Hombre de Kentucky que mató a tres compañeros de clase pasará el resto de su vida en prisión; le niegan libertad condicional

Michael Carneal pudo haber eliminado cualquier posibilidad de libertad condicional cuando testificó la semana pasada que todavía escucha voces en su cabeza, como las que dijo que le dijeron que abriera fuego el 1 de diciembre de 1997

Hombre de Kentucky que mató a tres compañeros de clase pasará el resto de su vida en prisión; le niegan libertad condicional

Michael Carneal fue diagnosticado con esquizofrenia paranoide y toma tres medicamentos. Crédito: Getty Images

La solicitud de Michael Carneal, ahora de 39 años, de libertad condicional fue negada, pese a su afirmación de que viviría con sus padres y continuaría con su tratamiento de salud mental si accedían a liberarlo.

Sin embargo, sobre Carneal, de Kentucky, pesa uno de los primeros crímenes o tiroteos masivos en colegios, pues mató a tres estudiantes e hirió a cinco más en un tiroteo en una escuela hace 25 años.

Recientemente admitió  que todavía escucha voces  como las que le dijeron que robara la pistola de un vecino y la disparara contra el atestado vestíbulo de Heath High School en 1997. Sin embargo, Carneal dijo que con terapia y medicamentos ha aprendido a controlar su comportamiento.

La Junta de Libertad Condicional de Kentucky votó para que Michael Carneal cumpliera su cadena perpetua. El fallo del panel significa que nunca más será considerado para libertad condicional.

Carneal era un estudiante de primer año de 14 años en 1997 cuando disparó una pistola robada contra un grupo de oración antes de la escuela en el vestíbulo de la escuela secundaria Heath, cerca de Paducah, Kentucky. Recibió cadena perpetua con oportunidad de libertad condicional después de 25 años, el máximo permitido en ese momento para alguien de su edad.

En una de las pocas entrevistas que ha dado desde entonces, le dijo al Courier Journal en 2002: “Percibí mi vida como miserable. Nadie me amaba y a nadie le importaba”.

Carneal dijo entonces que lamentaba lo que había hecho y reconoció que en ese momento solo estaba pensando en sí mismo, no en las personas a las que heriría y mataría. Dijo que no había una respuesta simple de por qué arremetió, pero que sufría delirios y paranoia en ese momento. Dijo que la terapia y la medicación que recibió en prisión habían estabilizado su salud mental. “Parece raro decirlo, pero en realidad no soy una persona violenta”, agregó.

Su padre, John Carneal, había pedido su liberación, citando su edad en el momento del crimen. Y él y su esposa se ofrecieron a llevarlo a su casa y asegurarse de que continuara recibiendo tratamiento de salud mental.

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