Las muertes por influenza son más frecuentes en niños de color, según un estudio

Preocupación por el incremento en la mortalidad infantil en los últimos años. (Impremedia/archivo)

Preocupación por el incremento en la mortalidad infantil en los últimos años. (Impremedia/archivo) Crédito: Impremedia


Según un nuevo estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y otras instituciones, las personas de raza negra, los hispanos o los indígenas americanos/nativos de Alaska son más propensos que las personas caucásicas a ser hospitalizadas con un caso de influenza en los Estados Unidos. Los niños pequeños de estos grupos, junto con los niños asiáticos e isleños del Pacífico, también tienen más probabilidades de morir de influenza (o gripe) que los niños caucásicos.

El estudio, publicado hoy en la revista JAMA Network Open, analizó de cerca 113,352 hospitalizaciones por influenza entre 2009 y 2019 en todo el país. Los investigadores encontraron claras disparidades en esas hospitalizaciones, así como entre aquellos que fueron finalmente admitidos en la unidad de cuidados intensivos, o que murieron.

“En muchos sentidos, no había nada aquí que fuera impactante”, dice la doctora Sandra Crouse Quinn, profesora y presidente del Departamento de Ciencias de la Familia de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Maryland y directora asociada principal del Centro de Maryland para la Equidad en la Salud, que no participó en esta investigación. “Esto no significa que no sea perturbador”.

Lo que el estudio encontró

Los investigadores encontraron las mayores disparidades entre los niños menores de 5 años. “En este grupo de edad, las tasas de mortalidad hospitalaria fueron de 3 a 4 veces más altas en algunas minorías raciales y étnicas en comparación con los niños caucásicos no hispanos”, dice la autora principal del estudio, Alissa C. O’Halloran, MSPH, epidemióloga en la división de influenza del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias de los CDC.

Para empezar, los niños pequeños de color también eran mucho más propensos a terminar en el hospital enfermos de gripe. En comparación con los niños caucásicos no hispanos menores de 5 años:

  • Los niños asiáticos y de las islas del Pacífico menores de 5 años tenían un 26% más de probabilidades de ser hospitalizados a causa de la influenza.

  • Los niños hispanos menores de 5 años tenían casi el doble de probabilidades de ser hospitalizados a causa de la gripe.

  • Los niños de raza negra menores de 5 años tenían más del doble de probabilidades de ser hospitalizados a causa de la gripe.

  • Los niños indios americanos/nativos de Alaska menores de 5 años tenían 3 veces más probabilidades de ser hospitalizados a causa de la influenza.

En general, los niños de raza negra tenían las tasas más altas de hospitalización y admisión en la unidad de cuidados intensivos (ICU), seguidos por los indios americanos/nativos de Alaska y los hispanos, aunque las tendencias variaban dentro de los grupos de edad. Excepto en los niños más pequeños, los asiáticos e isleños del Pacífico tenían tasas de hospitalización similares o ligeramente inferiores a las de los caucásicos no hispanos. Entre grupos raciales y étnicos, los investigadores encontraron pocas diferencias en la hospitalización, ingreso en la UCI y muerte por gripe entre adultos de 75 años en adelante. 

El estudio utilizó datos del sistema de vigilancia existente de los CDC que recopila información sobre las hospitalizaciones relacionadas con la influenza de condados seleccionados de los Estados Unidos. O’Halloran dice que, si bien la investigación previa sobre la pandemia de gripe porcina de 2009 encontró resultados similares, el nuevo estudio representa “el análisis más amplio hasta la fecha para analizar el impacto de la raza y la etnicidad en las enfermedades graves asociadas a la gripe”.

¿Qué provoca las disparidades de la influenza?

Parte de lo que está provocando las disparidades en los resultados graves de la gripe son las diferencias entre algunos grupos en cuanto a las tasas de vacunación contra la enfermedad, lo cual reduce drásticamente el riesgo de hospitalización y muerte a causa de la influenza.

Durante la temporada 2018-2019, por ejemplo, alrededor del 75% de los niños caucásicos entre 6 meses y 4 años recibieron vacunas contra la gripe, según los CDC. Pero solo el 67% de los niños de raza negra y el 60% de los niños indios americanos/nativos de Alaska fueron vacunados contra la influenza.

En los datos recopilados para este nuevo estudio, los investigadores encontraron diferencias similares entre los adultos. En la mayoría de los grupos de edad, los negros no hispanos y los hispanos tenían tasas más bajas de vacunación contra la influenza que los caucásicos no hispanos, dice O’Halloran.

Sin embargo, las diferencias en la vacunación contra la influenza por sí solas no pueden explicar el alcance o la escala de las disparidades en las hospitalizaciones y las muertes. Los factores sistémicos, lo que los expertos en salud pública llaman los determinantes sociales de la salud, entran en juego aquí, dice el doctor Stephen B. Thomas, profesor del Departamento de Política y Gestión de la Salud de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Maryland, y director del Centro de Maryland para la Equidad en la Salud, que no participó en el nuevo estudio.

Estos incluyen una variedad de elementos clave para la salud y el bienestar de las personas, como la estabilidad económica, el acceso a la educación y la salud de calidad, las condiciones ambientales del vecindario de una persona, el hacinamiento, el racismo sistémico y más. “Estos son factores que están fuera del control individual”, dice Thomas, y afectan la probabilidad de que una persona contraiga una enfermedad grave a causa de la gripe, así como su probabilidad de recibir una vacuna contra la influenza. “¿Me darán licencia por enfermedad? ¿Puedo faltar a mi trabajo para ir a vacunarme contra la influenza?”

Los determinantes sociales de la salud también contribuyen a las disparidades raciales y étnicas que se producen en las tasas de enfermedades crónicas, como la diabetes y el asma, muchas de las cuales pueden aumentar el riesgo de que un caso de influenza se vuelva grave.

Factores similares han impulsado las disparidades raciales y étnicas en las tasas de hospitalizaciones y muertes por COVID-19.

Thomas dice que es decepcionante que, si bien este nuevo estudio de los CDC proporciona excelentes datos sobre un problema crítico, los investigadores no abordaron lo que podría hacerse para cerrar las brechas. “Si hay algo que COVID ha revelado”, dice, “es que es demasiado lo que sabemos sobre las disparidades y sobre quiénes sufren, y muy poco lo que hemos hecho para remediarlo.”

Qué esperar esta temporada de influenza

El invierno pasado, las medidas implementadas para combatir la propagación de COVID-19, incluyendo el uso de mascarilla, una mejor ventilación, cerrar escuelas y lugares de trabajo, limitar las multitudes y reuniones, quedarse en casa cuando estás enfermo, lavarse las manos con diligencia y más, dieron como resultado una temporada de gripe casi inexistente. 

Sin embargo, con las medidas de mitigación de COVID-19 relajadas, eliminadas o, en algunos casos, prohibidas en todo el país, algunos expertos temen que la próxima temporada de gripe pueda ser grave. Y un sistema inmunitario desentrenado con respecto a la influenza, podría ser particularmente preocupante en el caso de los niños, señala Crouse. 

¿Qué significa esto para ti? Recibir una vacuna contra la influenza será crucial. Aunque contraigas la gripe después de recibir la vacuna, estar vacunado significa que tendrás menos probabilidades de enfermarte gravemente, dice Crouse. Los CDC recomiendan que casi todas las personas mayores de 6 meses reciban una vacuna contra la influenza. Y si aún no has recibido la vacuna contra COVID-19, los CDC dicen que puedes recibir ambas vacunas en la misma cita, sin necesidad de un viaje adicional al médico o a la farmacia.

¿Tienes un amigo o familiar que no está seguro? Ser abierto acerca de tu experiencia con la vacunación, y animar a otros a hacerlo también podría ayudar, dice Crouse. Ella aplaude a aquellos que comparten en las redes sociales que han sido vacunados, por ejemplo. “Las normas sociales, ya sea que se trate de influenza o COVID, son importantes”, dice.

Hay muchas lecciones que hemos aprendido de la lucha contra COVID-19 que también deberían aplicarse a la lucha contra la influenza, dice Thomas. “COVID nos ha mostrado la ruta”, dice. “Nunca habíamos visto antes tantas clínicas emergentes. Si puedo recibir una vacuna contra COVID que salve mi vida en una peluquería o salón de belleza para personas de color, ¿por qué no puedo estar allí y administrar una vacuna contra la influenza?”.

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