Nuevo informe vincula la exposición a PFAS con daño hepático

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Es posible que nunca hayas oído hablar de la enfermedad del hígado graso no alcohólico, pero ahora es una epidemia mundial y se cree que afecta aproximadamente al 25% de la población mundial, incluyendo a unos 89 millones de estadounidenses. Es motivo de gran preocupación porque, sin tratamiento, la afección puede progresar hasta convertirse en una lesión hepática grave, que incluye cirrosis e insuficiencia hepática.

Actualmente una nueva revisión de la investigación sugiere que un factor que contribuye al aumento de las tasas podrían ser las PFAS, las sustancias químicas omnipresentes que se utilizan en las sartenes antiadherentes, los equipos impermeables, la espuma contra incendios, los recipientes para llevar, etc.

Los investigadores han identificado varias condiciones que ponen a las personas en mayor riesgo de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), como la obesidad, la presión arterial alta y el colesterol alto. Sin embargo, los científicos aún están tratando de comprender todos los factores que contribuyen al aumento significativo de los casos. Investigaciones anteriores sugieren que la exposición a sustancias químicas ambientales como los PCB, prohibidos desde la década de 1970 pero que aún se encuentran en el medio ambiente, podría desempeñar un papel importante. En la nueva revisión, publicada el miércoles en la revista Environmental Health Perspectives, los investigadores analizaron estudios en humanos y animales y descubrieron que la exposición a las PFAS también puede ser un factor de riesgo significativo.

Las PFAS y tu salud

Las PFAS se han utilizado durante mucho tiempo en una amplia variedad de productos y a menudo se les denomina “sustancias químicas eternas” porque no se descomponen de forma natural o lo hacen de forma extremadamente lenta. Esto significa que se acumulan en el medio ambiente y en nosotros. En las últimas décadas, las PFAS se han relacionado con una lista cada vez mayor de problemas de salud, incluido un sistema inmunitario debilitado, daño renal y un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer.

En ocasiones ha habido una percepción de que los efectos de la exposición a las PFAS en el hígado son algo inciertos, dice el doctor Alan Ducatman, profesor emérito de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de West Virginia, que coescribió un comentario sobre la nueva revisión. Pero “no es el caso de que los hallazgos de PFAS no sean concluyentes o inconsistentes, son bastante consistentes”, dice, como lo confirma esta nueva revisión. Los científicos deben sentirse seguros al llamar a las PFAS “hepatotóxicas” o dañinas para el hígado, dice Ducatman. 

Durante mucho tiempo se ha observado daño hepático en comunidades expuestas a altos niveles de PFAS, dice el doctor Jamie DeWitt, profesor de farmacología y toxicología en la Universidad de Carolina del Este, que no participó en el nuevo estudio. La nueva revisión ayuda a solidificar estas observaciones. “La evidencia de estudios epidemiológicos y estudios en animales confirma que el hígado es el objetivo de las PFAS”, indica

Lo que el estudio encontró

Para comprender mejor cómo la exposición a las PFAS está relacionada con el daño hepático, los autores de la nueva revisión examinaron la evidencia de 25 estudios en humanos y 86 estudios en roedores. 

“Hemos visto durante años, en estudios aislados, que las PFAS podrían tener efectos tóxicos en el hígado’, dice Elizabeth Costello, estudiante de doctorado en el departamento de ciencias de la población y la salud pública de la Escuela de Medicina Keck y una de los principales autores del estudio. “Los investigadores han visto esto antes en estudios de salud ocupacional y en encuestas de salud de la población, pero esta revisión nos permite ponerlo todo en un solo lugar. Esta revisión puede mostrar que la evidencia apunta en la misma dirección, incluso si algunos estudios individuales no encuentran ninguna relación”.

En las personas, la evidencia muestra claramente que la exposición a ciertos PFAS está relacionada con niveles más altos de una enzima hepática que se usa como indicador de daño hepático y que también está elevado en personas con EHGNA. Ese mismo vínculo se encuentra en estudios con animales, que también muestran que los roedores expuestos a PFAS tienen una acumulación anormal de grasa en el hígado.

Para confirmar que las PFAS causan directamente la EHGNA en las personas, los científicos aún deberán realizar más investigaciones que sigan a los sujetos durante varios años, dice Costello. Pero la evidencia hasta ahora sugiere fuertemente una conexión, dice Ducatman. Es posible, dice, que la exposición a las PFAS aumente la susceptibilidad de las personas a padecer EHGNA. Esta mayor susceptibilidad combinada con otros factores de riesgo, incluyendo las dietas altas en calorías y los estilos de vida sedentarios, podría ayudar a explicar el aumento de esta enfermedad.

De cara al futuro

Esta nueva revisión ayuda a aclarar cómo las PFAS podrían afectar el hígado, lo que ayudará a los investigadores a descubrir qué buscar en estudios futuros, indica DeWitt.

Y aunque se necesita más investigación para identificar exactamente cuánta exposición a las PFAS puede provocar daño hepático, se detectan algunos cambios preocupantes, incluso a niveles muy bajos de exposición, dice Ducatman. Esta podría ser una razón para que las autoridades de salud pública consideren monitorear la salud del hígado en comunidades que se sabe que están altamente expuestas a las PFAS.

Otra pregunta que debe responderse es si todas las PFAS causan o no estos mismos efectos. La mayoría de los estudios en personas se enfocan solo en algunas de las sustancias químicas PFAS más conocidas. Varios de estos ya se han eliminado en gran medida de la producción en los Estados Unidos, aunque todavía se encuentran comúnmente en las personas porque persisten en el medio ambiente. Y existen miles de otras PFAS potenciales, con cientos en uso, que todavía no se han estudiado lo suficiente. Pero incluso si no sabemos con seguridad que todas las PFAS causan los mismos efectos, las sustancias químicas que tienen un propósito similar pueden tener efectos similares en el cuerpo, dice Ducatman. 

En este momento, debido a que solo unas pocas de estas sustancias químicas se han eliminado, es posible que muchas personas queden expuestas a los efectos potenciales para la salud causados ​​por las sustancias químicas de reemplazo. “Si vamos a usar las PFAS, estamos obligados a averiguar cuáles son seguras, si es que hay alguna, en lugar de asumir que son seguras a menos que se demuestre lo contrario”, dice Ducatman.

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