Opiniones sin contexto y que ignoran la historia de México, tienden a culpar al oprimido y defender al opresor

Entendamos que estamos frente a una transformación nacional, con la que se busca romper estructuras que se realizaron desde la Constitución, del Poder Judicial y todas esas leyes que aprobó el sistema neoliberal para asegurar que ningún presidente obstaculice su continuidad

Medios de comunicación impresos.

Medios de comunicación impresos. Crédito: Pixabay | Pixabay

El periodista o columnista que no quiera aceptar ni entender que la lucha que se lleva a cabo en México no es en favor del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sino en favor del pueblo mexicano mismo, no conoce la historia de ese país o sencillamente ha decidido ignorarla. Porque de lo que se trata es de combatir a aquellos políticos y empresas que robaron, saquearon, estructuraron políticamente el sistema y siguen pataleando de mil maneras —sobre todo con base en la infodemia, la creación de noticias falsas— para evitar que se desarticulen sus beneficios.

La corrupción llegó a tal grado que quienes aún la defienden convirtieron a un país rico en petróleo en importador de gasolina, y a un productor de maíz en importador del mismo. Solo por mencionar dos ejemplos.

Desafortunadamente, estos medios o periodistas que defienden sexenios pasados quieren hacer creer que solo los abusos vienen de los gobiernos y prefieren ignorar los poderes económicos, mismos que en los países con un sistema capitalista son los que ejercen ese otro tipo de poder, que obligan y hasta han sido cómplices de los golpes de Estado en sus propias naciones.

No es de sorprender que diversos “periodistas”, serviles a ese poder económico, ya han pedido a través de sus columnas la intervención del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la política de México. Esto es grave y vergonzoso. Recordemos que tenemos todo un siglo de ejemplos de intervencionismo en América Latina.

No se puede aceptar que dichos periodistas no saben esa parte de la historia, a menos que quieran jugar ahora el papel de “vendepatrias”. Y aunque la supieran o la ignoraran, la intención es golpista, es cruel y hasta traicionera a su pueblo mismo.

En este sentido, ese punto de vista, por muy “acertado” y “justo” que parezca, seguirá estando sesgado, en la mayoría de los casos con una dosis de manipulación para defender ciertos intereses privados.

Algo sorprendente es que esos “periodistas” mexicanos prefieren ser dominados por corporaciones internacionales, que en general benefician más a una clase oligárquica, en lugar de forjar una mejor democracia que permita construir un México más equitativo. Tal parece que, por conveniencia, no les gusta caminar por el lado correcto de la historia.

Esto es lo que está haciendo López Obrador y por eso tiene millones de seguidores. Millones de los cuales no pertenecen a Morena, el partido-movimiento político que lo llevó al poder, pero que están de acuerdo con sus políticas. Esas personas que lo respaldan ven en el mandatario a un hombre honesto que a pesar de todos los retos y errores que pueda cometer, unos más visibles que otros, el esfuerzo es en pro de los mexicanos.

Entendamos que estamos frente a una transformación nacional, con la que se busca romper estructuras que se realizaron desde la Constitución, del Poder Judicial y todas esas leyes que aprobó el sistema neoliberal para asegurar que ningún presidente obstaculice su continuidad.

En otras palabras, si un periodista decide ignorar la historia y el contexto en los argumentos que expone sobre los hechos, lo que busca generalmente es ignorar al oprimido y apoyar al opresor.

Agustín Durán, periodista mexicano radicado en LA desde 1992.

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