Beneficiaria de DACA crea red para unir y apoyar a los profesionales indocumentados
Es estudiante, profesional, madre y defensora de los inmigrantes
Sharet García, beneficiaria del programa DACA y quien está muy cerca de terminar su doctorado en educación, creó la organización no lucrativa UndocuProfessionals Network (UPN) para apoyar a los indocumentados profesionales a encontrar oportunidades de empleo.
Como todos los dreamers, vino a este país siendo una niña. Nació en San Juan Guelavía, un pueblo indígena de Oaxaca, México. “Mi mamá fue una de las primeras mujeres que salieron de su pueblo, hace más de 30 años. Vino a Los Ángeles porque aquí tenía un hermano. Al año siguiente, regresó por mí a Oaxaca. Era una madre soltera en busca de mejores oportunidades”.
Así fue como Sharet llegó a los 9 años a Los Ángeles. Creció en el oeste de la ciudad. Fue a la escuela primaria en el barrio de Mar Vista y al Colegio Comunitario de Santa Mónica.
“Siempre supe que era indocumentada. Vivíamos como 10 o 12 personas en un apartamento de dos cuartos. Mi mamá no podía pagar la renta, y le alquilaba un cuarto a otras personas”.
Los inquilinos, recuerda, siempre platicaban que no tenían papeles y estaban buscando trabajo. “No entendí qué significaba ser indocumentada ni cómo me afectaba, hasta que llegué a la secundaria”.
Si bien se graduó con honores y la aceptaron en varias universidades, no le quedó otra más decir no, porque por su falta de estatus migratorio, no podía aspirar a recibir ayuda financiera.
“Mi consejero me dijo que a menos que tuviera dinero, podría ir a la universidad”.
Con todo en contra, se graduó de Psicología y Estudios Chicanos en la Universidad de California en Santa Bárbara. Hizo su maestría en consejería en Loyola Marymount University, y está por concluir su doctorado en educación en Pepperdine University.
“Fue cuando estaba acabando mis dos últimas clases de la maestría, que Obama anunció DACA (el programa de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia que permite a quienes fueron traídos por sus padres al país siendo niños obtener un permiso de trabajo y les suspende la deportación)”.
Sharet dice que el DACA cambió su vida de muchas maneras. “Antes de DACA, vivía día a día, sin saber qué va a pasar al otro día, pero buscas una razón de cómo seguir tus estudios”.
Para costearse su carrera, tuvo que recurrir a dos empleos. “Trabajé en florerías, oficinas, restaurantes, escuelas, daba tutorías, conseguí un internado”. Y por necesidad, dice que se vio obligada a usar un seguro social que no era suyo. “Tenía que comer y pagar mis cuentas”.
Además se volvió una experta en el ahorro. “Ahorraba todo lo que podía. En esa época no existía GoFundMe, pero yo no hacía más que ahorrar y juntar fondos. Organizaba ventas de comida en Kermeses para pagar mis clases”.
Contó con la suerte de obtener entre 3 y 4 becas para pagar sus estudios, y se convirtió en su propia defensora. “Hablé con mis escuelas. Les dije que no podía pagar las colegiaturas tan altas y les pedí que hicieran una excepción y me autorizaran un plan de pagos”.
Cuando llegó DACA en 2012, Sharet fue a ver a un abogado de migración, pero se encontró con la sorpresa de que no calificaba por sobrepasar el límite de edad por escasos días.
Pero no todo estuvo pérdido, en 2015, uno de sus compañeros de clases que trabajaba con un abogado, le pidió revisar su caso porque consideraba que ella calificaba para DACA. Y así fue, ese mismo año, Sharet se hizo beneficiaria de este programa.
“Me dio un poco de tranquilidad. Sin DACA no hubiera podido comprar una casa. Y además dejé mi trabajo como contadora en un pequeño negocio, para enfocarme en lo que yo había estudiado y quería ser, consejera de carrera”.
En menos de 6 meses, sin ninguna experiencia en educación, consiguió empleo en un colegio comunitario.
Aunque DACA la ha ayudado, al mismo tiempo le ha traído mucha inestabilidad y presión porque muchos no entienden lo que es ser DACA y profesionista,dice.
Eso la llevó a crear en las redes sociales como Facebook e Instagram, la plataforma UndocuProfessionals Network (UPN) para apoyar a los beneficiarios de DACA que se han graduado de las universidades, y aquellos otros profesionales que son indocumentados o tienen otro tipo de alivio migratorio temporal como el Estatus de Protección Temporal (TPS).
“Esta plataforma es para empoderar a nuestra comunidad indocumentada profesional y ayudarles a encontrar oportunidades de trabajo, ya sea de tiempo completo, freelancing, internados o consultorías”.
Pero también su misión es educar a las instituciones y organizaciones sobre la necesidad de crear oportunidades laborales para la comunidad DACAmentada.
“Muchas de estas instituciones tienen dinero, pero no quieren invertir en nuestra comunidad. Excluyen a la gente inmigrante. No les dan acceso a pasantías ni trabajo”.
Ahora mismo, dice que trabaja en una guía para que las instituciones sepan cómo apoyar a los indocumentados.
El sueño de Sharet es convertirse algún día en residente y ciudadana de Estados Unidos porque eso le ayudaría mucho a lograr sus metas. “Espero que el presidente Biden haga lo que nos prometió. Mucha gente como mi mamá que es ciudadana, votó por él porque nos prometió que nos iba a ayudar con una reforma migratoria. Esperamos que cumpla porque es algo que hemos estado esperando por años”.
Sin embargo, Sharet confía que volverse residente, no le va a quitar el trauma que ha vivido toda su vida por ser indocumentada. “Me han hecho sentir que no pertenezco a este país y que no somos humanos. Me han excluido; y me han repetido que debo agradecer que estoy aquí”.
Pero esta dreamer dice que ella, es más que un estatus migratorio. “Soy una mamá, tengo dos hijos de 13 y 7 años y soy una profesional”.
Sharet invitó a la gente indocumentada a entrar a su plataforma para que no sientan que están solos. En la página también van a encontrar oportunidades de empleo.
En la actualidad trabaja medio tiempo como consejera de carreras, y el resto de sus horas, las dedica a la organización no lucrativa UndocuProfessionals Network.
De acuerdo al Migration Policy Institute, desde que se abrieron las aplicaciones en 2012 para DACA, cerca de 700,000 personas se han convertido en profesionales indocumentados; y cada año, cerca de 98,000 se gradúan de la secundaria.