Empleado de funeraria en Uvalde intentó confrontar al tirador de la escuela, pero policía se lo impidió

Un empleado y asistente de la funeraria que se ubica cruzando la calle del colegio Robb, lugar donde ocurrió el tiroteo escolar de Uvalde, fue una de las primeras personas en encontrarse con el pistolero, quiso enfrentarlo, pero un policía lo retuvo, le pidió que se alejará y se callará

Empleado de funeraria en Uvalde intentó confrontar al tirador de la escuela, pero policía se lo impidió

Cody ayudó a enterrar a cinco niños, incluido una prima, lamenta profundamente no haber podido ayudar más ese día. Crédito: Michael M. Santiago | Getty Images

Cody Briseño, trabajador y asistente de la funeraria Hillcrest Memorial Funeral Home, ubicada justo al otro lado de la calle del colegio Robb, fue una de las primeras personas que se encontró con Salvador Ramos de frente, pistolero que provoco más grande masacre recordada en los últimos tiempos.

Briseño declaró en entrevista para NBC News que en cuanto Salvador chocó su camioneta frente a la escuela, él y su compañero de trabajo se acercaron para tratar de auxiliarlo, aunque sólo avanzaron unos 8 pies, pues luego lo vieron salir con un rifle en mano y una “mirada malvada”, de inmediato retrocedieron, pero Salvador si logró dispararles, afortunadamente sin provocarles heridas.

Luego de ser atacados, Cody y su compañero regresaron a la funeraria, donde se encontraba su esposa a quien le pidió su pistola para ir a enfrentar al hombre que les disparó, “”Oye, tráeme mi arma”, le gritó a la mujer.

Totalmente decidido, Cody se dirigió hacia la escuela para entrar y confrontar al tirador, sin embargo, el cuerpo policial ya se encontraba en la zona, uno de ellos lo detuvo, le ordenó que se callará y se fuera del lugar.

En la entrevista, Briseño señaló que un oficial que lo vio acercarse a la escuela le dijo; “Oye, ¿qué estás haciendo?”, a lo que él respondió: “Voy a entrar y tratar de detenerlo. Ya está dentro de la escuela”, obteniendo sólo una negativa como respuesta.

“Me siento culpable hombre, porque no pude detenerlo. Estaba disparando a las ventanas y yo no tenía mi arma” dijo conmocionado Briseño.

Una de las principales funciones de Briseño en la funeraria es cavar las tumbas, para él, fue muy doloroso ayudar a enterrar a cinco niños que murieron ese día, incluida una prima, Amerie Jo Garza, sabiendo que, de haber entrado, tal vez pudo haberlos salvado.

Desde que sucedió este mortal hecho, la actuación de la policía que acudió al llamado de emergencia, ha puesto en duda su buen desempeño ante la situación.

El director del Departamento de Seguridad Pública de Texas dijo que la respuesta tardía de la policía fue una “decisión equivocada”.

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