Marisa Monte, una artista transgeneracional
La cantante brasileña recorre el país con su álbum "Portas"
Marisa Monte piensa que la salida de su disco “Portas” no pudo llegar en un mejor momento.
“Salimos de la pandemia y entramos a esta terrible situación de guerra”, lamentó la cantante brasileña en una entrevista reciente. “Pero de cierta manera hace mi trabajo más importante porque creo que necesitamos algo para aliviarnos”.
La conversación con la prominente intérprete de música del mundo ocurrió durante los primeros días de la invasión de Rusia a Ucrania. Unos meses antes había pasado por varios países de Europa, donde después de Brasil fue a donde llevó su gira luego de casi año y medio de no salir.
Actualmente está recorriendo ciudades de Estados Unidos en el que es tour más extenso que ha hecho en su carrera en este país. Ya pasó por escenarios de Florida, Georgia, Maryland, Illinois y otros estados. La parte final incluye foros de Massachusetts, Nueva York y California.
“Portas” (Puertas) es el duodécimo álbum de su carrera, y, como ella lo describe, tiene un formato híbrido porque una parte se grabó de forma presencial antes de la pandemia y otra virtual durante la pandemia.
“Iba a viajar a Los Ángeles, a Nueva York y además grabar en Río [de Janeiro]”, dijo. “Pero todo se tuvo que quedar en Río”.
Eso porque los músicos con los que Marisa trabaja están repartidos por todo el mundo. Al final, y luego de haber detenido la producción por ocho meses, decidió que algunas partes del disco se grabarían de forma remota. Y así fue como artistas de España, Portugal, Estados Unidos y Brasil quedaron inmortalizados en el álbum de la cantante, y sin haber salido de sus casas.
“Al final, fue el disco más internacional que he hecho”, dijo. “Y sin haber salido de Río”.
Para este álbum, Marisa trabajó con artistas de distintos géneros y estilos, no solo para darle diversidad a su música, sino para renovar y mantener vigentes sus canciones en las generaciones más jóvenes. Entre quienes se sumaron al proyecto están renombrados cantautores, compositores y productores, como Seu Jorge, David Byrne, Philip Glass, Caetano Veloso y Jorge Drexler.
Y también hay artistas más jóvenes y con ideas más novedosas, como Chico Brown, hijo de Carlinhos Brown y nieto de Chico Buarque, estos dos últimos leyendas de la música popular brasileña.
“Mi trabajo siempre ha sido transgeneracional”, dijo Marisa, de 54 años y residente en Río de Janeiro. “Eso se refleja en mi audiencia”.
“Portas”, por su parte, es un disco que “simboliza los elementos que se relacionan con elecciones, oportunidades, aperturas, pasajes y los cambios que pueden pasar fuera de nosotros pero también en nuestro interior”, dijo la artista.
Los ritmos también son un reflejo de quién es Marisa, una cantante que creció escuchando música del mundo, rock, reggae, bossanova, samba, jazz.
“[‘Portas’] es un reflejo de mi personalidad como mujer brasileña nacida en Río y que conoce a gente que es de todos lados”, dijo. “También que es curiosa y con criterio amplio”.
“Creo que [mi disco] es un símbolo hermoso para este momento, cuando toda la gente quería salir [de la pandemia]”, dijo. “Creo que el arte es como una puerta que abres a una experiencia trascendental en la vida”.