Los Ángeles se maquilla para el Super Bowl: sin violencia y sin desamparados en las calles
Los Ángeles se alista a celebrar el Super Bowl y se ha preparado desde antes con desalojos de campamentos de desamparados y una presencia policial reforzada
El bulevar Century de Inglewood, en el condado de Los Ángeles, que será la sede del Super Bowl el domingo, muestra cómo se ha lavado en tiempo récord la imagen de un enclave conocido por el crimen y por las personas sin hogar que acampan en la zona.
Banderolas, carteles o anuncios del evento en pantallas gigantes maquillan la realidad en esta avenida donde se ubica el Estadio SoFi, que mañana acogerá la final de la Super Bowl.
Casi 100 millones de personas vieron el gigantesco acontecimiento deportivo el año pasado, así que las autoridades del condado -y de Inglewood- se han coordinado para que la imagen internacional de la marca Los Ángeles salga muy bien.
La premisa es garantizar que no se produzca ningún episodio de violencia o crimen y borrar cualquier atisbo de los campamentos de personas sin techo que, como en el resto de Los Ángeles, se han disparado por la pandemia de covid.
“Cerca del estadio no veremos los campamentos, pero si conducen solo unas millas verán la devastación de Los Ángeles”, explica la directora del programa de acogida de la organización Union Rescue Mission en Los Ángeles, Cynthia Jiménez.
Según el servicio para persona sin hogar de Los Ángeles (LAHSA, en inglés), en 2020 se contabilizaron 63,706 personas sin techo en todo el condado de Los Ángeles: un 13 % más que el año previo.
Los Ángeles, la segunda ciudad más poblada del país, después de Nueva York, es conocida por liderar cada cierto tiempo las estadísticas nacionales relativas al número de personas viviendo en la calles. En 2020, de acuerdo a la misma fuente, la cifra ascendía a 41,290.
En 2021, el recuento oficial no se realizó, pero desde las organizaciones civiles que operan en el sector a lo largo del condado estiman que el coronavirus habría dejado a unas 90,000 personas en situación de tener que vivir en la calle.
Hace menos de una semana, la policía desalojó a más de medio centenar de personas que tenían desplegadas sus tiendas en un tramo del bulevar Century que conecta con la autopista 405.
Tras esto, algunos como Killer, apodo con el que conocen a este hombre de 40 años de Inglewood que llevaba años viviendo en el campamento, han decidido reubicarse tan solo unos metros más allá.
“Hemos estado aquí los últimos dos o tres años, había montañas de desperdicios enormes y la policía se preocupa ahora porque llega la Super Bowl”, cuenta Killer y añade que esto se debe a que “supone dinero para la ciudad”.
Otros como Detlev han optado por volver a ubicarse en la zona, aunque la policía pueda volver en las próximas horas para desalojarlos.
“No estaba aquí cuando ocurrió, pero al llegar no había nada; parecía como si un ovni hubiera aterrizado”, detalla este hombre de 39 años que se había asentado en este lugar.
Desde la institución benéfica The Dreambuilders Project informaron que se desconoce dónde han reubicado a las 60 personas que acampaban en esta zona próxima al estadio.
“No están detenidos pero se les ha obligado a irse de esta parte de Inglewood”, dijo el presidente de la organización, Mayer Dahan.
El aumento de la violencia en Los Ángeles
La violencia también ha crecido en todo el condado tras la pandemia, y hace tres semanas en el propio Inglewood se produjo un tiroteo durante una fiesta de cumpleaños que dejó cuatro fallecidos.
De acuerdo a las estadísticas del Departamento de Policía de Los Ángeles, en 2020 se produjeron 397 homicidios únicamente en LA, lo que supone 42 más que en 2020 y marca el registro de criminalidad más alto desde 2007.
Del total de homicidios, uno de cada diez (43) tenía como sospechoso a una persona sin techo.
Mientras que, en el caso inverso, aproximadamente en dos de cada diez casos (90) era una persona sin hogar la que perdió la vida. Dentro de esta estadística se reseñaron 27 incidentes en los que la víctima y el presunto homicida estaban en situación de calle.
Homicidios, tiroteos, robos masivos en negocios y accidentes de tráfico provocados por carreras ilegales han despertado una sensación de inseguridad en una ciudad que creía tener atajado el problema de la criminalidad tras décadas de lucha constante contra las bandas callejeras.
Por Guillermo Azábal
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