Arturo Chacón regresa a sus raíces
El tenor trae bajo el brazo "De mi casa a tu casa", un álbum de 22 canciones que grabó con mariachi
Arturo Chacón es un hombre con una sonrisa permanente que habla con desenfado de lo grandiosa que ha sido su vida como cantante de ópera. Por eso, sin pensarlo, ignoró la recomendación de un exrepresentante que le dijo que por su estatus debería de adoptar una pose más de divo.
La sugerencia es todavía más absurda cuando se sabe un poco de la vida de este reconocido tenor mexicano que hoy por hoy es uno de los protegidos de Plácido Domingo, el máximo representante del género operístico.
Chacón comenzó su carrera como cantante de un mariachi en su natal Sonora. Pero como era tan parrandero, su madre, para reprenderlo, lo forzó a tomar clases de canto. Sin quererlo, ese castigo lo llevó por un camino que nunca se esperó el intérprete. Su maestro reconoció el talento de Chacón y lo conminó a que continuara por el camino de la ópera.
Ahora, más de dos décadas después, Chacón es uno de los tenores más cotizados y solicitados del mundo. Trabaja con bastante frecuencia en las casas de ópera más renombradas de Europa, Rusia y América, encarnando a los personajes más célebres de las obras clásicas del bel canto.
Es por eso que, a quienes conocen su trayectoria, no les sorprendió que el tenor quisiera regresar a sus raíces con el estreno de un disco de música mexicana. Chacón trae bajo el brazo “De mi casa a tu casa”, un álbum de 22 canciones que grabó con mariachi. Todos los temas son reversiones de clásicos mexicanos, excepto “Recuérdame”, de la banda sonora de la cinta “Coco”, y “Te traigo serenata”, composición de él y que grabó con Julio Ramírez, su amigo y cantante del grupo Reik.
“Quise apoyar al mariachi en México porque con la pandemia se quedaron sin nada”, dijo e intérprete desde su casa en Canadá. “La intención era sacar un disco de diez temas pero luego se extendió el número hasta llegar los 22 que son ahora”.
Eso fue algo de lo que Chacón hizo durante la pandemia, además de haber ofrecido shows en vivo a través de Facebook. Lo que comenzó como una serie de siete conciertos para matar el tiempo se convirtió en una rutina que terminó con 40 apariciones en esta red social, donde interpretó canciones mexicanas, italianas, óperas, tangos y cuanto género musical pudo. Sus transmisiones llegaron a cuatro millones de personas que se asomaron desde todas partes del mundo.
Ahora sigue ocupado, pero con sus actividades como Tenor. Desde diciembre reanudó sus giras y desde entonces ha pisado escenarios de Barcelona, Monte Carlos, París, Alemania y otros países de Europa. En unas cuantas semanas vendrá a Estados Unidos para dar presentaciones en algunos teatros y al mismo tiempo, en sus ratos libres, promocionar “De mi casa a tu casa”.
Ahora, cuando piensa en sus inicios, recuerda que uno de sus máximos sueños era cantar en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, un recinto reservado para los espectáculos culturales más exclusivos del mundo.
“Cuando le dije eso a mi papá, me dijo, ‘hijito, no te pongas metas tan altas, te vas a decepcionar [si no lo logras]'”, dijo el cantante de 44 años. “Y si me hubieran dicho que sería el hijo artístico de Plácido Domingo, porque él así me dice […] que iba a cantar en el Carnegie Hall, en la Scala de Milán, o con la filarmónica de Londres yo solo un concierto de música mexicana, no lo hubiera creído”.
La clave de su éxito ha sido la disciplina, dijo. Duerme bien, no toma, no fuma, hace ejercicio y come saludablemente. Además de una buena dosis de simpatía, talento, “caer bien, tener suerte y ángel”. dijo. “Encontrar ese punto medio es difícil, porque además no hay que clavarse mucho en lo clásico, no ser estirado [creído]”.