“El Chueco” también mató a un maestro estadounidense que confundió con agente de la DEA
Patrick Braxton-Andrews visitó Chihuahua en 2018, y conoció a "El Chueco" en una fiesta, pero sus preguntas provocaron las sospechas del líder criminal
Anuncio de recompensa por El Chueco Crédito: @Fiscalia_Chih | Cortesía
Durante los últimos días, el líder criminal José Noriel Portillo, alias “El Chueco”, se convirtió en el hombre más buscado en México, luego de ser acusado del crimen de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Cesar Mora Salazar en la sierra Tarahumara de Chihuahua.
Sin embargo, este delincuente, quien pertenece al grupo criminal denominado Gente Nueva, adherido al Cártel de Sinaloa, está en la mira de las autoridades desde el año 2018.
Y es que, además de asesinar a los sacerdotes jesuitas, también se le atribuye la muerte de Patrick Braxton-Andrews, un maestro de Estados Unidos que se encontraba de viaje en Chihuahua.
De acuerdo con la familia de Patrick, el hombre, que en ese entonces tenía 34 años, decidió viajar a diferentes países de Latinoamericana para aprender de la cultura de estos lugares.
Fue así como en octubre de 2018 viajó con destino a Urique, Chihuahua, para conocer las Barrancas del Cobre, sin saber que en ese destino se encontraría con la muerte.
Tras su desaparición, el entonces gobernador de Chihuahua, Javier Corral, informó que el ciudadano estadounidense fue visto por última vez en un lugar conocido como La Playita.
De acuerdo con las autoridades estatales, Patrick conoció a “El Chueco” en una fiesta previo a su desaparición, y el líder criminal lo habría confundido con un agente de la Administración de Control de Drogas (DEA).
Javier Corral informó que habría sido en dicha fiesta, en donde “El Chueco” se sintió intimidado por los recorridos que Patrick Braxton-Andrews hizo a dos zonas ubicadas en la orilla del río, así como por las preguntas que hacía.
Desde entonces ya no se supo nada de Patrick Braxton-Andrews, y aunque se responsabilizó a José Noriel Portillo por ese hecho, actuó con impunidad cuatro años más, hasta la muerte de los sacerdotes jesuitas.
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