USS Gerald R. Ford: cómo es el portaaviones más avanzado de la Marina de EE. UU.
El nuevo portaaviones de la Marina tardó 17 años en construirse y tuvo un coste de más de $13,000 millones de dólares lo que lo convierte en uno de los proyectos militares más costosos hasta la fecha
El portaaviones está pensado que sustituya a la antigua clase Nimitz Crédito: Armada de Estados Unidos | Cortesía
La Marina de Estados Unidos informó que el nuevo portaaviones USS Gerald R. Ford recibió en diciembre de 2021 la aprobación para comenzar a realizar las primeras tareas de su puesta a punto que le permitirán estar disponible para realizar operaciones navales.
El anuncio no se había hecho público hasta esta semana pues las autoridades de la Marina decidieron mantenerlo como un secreto hasta este momento.
El USS Gerald R. Ford es uno de los mayores proyectos llevados a cabo por las fuerzas militares de EE. UU tomando en cuenta que se trata de una embarcación cuyo costo aproximado de construcción fue de unos $13,000 millones de dólares.
Su fabricación supone una maravilla de la ingeniería pues se trata del portaaviones más grande de la historia. Sin embargo, su tamaño no es lo único que llama la atención pues este monstruo de varios cientos de toneladas de acero cuenta con la última tecnología que lo pone por delante del resto de las embarcaciones más recientes.
Debido a todos estos adelantos se le considera como una nueva generación de portaaviones, una que podría dejar en el pasado a la antigua clase Nimitz. Este antigua clase de navíos está conformada por un total de 10 portaaviones, siendo el George H. W. Bush el último de ellos en entrar en servicio el 10 de enero de 2009.
La construcción del USS Gerald R. Ford ha sido desde el inicio un dolor de cabeza para la Marina pues no solamente presentó retrasos en su fecha de entrega (17 años para estar listo), sino que además su coste de fabricación fue casi un 30% más alto de los estimado.
Actualmente el estatus del USS Gerald R. Ford es de capacidad operativa inicial, lo que hace referencia a que aún se encuentra en una etapa en la que se prueban sus diversos sistemas para asegurarse que estos estén a punto.
Se espera que el portaaviones alcance el estatus de capacidad operativa total, el cual implica que en caso de ser necesario pueda ser desplegado en batalla, durante el otoño cuando lleve a cabo su primer despliegue de prueba en aguas de Estados Unidos.
Entre las mejoras más importantes que incorpora el nuevo portaaviones se encuentran un novedoso radar multifunción de matriz activa escaneada electrónicamente similar a los que se encuentran presentes en los destructores clase Zumwalt. De igual forma cuentas con diversos sistemas automatizados que permiten contar una una tripulación mucho más reducida que la necesaria en la clase Nimitz.
Por otra parte, debido a su gran tamaño será capaz de un 25% más de despegues diarios, lo que se traducirá en una mayor capacidad de ataque y respuesta en situaciones que así lo requieran.
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