Milagro de verano: niño colombiano encuentra un hogar en California
Decenas de menores de Colombia han sido adoptados por familias en EE UU, muchas de ellas del estado dorado
Cuando Courtney y Michael Ulloa se ofrecieron para dar albergue en su hogar durante cinco semanas a Pedro, un niño de Colombia, con la idea de ayudarlo a encontrar una familia en el sur de California que pudiera adoptarlo, nunca imaginaron que ocurriría el milagro y ellos terminarían haciéndolo parte de su familia.
“Mi esposo y yo nos casamos en 2013. No tenemos hijos y no habíamos hablado de adopción ni lo habíamos discutido, solo queríamos ayudar a niños sin hogar a encontrar una familia amorosa en el sur de California”.
Pedro vino en un grupo de alrededor de 50 niños colombianos huérfanos en el verano de 2018 en busca de un hogar en Estados Unidos. Courtney y Michael llevaban tiempo siendo voluntarios del programa internacional Kidsave Summer Miracles (Milagros de Verano), creado hace 22 años y a través del cual llegó Pedro.
Cuando les pidieron que sí podían recibir a un niño, Courtney dice que lo único que pidieron es que fuera alguien que se ajustara con su familia, no importaba si era niño o niña. “Solo queríamos ayudar”.
A pocos días de cumplir los 11 años, Pedro llegó a pasar el verano con la familia Ulloa. Michael nació en California y Courtney en West Virginia, pero ha vivido desde niña en California.
“La primera vez que lo vimos fue en el LAX (Aeropuerto Internacional de Los Ángeles). Todas las familias estábamos esperando a los niños”.
El objetivo detrás del programa es dar a los niños la oportunidad de conectarse con las familias y conocerse en ambientes relajados. “Los voluntarios organizamos actividades como juegos en los parques, boliche”, explica Courtney.
Dice que su esposo y ella le quisieron dar a Pedro, recuerdos especiales. “Lo llevamos a su primer juego de béisbol y fútbol, a Disneylandia y a un campamento de verano para crear experiencias inolvidables durante el tiempo que estuviera aquí”.
Pero en qué momento decidieron que querían adoptarlo.
“Fue bastante rápido. Se dio una conexión instantánea y en una semana supimos que quería que fuera parte de nuestra familia”.
Michael explica que influyó mucho, ver a Pedro muy agradecido como cuando le compraron un par de zapatos; o simplemente por las pequeñas cosas que le daban.
Courtney dice que les encantó descubrir que era muy juguetón y alegre con un gran sentido del humor. “Al convivir con él, nos dimos cuenta de su gran corazón con la gente y hasta con los animales. Tenemos dos perros pequeños e instantáneamente se encariñó con ellos”.
Y entre más cómodo se sentía, Pedro se abría y revelaba su personalidad. “Al experimentar eso, sentimos de una manera natural que estaba destinado a ser parte de nuestra familia”.
Pedro nació en Bucaramanga, Colombia. Antes de ser adoptado por la familia de Courtney y Michael vivía en un orfanato, y cuando vino por primera vez a California, hablaba muy poco inglés.
“Mi inglés era terrible y no entendía nada”, dice Pedro con timidez. Y ese verano cuando pisó por primera vez suelo estadounidense, reconoce que tenía un poco de miedo, pero al pasar de los días se sintió cómodo.
Fue una tarde cuando Courtney y Michael se sentaron a platicar que su esposo se le quedó mirando fijamente y le dijo que le gustaría que Pedro fuera parte de su familia. “Me sentí tan feliz porque yo me sentía igual. Llegamos a ese punto al mismo tiempo como pareja”.
Cuando las vacaciones de verano se acabaron en 2018 y Pedro debía regresar a Colombia, Courtney revela que la despedida fue muy triste y emotiva.
“Ya sabíamos que queríamos adoptarlo, pero no nos permitieron decirle que íbamos a ir por él. Teníamos que esperar a que se llevara a cabo todo el proceso de adopción. Así que fue muy duro decirle adiós, pero en cuanto se fue, comenzamos los trámites”.
En su maleta, le pusieron algunas cartas y un álbum con fotos de las experiencias vividas juntos.
Mientras cumplían con todos los requisitos de la adopción, comenzaron a platicar con él por Skype; y tuvieron que esperar un largo tiempo, antes de que los autorizaran a decirle que serían sus padres adoptivos.
“Pasaron alrededor de 13 meses antes de que Pedro fuera oficialmente nuestro hijo el 7 de noviembre de 2019”.
La etapa final incluyó viajar a Colombia por tres semanas para completar los últimos pasos. “Pero en cuanto llegamos pudimos tenerlo con nosotros todo el tiempo; y luego iniciamos el proceso para hacerlo ciudadano de Estados Unidos y conseguirle un pasaporte. Cuando todo estuvo listo, regresamos a nuestro hogar como una familia”.
Courtney reconoce que definitivamente han tenido desafíos con Pedro como pasa con cualquier adolescente. Sin embargo, están muy orgullosos de lo que ha crecido y logrado. “Está avanzando en la escuela. Ha recibido reconocimientos por tratar con respeto a todos. Se colocó en la lista del decano (dean en inglés) por sus buenos grados (calificaciones) y se ha unido a un grupo de liderazgo de la escuela y está recaudando dinero para otros niños”.
Así que es realmente asombroso ver su esfuerzo y trabajo duro. “Se ha convertido en un gran surfista y después de entrenarse, logró ser parte del equipo de salvavidas junior. Estoy muy orgullosa de él”.
Michael dice que le ha enseñado disciplina y estructura a Pedro, así como que las acciones tienen consecuencias. “Ha recorrido un largo camino desde donde estaba cuando llegó por primera vez. Es simplemente agradable tenerlo en casa”.
Cuando cumplió 13 años, le hizo ver que los siguientes 10 años serían realmente confusos. Lo son para todos porque estamos aprendiendo a conocernos. “Algunas veces eres tan grande como una persona mayor, pero estás luchando con la idea de lo que parece la independencia”.
Lo que ellos le han enfatizado a Pedro es que debe enfocarse en su educación. “Nuestra meta es lograr que sea un hombre honesto, honorable y amoroso porque queremos cambiar su vida para bien”.
Michael añade que aman a Pedro y no lo cambiarían por nada.
Pedro ha estado con sus padres Courtney y Michael casi un año con nueve meses. En la actualidad tiene 14 años.
Lo que más le costó durante el proceso de adaptación, fue la comida. “Es muy diferente”. Pero también fue difícil aprender inglés. “Ahora es más normal”.
Pedro está en séptimo grado y asiste a la escuela católica St Joseph. Y dice que está muy feliz, pues nunca imaginó que en este país encontraría a sus padres y un hogar.
Courtney dice que están muy agradecidos con Kidsave por la oportunidad de ser padres de Pedro y el trabajo que han hecho en el país y el mundo en busca de padres para menores sin hogar.
“Participar en el programa Milagros de Verano, ya sea como voluntario o que busques adoptar, es una experiencia que te cambia la vida”.
Cerca del 80% de los niños colombianos que han sido traídos a este país por medios de Kidsave en busca de un hogar, han sido adoptados. “Este verano han llegado 39 niños colombianos, 12 están con familias del sur de California. La meta es encontrar una familia amorosa para cada niño”, explica Courtney.
El promedio de edad de los niños es de 11 a 14 años, pero este verano, los menores tienen entre 6 y 16 años.
Si estás interesado en conocer más del programa Summer Miracles o ser voluntaria, visita: www.kidsave.org