Residentes del Sur de Los Ángeles celebran arresto de pandilleros de Eastside Playboys, pero aún temen ser asaltados y extorsionados
Los 28 individuos detenidos la semana pasada enfrentan cargos federales por extorsión, narcóticos y posesión de armas de fuego en forma ilegal
El arresto de 28 pandilleros asociados a los Eastside Playboys mitigó un poco el temor de los residentes del sur de Los Ángeles, aunque activistas saben que habrá quien los reemplace inmediatamente para seguir cometiendo fechorías.
El acusado principal es Eliseo Luna, de 47 años, del sur de Los Ángeles, quien actuó como el hombre que daba las órdenes en la pandilla, según la acusación formal.
Luna, quien usó varios apodos, incluidos “Chilo”, “Loco”, “Toca” y “El Abogado”, supuestamente supervisaba las actividades de narcotráfico de los Eastside Playboys, los asaltos y los asesinatos.
“Lo que más abunda aquí es que lo quieran asaltar a uno”, dijo Agustín de Jesús, un vendedor de frutas y legumbres, quien tiene su puesto público en una calle del Sur de Los Ángeles. “Agarran a unos, pero otros ya vienen detrás de ellos; es cuento de nunca acabar”.
Tras una investigación criminal que duró cuatro años, los criminales fueron arrestados por cargos federales de extorsión a negocios locales, tráfico de drogas y armas de fuego, y otros delitos contemplados en la Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por el Crimen Organizado (RICO).
“Yo no me he sentido amenazado ni atacado en siete años que llevo viviendo en esta área del sur de Los Ángeles”, dijo a La Opinión, el hondureño Miguel Canales. “Pero se aplaude que la policía cumpla su función de ser eficiente y detectar a quienes no hacen bien las cosas”.
Ligados a la Mafia
Una de las acusaciones alega que la pandilla es una empresa criminal, cuya estructura debe lealtad a “La Eme” (La Mafia Mexicana) que controla a los pandilleros desde el interior de las prisiones y genera ingresos a través de la venta de drogas y armas de fuego.
Los arrestados el fin de semana se encuentran entre los 41 miembros y asociados de la pandilla mencionados en seis acusaciones. Tres ya estaban bajo custodia y la policía continúa buscando a otros 10 que se encuentran prófugos.
“Este caso es la culminación de años de trabajo de nuestros agentes y fiscales, junto con nuestros socios locales encargados de hacer cumplir la ley, para sacar a los pandilleros violentos de nuestras calles y desmantelar las organizaciones criminales que alimentan los delitos violentos”, dijo el fiscal general Merrick B. Garland, en un comunicado.
“El Departamento de Justicia no tolera las pandillas violentas que siembran el miedo y el terror en nuestras comunidades, y continuaremos usando todas las herramientas que tenemos para detenerlas y llevarlas ante la justicia”.
Durante esta investigación, el Grupo de Trabajo Metropolitano de Los Ángeles sobre Pandillas Violentas confiscó aproximadamente 47 armas de fuego, 199 kilogramos de metanfetamina, 13.6 kilogramos de fentanilo, 27 kilogramos de cocaína, 7.6 kilogramos de heroína, 283 kilogramos de marihuana y $140,000 en efectivo.
La acusación formal de RICO alega además que los miembros de la empresa del crimen organizado operaban dos dispensarios de marihuana sin licencia.
Medio siglo de terror
La fiscal federal interina, Stephanie S. Christensen, dijo que la pandilla azotó el Sur de Los Ángeles durante 50 años a través de repetidos actos de violencia, tráfico de drogas, extorsión de negocios locales y violaciones de armas.
“La acción coordinada de aplicación de la ley se centró en la pandilla callejera [Eastside] Playboys debido a su supuesta conducta delictiva generalizada, así como al miedo y la intimidación que sus miembros impusieron a nuestra comunidad”, subrayó.
Amir Ehsaei, subdirector interino a cargo de Los Oficina de Campo de Ángeles, expresó que los miembros y asociados de Eastside Playboys “han creado una empresa criminal mediante el tráfico de armas y drogas mortales, extorsionando a los dueños de negocios y aterrorizando a las víctimas con asaltos violentos y robos”.
“El FBI continuará trabajando con nuestros socios locales para identificar a las pandillas que causan estragos en nuestras comunidades y usará herramientas federales para responsabilizar a los principales delincuentes por sus delitos”.
“Operación por la madriguera del conejo”
La investigación, denominada Operation Down the Rabbit Hole (Operación por la madriguera del conejo), utilizó una variedad de tácticas, incluido el rastreo de llamadas telefónicas y vigilancia para descubrir evidencia de extorsión de negocios, robos violentos, robos, tráfico de narcóticos y armas de fuego, y violencia contra sus propios miembros como “disciplina” para no violar las reglas y normas de las pandillas.
“Estoy orgulloso del arduo trabajo y la dedicación de nuestros oficiales de LAPD, el FBI y el Grupo de Trabajo Metropolitano de Los Ángeles sobre Pandillas Violentas en una investigación tan exigente”, dijo Michel Moore, jefe del LAPD.
“Las pandillas callejeras organizadas se aprovechan de nuestras comunidades con violencia, intimidación y miedo. Su oficio se ve fomentado por el tráfico de armas de fuego peligrosas y narcóticos”, añadió. “Como en este caso y en otros, con fuertes socios federales y el apoyo de nuestras comunidades, podemos eliminar a los distribuidores y la causa principal de tal violencia de nuestros vecindarios”.
Distribución a gran escala
Algunos de los arrestados estaban involucrados en el tráfico de drogas a gran escala, incluido el envío de kilogramos de cocaína, metanfetamina y fentanilo a través del Servicio Postal de los Estados Unidos (USPS), FedEx y United Parcel Service (UPS)\. Algunos acusados supuestamente también distribuyeron cocaína, metanfetamina, polvo de fentanilo y píldoras falsificadas con fentanilo en los condados de Los Ángeles y Orange.
La acusación formal RICO de 44 cargos indica que, entre 18 acusados, nueve están nombrados en el cargo de conspiración de crimen organizado.
Otros también están acusados de conspiración y robo según la Ley Hobbs, uno por conspiración de narcotráfico; distribución y posesión con intención de distribuir sustancias controladas.
A estos delitos se le suman el uso y posesión de un arma de fuego para promover un delito de violencia y un delito de narcotráfico; ser un delincuente en posesión de armas de fuego y municiones, y participar en el negocio de tráfico de armas de fuego sin licencia.
“Los Ángeles siempre tendrá pandillas”
Earl Ofari Hutchinson, activista y líder de derechos civiles, dijo a La Opinión que las pandillas callejeras latinas, salvadoreñas o guatemaltecas “han sido una fuerza [delictiva] en el sur de Los Ángeles durante varios años.
“Muchos son inmigrantes que fueron influenciados por el tráfico de drogas y pandillas y la violencia en sus países”, dijo. “Muchos otros nacidos aquí también fueron influenciados por la cultura de las pandillas. La mayoría no está calificada, tiene una educación marginal y recurre a las drogas, el robo, el robo de automóviles y otras actividades delictivas debido a su marginación”.
Sin embargo, subrayó que es importante recordar que la mayoría de los jóvenes latinos no están involucrados en actividades de pandillas o drogas en el Sur de Los Ángeles, y, por lo tanto, “se debe tener cuidado de no estereotipar a los jóvenes latinos como propensos a la delincuencia, las drogas y las pandillas”.
Hutchinson cree que, al igual que otras áreas urbanas importantes, “Los Ángeles siempre tendrá pandillas porque brinda a los jóvenes marginados y alienados y a los no tan jóvenes, una salida para sobrevivir, ganar dinero y obtener cierta apariencia de estatus e importancia a través del crimen y las actividades ilícitas”.
Por su parte, Ron Góchez, líder social de la organización Unión del Barrio y maestro de la escuela Maya Angelou, opinó que la presencia de pandillas y su influencia en la ciudad “se siente tan solo al hablar de los ataques a los vendedores ambulantes que son víctimas de los pandilleros”.
“No se puede ignorar que todo el mundo sabe y las autoridades saben donde se venden ciertos elementos [drogas] y no les pasa nada”, dijo. “Toldo esto tiene que ver con la corrupción y los cárteles de la droga; esto se sabe por décadas y esas organizaciones de pandillas tienen vínculos con la policía”.
Esta última afirmación de Góchez fue refutada por el subjefe Al Labrada, el oficial al mando de operaciones en la Oficina Central del LAPD.
“Nuestros esfuerzos son constantes en favor de la comunidad; hay muchos que se quejan y no hacen nada”, declaró Labrada a La Opinión. “En el Sur de Los Ángeles hay grupos comunitarios y sus líderes se involucran para colaborar con la policía a solucionar los problemas”.