Angeles Community Corporation (ELACC), una entidad sin fines de lucro que firmó un contrato por 25 años con Verizon Wireless a cambio de $30,000 anuales. Además, le pidieron a los políticos que no los abandonen: el concejal Kevin de León, el asambleísta Miguel Santiago, la senadora estatal María Elena Durazo y el congresista Jimmy Gómez.
“No sé si podremos detener o no este proyecto, pero le estamos demostrando a la gente que no importa lo que tengamos que hacer por lo que creemos es cierto. Estas personas están arriesgando su salud con esta protesta, pero creo que cuando haces una protesta pacífica se pueden obtener buenos resultados; ya lo vimos con [el movimiento] Black Lives Matter”, dijo Sarah Willcox, una artista de artes plásticas que vivió 15 años en Boyle Heights y se unió a la manifestación.
El proyecto que comenzó en octubre de 2014 fue aprobado de forma unánime por los miembros del Consejo Vecinal de Boyle Heights. Algunos de sus miembros eran al mismo tiempo personas que respaldaban el trabajo de ELACC.
“No queremos otro Exide, por eso protestamos”, indicó Brenda Martínez, la principal activista anti 5G y una de las 10 personas que declararon la huelga de hambre.
Todos los manifestantes que se fueron a huelga de hambre tomaron solo agua el día de ayer desde las 8:00 a.m., a las 4:00 p.m.
“Nos enfrentamos a una injusticia ambiental que está pasando frente a nuestras narices”, agregó Martínez. “Y no queremos que 25 años después nuestros representantes vengan y nos digan que nada sucedió”.
Permiso
De hecho, en agosto 25 de 2015, en una “audiencia pública” con el administrador asociado de zonificación del Este de Los Ángeles se planteó un problema con respecto al diseño original del proyecto que era parecido a una palmera falsa y que terminó en una torre de reloj de 51 pies y 5 pulgadas de alto en 2017, cuando se otorgó el permiso de uso condicional. Dos años después se emitió el permiso de construcción.
“En los planos de construcción aprobados se decidió por la torre 5G y un estacionamiento para automóviles, pero el jardín comunitario que era de la gente no está contemplado”, expresó Martínez.
Los manifestantes agregaron que en todo el proceso, presuntamente, no se presentó un reporte de impacto al medio ambiente.
“Los miembros del Consejo Vecinal votaron en 2019 en contra de una declaración de impacto comunitario”, informó Jennifer Omana, de 24 años e integrante del actual Consejo Vecinal de Boyle Heights.
“Haremos todo lo que podamos para parar este proyecto y no nos vamos a dar por vencidos”, dijo. “La comunidad requiere que los políticos nos escuchen y nos digan que chin…aos van a hacer”.
En mayo de 2011 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó los campos electromagnéticos de radiofrecuencia (RFR) como “posiblemente cancerígenos para los seres humanos”.
De hecho, un estudio de 30 millones de dólares realizado un año antes por el Programa Nacional de Toxicología (NTP) de Estados Unidos encontró “pruebas claras” de que dos años de exposición a RFR de teléfonos celulares aumentó el cáncer en ratas macho y dañado el ADN en ratas y ratones.
“Rotundamente me opongo a la torre; vivimos en una comunidad pobre y no queremos contaminación por radiación”, dijo Antonio García, de 67 años, un mexicano de Salvatierra, Guanajuato que limpia calles y reside en el área de Boyle Heights.
“Yo estoy recibiendo diálisis cada martes, jueves y sábado, y no quiero que mi salud vaya a empeorar”, comentó Rubén Tadeo, de 66 años, quien vive en la casa al lado de donde se instalará la torre de Verizon, sobre la calle Sexta.
‘Una papa caliente’
“Es un problema que me dejaron y que aprobaron a nivel federal; así que estamos explorando todos los remedios legales bajo la ley” dijo el concejal Kevin de León sobre la forma en que podría resolverse el problema. “Verizon tiene todo el derecho de instalar su torre 5G, pero muchos constituyentes alrededor de la torre 5G están preocupados”.
“Entiendo su preocupación…me dejaron esta papa caliente por decisiones que autorizaron [la torre] hace años, previo a mi toma de poder como concejal del Distrito14; el gobierno federal y los congresistas [Jimmy Gómez] tienen que tomar el liderazgo para resolver esta crisis”, declaró De León a La Opinión.
¿Por qué [instalar la torre] en una zona humilde como Boyle Heights y no en las zonas exclusivas o ricas?”, preguntó. “Siempre nos llegan con autopistas y torres 5G”, añadió.
¿Se puede resolver el asunto?, se le interrogó.
“Estamos en eso”, respondió.
¿Y qué piensa sobre las huelgas de hambre?
“Estoy en solidaridad con ellos y estamos explorando todos los remedios legales”.
En una entrevista con Verizon se le cuestionó sobre su parecer respecto a la anunciada huelga de hambre, pero no hubo respuesta en ese punto; mientras que la organización East Los Angeles Community Corporation (ELACC) expresaron su pesar y esperaban que todo se pudiera esclarecer para beneficio de la comunidad.
No obstante Heidi Flato, portavoz de Verizon, indicó en una previa entrevista con La Opinión, que “la seguridad es nuestra prioridad. Todas las instalaciones de Verizon cumplen con todos los estándares federales de salud y seguridad de radiofrecuencia (RF). Los estándares federales tienen amplios márgenes de seguridad y están diseñados para proteger a todos los residentes, incluidos los niños”.