El mapa que muestra la división norte-sur en las elecciones de Brasil y qué necesitarían Lula y Bolsonaro para ganar en segunda vuelta

La primera vuelta de las elecciones de Brasil fue un reflejo de la polarización extrema que se vivió durante la campaña.

Elecciones en Brasil: el mapa que muestra la división norte-sur (y qué necesitarían Lula y Bolsonaro para ganar en segunda vuelta)

Lula y Bolsonaro se medirán ene segunda vuelta el próximo 30 de octubre. Crédito: ABR/AFP | copyright

Un país dividido en dos mitades: un norte y noreste que apuesta mayoritariamente por el izquierdista Lula da Silva y un sur y sudeste que dan su voto al ultraderechista Jair Bolsonaro.

El mapa político tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil refleja la campaña más polarizada de los últimos tiempos y muestra una dinámica similar a la de los comicios de 2018.

Con casi la totalidad de papeletas escrutadas, el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula consiguió el 48,4% de los votos, mientras que el Partido Liberal (PL) del actual presidente Bolsonaro cosechó un 43,2%. En total, Lula venció en 14 estados y Bolsonaro en 12 más Brasilia, el distrito federal.

A pesar de una ventaja de más de 5 puntos porcentuales de Lula, ambos candidatos deberán medirse en segunda vuelta el próximo 30 de octubre. Para ganar en primera era necesario al menos el 50% de votos.

En las elecciones de este domingo, el resto de boletos fueron para la candidata del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), Simone Tebet, con un 4,18%. Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), consiguió un 3,05%.

La estrecha pugna entre Lula y Bolsonaro, debido al hecho de que el ultraderechista consiguió muchos más votos de lo que le atribuían las encuestas, auguran una difícil predicción de lo que pueda ocurrir en la segunda vuelta, dicen analistas.

Pero, ¿qué nos dice el mapa electoral tras esta primera vuelta? ¿y qué necesitarían Lula y Bolsonaro para poder gobernar el próximo 30 de octubre?

Mapa

BBC

Nordeste de Brasil, bastión del Partido de los Trabajadores

El Partido de los Trabajadores del candidato Lula da Silva consiguió una victoria incontestable en todos los estados del nordeste, entre Maranhao y Bahía.

“Son estados con tradición de votar por el Partido de los Trabajadores. Ya habían votado a Lula en el pasado y se esperaba que lo volvieran a elegir”, explica a BBC Mundo Camilla Costa, periodista y analista de datos del servicio brasileño de la BBC.

Bahía, en concreto, es uno de los colegios electorales más importantes del país. Aquí Lula ganó con el 69,73% de votos frente a un 21,31% de Bolsonaro.

La mayor ventaja de Lula en este bastión del nordeste sucedió en Pauí, donde el izquierdista alcanzó un 73,8% ante un 20% del ultraderechista.

Con respecto a las elecciones de 2018, el PT recuperó en el nordeste el estado de Ceará, ganado hace cuatro años por el PDT de Ciro Gomes.

La Región Nordeste concentra la mayor cantidad de estados y es la de menor renta per cápita del país.

El norte, también para Lula

Sin una ventaja tan holgada como en los estados del noreste, Lula también se impuso en todos los estados del norte (Amazonas, Pará y Amapá) excepto en Roraima, el estado más al norte de Brasil, y Acre (en Noroeste) donde Bolsonaro consiguió casi un 70% y un 62,5% respectivamente.

Lula este 2 de octubre.

Getty Images
Como se esperaba, Lula da Silva consiguió una victoria incontestable en los estados tradicionalmente laboristas del nordeste de Brasil.

Según explica Costa, el norte comprende estados empobrecidos donde también existe una tradición de votar por el PT. Sin embargo, también hay varias zonas con mucho interés de agricultores, mineros y ganaderos que dieron su voto a Bolsonaro.

Durante su mandato, Bolsonaro ha lanzado políticas para promover la minería y la explotación de recursos de la Amazonía, un hecho que ha creado divisiones entre sectores ganaderos, mineros y agricultores, que se benefician de esta explotación, contra indígenas y medioambientalistas, que observan con preocupación los perjuicios medioambientales de estas actividades económicas.

“Si entras en las regiones de los estados del Norte, excepto Roraima, se ve en general una tendencia a votar por el PT en zonas con fuerte presencia indígena“, agrega la periodista.

El estado de Amazonas, el más grande del país, votó por Bolsonaro en 2018. Este año su voto fue para Lula con un 49,57%.

Es uno de los casos más interesantes, observa Costa, porque Amazonas sufrió especialmente durante la pandemia y en teoría “no debería sorprender que rechazara a Bolsonaro” por su polémica gestión.

Vista general del río Amazonas cerca de la frontera con Venezuela.

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El estado de Amazonas es el más grande del país y uno de los que tiene mayores divisiones por los intereses de comunidades indígenas y empresas ganaderas, agricultoras y mineras.

No obstante, Manaos, la ciudad emblemática de cómo golpeó la pandemia en Brasil, votó claramente por Bolsonaro.

El caso de Manaos está siendo uno de los más analizados por los analistas tras esta primera vuelta.

“Una de las teorías de la victoria de Bolsonaro en Manaos que se manejan es la presión de la iglesia evangélica, con una militancia bolsonarista muy importante”, dice Costa.

En el norte, el PT también se hizo con el voto en Amapá, revirtiendo los resultados de 2018 donde Bolsonaro se llevó la victoria.

Triunfo de Bolsonaro en el sur y sudeste

Se esperaba que Lula dominara el norte y se esperaba que Bolsonaro se hiciera con el sur.

Y así sucedió con claridad en las elecciones del domingo.

Los estados del sur son bastante bolsonaristas, aunque Río Grande del Sur, el más al sur de Brasil, esté algo más dividido (48,89% de Bolsonaro contra un 42,28% de Lula)”, explica Costa.

Río Grande del Sur también tiene un fuerte electorado de tradición del PT, dice la analista, y por eso tampoco sorprende que las fuerzas estén más equilibradas.

La mayor victoria de Bolsonaro fue en el estado de Santa Catarina donde el candidato aventajó a Lula con un 62,21% frente a un 29,54%.

Las regiones del sur y sudeste de Brasil concentran los estados más ricos y son tildados como más conservadores.

Aquí también se encuentran las áreas metropolitanas de Sao Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte, las más pobladas del país.

Sur y sudeste fueron ya un bastión importante en la victoria bolsonarista en 2018.

El candidato ultraderechista venció también con claridad en Brasilia, el distrito federal, con un 51,65% de votos.

La disputa clave por Minas Gerais

No ha habido candidato a la presidencia de Brasil que haya conseguido el cargo sin ganar en Minas Gerais desde la redemocratización del país en 1989.

En esta primera vuelta, este estado decisivo eligió a Lula con un 48,29% de votos frente a un 43,6% de Bolsonaro.

“En 2018, sin Lula y con el candidato Fernando Haddad, el Partido de los Trabajadores no logró ganar. Minas Gerais fue entonces una victoria importante para Bolsonaro“, dice Costa.

Será sin dudas uno de los estados más observados con vistas a la segunda vuelta que se antoja tan apretada.

La fuerza del bolsonarismo

El analista político Cristiano Noronha, vicepresidente de la consultora política Arko advice, le dijo a BBC Mundo que “Lula tiene un leve favoritismo porque llega por delante, pero la disputa está abierta”.

Si bien la distribución del voto por estado ha ocurrido en líneas generales como se esperaba, las encuestas parecen haber subestimado la fuerza del bolsonarismo.

Jair Bolsonaro este domingo 2 de octubre en conferencia de prensa.

Getty Images
El bolsonarismo demostró ser más fuerte de lo que mostraban las encuestas.

Las últimas encuestas colocaban a Lula como líder en las intenciones de voto, con una ventaja de entre 6 y 14 puntos sobre Bolsonaro. Algunas dejaban incluso abierta la posibilidad de que ganara la presidencia en esta primera vuelta, pero finalmente no sucedió.

La gestión de Bolsonaro ha sido especialmente polémica por incentivar la explotación del Amazonas, arremeter contra otros poderes del Estado y su ampliamente criticada gestión de la pandemia.

“Con todo lo que pasó en estos cuatro años, el hecho de que Bolsonaro haya conseguido votos similares en las primeras vueltas de 2018 y 2022 (46% frente a 43%) indican que el bolsonarismo es una fuerza que ha calado en el país“, concluye Costa.

Una de las explicaciones a la contradicción de las encuestas y los resultados de la primera vuelta puede deberse, según Noronha, a que Bolsonaro aumentó en los últimos meses el Auxilio Brasil (programa de asistencia económica a gente de bajos recursos) “y es obvio que eso tuvo un impacto positivo en una parte importante del electorado”.

Otro factor que puede ayudarle son los buenos resultados que viene presentando la economía en las últimas semanas.

También pudo influir el desgaste por el cual pasó el PT por los escándalos de corrupción.

“En cierta forma fue perdonado por una parte del electorado, pero otra continúa rechazando bastante al partido”, dice Noronha.

¿Qué necesitan Lula y Bolsonaro para ganar en segunda vuelta?

Ante una lucha tan apretada, el analista cree que para ganar en segunda vuelta los candidatos lanzarán una mezcla de propuestas y que también cada uno explorará lo más posible las fragilidades de su adversario, pero también van a tener que golpear de manera certera, siendo positivos porque al elector no le gusta que sea solo una pelea”.

Otra clave estará en dónde irán a parar los votos de los candidatos Simone Tebet y Ciro Gomes.

Portadas de periódicos en Brasi tras la primera vuelta electoral.

Getty Images
El destino de los votos de los otros candidatos podría determinar el ganador de la segunda vuelta.

Noronha opina que “Gomes no anunciará apoyo a ningún candidato y que Tebet está más inclinada a apoyar al expresidente Lula”.

“Los electores de Gomes, que son en su mayoría de izquierda, potencialmente pueden ir más para Lula, pero los de Tebet tienden a ser más alineados con cuestiones del agronegocio y de centro. Creo que mayoritariamente tienden a ir a Bolsonaro”, analiza Noronha.

“También hay que ver el porcentaje de electores de Gomes y Tebet que terminarán votando en blanco, nulo o se abstendrán”, agrega el politólogo.

No caben dudas de que Lula, presidente entre 2003 y 2011, ha regresado con fuerza a la primera plana política tras pasar 580 días en prisión por unas condenas que fueron finalmente revocadas por el Supremo Tribunal Federal en 2021.

Pero tampoco quedan dudas, como analizan expertos, de la fuerza del bolsonarismo en buena parte del electorado brasileño.

Todo está abierto para una segunda vuelta que se espera igual de polarizada y que tiene el país claramente divido entre sur y norte.


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