Violencia de armas de fuego causa más muertes en la comunidad latina

Estudio muestra que un promedio de 11 personas de este grupo muere diariamente en promedio en Estados Unidos

Coalición de 17 estados demandan al Gobierno de Biden por restricciones en armas

Uno de los incrementos más significativos se dio en el 2020 donde 5,301 latinos fallecieron con una arma de fuego. Crédito: DAVE CHAN | AFP / Getty Images

En el estado de California el 48% de las víctimas de homicidio con arma de fuego son de origen latino, aunque este grupo represente poco más del 39% de la población de los casi 40 millones de californianos.

De la misma forma, la minoría más grande del estado y a nivel nacional, ha experimentado índices desproporcionados de tiroteos mortales a manos de las agencias del orden. En promedio se calcula que unos 200 latinos mueren anualmente por un arma de un policía.

Todas estas cifras del estado más grande de la nación en combinación con las cifras a nivel nacional, concluye que 11 personas latinas mueren en promedio diariamente a causa de las armas de fuego en Estados Unidos.

Uno de los incrementos más significativos se dio en el 2020 donde 5,301 latinos fallecieron por esta causa.

Fue un aumento significativo del 35%, con respecto a 2019, indica un análisis reciente del Centro Jurídico Giffords para Prevenir la Violencia con Armas.

“Mas que sorprendernos, nos preocupa que hablamos de que tan solo en 2020 hubo 5,301 hispanos muertos por armas de fuego, y en años anteriores el promedio era de 4,000 o más”, dijo a La Opinión, Samantha Barrios, directora estatal en Florida para el Centro Jurídico Giffords.

“Ha afectado más a los hispanos/latinos que al resto de la población y esto viene a consecuencia de que no hay leyes adecuadas contra el uso de armas”, añadió la portavoz del centro legal, conocido anteriormente como la Comunidad Legal Contra la Violencia y el Centro Legal para Prevenir la Violencia Armada.

El reporte señala que, durante los últimos años, ha han aumentado los incidentes trágicos y de alto perfil que involucran armas de fuego contra la comunidad hispana y latina.

La más reciente ocurrió el 24 de mayo en la ciudad de Uvalde, Texas -donde cuatro de cada cinco residentes son latinos– y donde Salvador Gómez hirió 38 personas en la escuela primaria Robb.  En uno de los tiroteos más mortífero de la historia, diecinueve niños, más dos profesores murieron en el atentado.

En 2019, Patrick Crusius, de 21 años, un hombre armado mató a 22 personas en un Walmart de El Paso, Texas, afirmando que tenía la intención de disparar contra personas de nacionalidad mexicana. El pistolero en masa fue acusado de 90 cargos federales por delitos de odio.

El análisis del Centro Giffords asegura que, basados en datos de 2010 de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, en promedio, once personas de ascendencia hispana entre 20 y 44 años mueren al día a causa de armas de fuego.

Además, señala que casi la mitad de la juventud latina que reside en alguna de las principales ciudades de los Estados Unidos vive a menos de una milla de distancia donde sucedió un crimen de homicidio con arma de fuego durante el último año. Y la violencia con armas de fuego dentro de la comunidad hispana ha ido en aumento, con un 66% de incremento desde 2014.

“Realmente habrá una repuesta definitiva si creemos en la ley bipartidista que acaba de ser aprobada hace unos meses por el Congreso y ratificada por el presidente Joe Biden”, considero Samantha Barrios. “Ha sido la única ley aprobada en los últimos 30 años para mantenernos seguros del daño de las armas”

En efecto, en junio, el presidente firmó una ley que restringe mínimamente el acceso a las armas, mas no una prohibición a la obtención de armas de asalto, generalmente serian del uso exclusivo del ejército.

La ley incluye una revisión del proceso de compra de armas para menores de 21 años, y destina más fondos para la salud mental e incremento en la seguridad de las escuelas.

Muerte de latinos al doble

Cerca de una de cada cinco personas que viven en los Estados Unidos es hispano o latino, lo cual hace de esta comunidad el segundo grupo étnico más grande del país, indica el análisis del Centro Giffords, pero las muertes en este grupo racial han aumentado casi al doble, en comparación con los fallecimientos por arma de fuego en el país.

El reporte incluye datos de mortalidad proporcionados por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el cual clasifica los conceptos de raza y etnia por separado.

De hecho, los datos proporcionados por el CDC son la fuente más completa de información en cuanto a la mortalidad causada por armas de fuego; sin embargo, algunas limitaciones en cuanto a los datos pueden presentar diferencias importantes entre grupos hispanos y latinos particulares.

Por ejemplo, Otros resultados de mortalidad, como el cáncer, ven disparidades por subgrupos hispanos, pero no hay datos disponibles para analizar las disparidades entre las muertes por armas de fuego.

“El alcance de este alarmante y creciente problema es fundamental para entender el efecto devastador de la violencia con armas de fuego dentro de la comunidad hispana y latina”, dio a conocer portavoz del Centro Giffords en el informe. “Esta comunidad sufre un costo desproporcionado de esta epidemia en comparación con otros grupos demográficos en el país, y comprender esta carga es esencial para lograr crear e implementar soluciones efectivas”.

“Tenemos que entender el problema en nuestro idioma y es por eso que nosotros tenemos la esperanza de que en el futuro cercano se aprueben leyes que nos protejan a todos”, añadió. “Sabemos que la ley firmada no es perfecta, pero debemos trabajar un día a la vez para salvar más vidas”.

‘Asesinato sintomáticos’

El líder de derechos civiles afroamericano, Earl Ofari Hutchinson, presidente de la Mesa Nacional Redonda de Políticas Urbanas reflexionó que la matanza de niños latinos en Uvalde, Texas y el tiroteo de Walmart en El Paso Texas, “son asesinatos sintomáticos de dos tendencias mortales en Estados Unidos”.

“Uno es la proliferación y la facilidad para conseguir armas y la cultura maníaca de las armas en Estados Unidos; la segunda es el implacable estereotipo racista y el chivo expiatorio de los inmigrantes indocumentados mexicanos. Las armas y el odio racial produjeron estas masacres”.

Lo peor, agrega, “es que puede haber más tragedias de este tipo”.

Hutchinson consideró que solamente una “legislación dura” para el control de armas puede poner fin a las masacres y atrocidades repetitivas en Estados Unidos.

“Se requieren medidas severas para el control de armas, medidas severas contra la violencia de odio y educación continua del público en general sobre la destructividad mortal del odio racial y la violencia de odio”, agregó.

“ Estas medidas por sí solas no detendrán toda la violencia de odio, pero envían el fuerte mensaje de que el público y los políticos se toman muy en serio la violencia de odio y que están decididos a enfrentarla.

¿Cómo pueden los inmigrantes y los latinos entender específicamente esta violencia armada en los hispanos y las comunidades latinas?, se le preguntó.

“Los funcionarios electos hispanos, los educadores, los líderes religiosos, los líderes empresariales y los activistas comunitarios, y las organizaciones de intervención de pandillas deben hacer más para poner fin a la violencia armada dentro y entre los hispanos, que sea un enfoque importante de su trabajo educativo y de participación comunitaria. Eso incluye foros, reuniones, talleres en la comunidad y las escuelas, haciendo de los jóvenes en riesgo el foco principal de sus esfuerzos”.

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