Inmigrante mexicano instala el árbol de Navidad del Capitolio de California

No puede describir con palabras la emoción que le produce su trabajo de decorar el pino navideño del estado

Bonifacio Sánchez, el mexicano que instala y decora el árbol navideño del Capitolio de California. (Cortesía)

Bonifacio Sánchez, el mexicano que instala y decora el árbol navideño del Capitolio de California. (Cortesía) Crédito: Cortesía

Cuando Bonifacio Sánchez dejó La Nopalera, el pueblo en el que nació en Michoacán, México, para venir a Estados Unidos, jamás pensó que un día trabajaría para el estado de California y mucho menos que se encargaría de decorar el majestuoso árbol de Navidad del Capitolio Estatal.

“Es una responsabilidad y un reto grande, pero me gusta hacerlo”, dice Bonifacio, quien trabaja desde hace 22 años en el mantenimiento de los árboles grandes de los edificios del gobierno estatal en Sacramento, dentro del Departamento de Servicios Generales.

Pero detrás de uno de los hombres claves en la instalación y decoración del árbol de Navidad del Capitolio de California, hay toda una historia.

“Vine a este país el mismo mes que cumplí 18 años, en 1981, con una hermana que vivía en Palo Alto. Mi primer trabajo fue en un lavado de carros como suplente de una persona que había salido de vacaciones”, recuerda.

Después trabajó un tiempo en el estado de Washington, pero regresó a la Bahía de San Francisco donde tuvo muchos empleos entre ellos el de conserje. Hasta que en 1989, se quedó sin ocupación, y una amiga le habló de un tío que era supervisor en una compañía de poda de árboles.

“Al principio no me gustó, pero después vi el futuro y la oportunidad de hacer trabajos por mi cuenta”. 

Bonifacio Sánchez al lado de su esposa, Lourdes Sánchez. (Cortesía)

Bonifacio laboró por 10 años para un negocio que prestaba servicios a la compañía de gas y electricidad PG & E, en la poda de árboles cercanos a los cables de electricidad. 

“Empecé de cero, y me apliqué a saber todo sobre la poda de árboles grandes. Ahí me nació la idea de trabajar para el estado por los beneficios laborales”. 

Más tarde pidió trabajo en Caltrans, el Departamento de Transporte de California. “Pasé el examen práctico y oral, pero me pusieron en una lista de espera. En eso estaba cuando salió la oportunidad de trabajar para el estado, hice el examen y de volada me contrataron. Cuando me llamaron de Caltrans, les tuve que decir que no y darles las gracias”.

Fue en el verano de 1999 cuando comenzó a trabajar para el gobierno estatal.

“En ese año me tocó ayudar a poner el árbol de Navidad, pero ya tengo entre 8 y 10 años que soy el encargado”.

Pero su trabajo va más allá del árbol navideño, ya que es parte del equipo que da mantenimiento a los árboles grandes del Capitolio Estatal.

“A veces nos toca subir a árboles de 130 pies de altura. Usamos máquinas, grúas y camiones con canastas hidráulicas”.

Y en ocasiones, dice, no les queda otra más que armarse de fuerza y agilidad para subirse ellos mismos a los árboles para cortarlos y darles forma.

El árbol de Navidad del Capitolio de California en Sacramento atrae a mucha gente. (Cortesía)

Bonifacio dice que la poda de grandes árboles es considerada uno de los trabajos más peligrosos.

“Ya perdí el miedo, ya son 32 años. Los primeros años mientras agarraba experiencia, sí lo sentí”.

Pero admite que el éxito para evitar accidentes, es tomar medidas de precaución.

“Tu seguridad depende de saber hacer nudos a la soga. Tienes que asegurarte que esté en buen estado. Usamos un arnés de seguridad, sogas extras, cascos, lentes”.

Cuenta que cuando está en la copa de los árboles, no piensa en otra cosa más que concentrarse en “cortar como debe ser y quitarle peso a una  rama”.

Y realmente dice que disfruta de su empleo. “No lo veo como un trabajo sino como un deporte. Se me sube la adrenalina cuando estoy en las alturas”.

A Bonifacio y al resto del equipo de trabajadores de mantenimiento de la arboleda del estado, les toca encargarse de los más de 800 árboles del parque del Capitolio. “Tenemos árboles de todos partes del mundo y del país. También unas 40 palmeras”.

Cuando uno ve el impresionante árbol navideño del Capitolio Estatal nunca imagina toda la labor que hay detrás. Hay que colocar más de 300 adornos, entre esferas y ornamentos, y entre 18,000 y 20,000 luces.

El inmigrante mexicano dice que el trabajo empieza desde el verano cuando él y otros compañeros viajan al condado de Shasta, a LaTour Forestry, uno de los 8 bosques estatales operados por Cal Fire, donde cuidan y siembran pinos para Navidad.

“Invertimos un día escogiendo el árbol. Seleccionamos dos por si le pasa algo a uno, ya tenemos otro”.

Luego regresan por el árbol el primer lunes de noviembre. “Se amarra antes de cortar y con mucho cuidado se coloca en el camión que lo va a transportar al Capitolio”.

Es toda una belleza el árbol de Navidad de El Capitolio en Sacramento, decorado por manos de inmigrantes mexicanos. (Cortesía)

La transportación es escoltada por una patrulla de la Policía de Caminos hasta colocar el árbol sobre el pasto del lado oeste del parque del Capitolio sobre la calle 10 entre las calles N y L de Sacramento.

Ahí es cuando Bonifacio y un equipo de 4 personas comienzan el trabajo de instalación y decorado del árbol navideño.

“Se entierra sobre una base de cemento de 6 pies para evitar que un viento o una lluvia fuerte lo vayan a derribar. Y para decorarlo, rentamos camiones que nos permiten subir a lo más alto. Empezamos poniendo la estrella, seguimos con las luces y luego los ornamentos”.

Bonifacio explica que este año el árbol del Capitolio es un pino conocido como abeto blanco con una altura de 65 pies.

“Es nuestra supervisora, quien nos indica los cambios que quiere hacer cada año. Nos dice si quiere que tenga más color oro o verde, pero esta vez nos dieron libertad para decorarlo como nosotros quisiéramos y somos los responsables de que todo quede bien”.

Instalar y decorar el árbol puede llevar hasta 5 semanas, pero en esta temporada, tuvieron que apresurarse y trabajar horas extras para que el árbol de Navidad quedara listo el 3 de diciembre, fecha programada para que el gobernador Gavin Newsom lo encendiera.

“Es una tradición que el gobernador prenda las luces del árbol acompañado por un niño”.

Y precisa que ellos tienen que asegurarse de que todo funcione a la perfección para que las luces se enciendan en el momento de la inauguración del árbol navideño.

En el equipo de trabajadores que se encargan de la instalación del árbol, hay 3 latinos, entre ellos Bonifacio.

El árbol de Navidad es desmontado la segunda semana de enero. “Es más rápido porque usamos más gente que nos ayude a empacar las luces y los ornamentos”.

Confía que es muy satisfactorio montar el árbol de Navidad del estado y ver que la gente llega a tomarse fotos, aún cuando lo están decorando. 

“Es algo bien especial. Faltan palabras para describir la emoción. Disfruto mucho, y me hace sentir bien. Por eso los invito a darse una vuelta y mirar el árbol de Navidad en el Capitolio. En la noche se aprecia más cuando están las luces prendidas”. 

Bonifacio dice que a veces le preguntan que si su trabajo es difícil, y él muy orgulloso contesta: “Lo difícil lo hago rápido, y lo imposible me tardo más”.

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